La “agenda propia” de Juliana Awada. Así llamaron algunos medios a las actividades que la primera dama realizó en los dos últimos viajes presidenciales a Hangzhou, a comienzo de mes, y Nueva York la semana que pasó. Y cumpliendo con el rol tradicional que se estipula debe seguir la esposa del Presidente, la “agenda” fue en ambos casos una sucesión de imágenes visualmente atractivas. Postales que nuevamente destacan la importancia que Awada reviste como factor decisivo a la hora de aportar carisma y desactivar esa gelidez que en general el primer mandatario transmite por naturaleza y, también, por su investidura. Nadie duda que la presencia de Juliana atomizó los comentarios irónicos y los memes que se registraron en las redes sociales sobre las piernas yermas de vello que Macri exhibió en su bicicleteada por el Central Park. Y, por supuesto, la marketineada foto del beso en las Naciones Unidas se suma a la del arreglo del nudo de la corbata que se difundió en ocasión del inicio de Mini Davos que se realizó en el Centro Cultural Kirchner hace dos semanas. Y a su vez, de manera cartesiana, la cuenta de Instagram de la primera dama viene repitiendo en ocasión de los mencionados viajes una misma secuencia: antes de lucir y lucirse con vestuario nacional en los escenarios que marcan la mencionada agenda, se suben a la red social fotos con pequeños de edad escolar en actividades lúdicas en el residencia de Olivos. Se sabe que Macri le reconoce a su mujer la importancia que tuvo en su carrera presidencial. Por eso genera expectativa conocer de manera directa y por boca de la propia Awada algo más que las imágenes de la publicitada “agenda propia”.
Nombramiento
De Tres de Febrero a La Haya. Así fue el viaje que ubicó a Diego Valenzuela como representante de las ciudades de Latinoamérica en el Global Parliament of Mayors (Parlamento global de alcaldes), una cumbre que reunió a intendentes y representantes de ciudades de todo el mundo. En ese marco, este intendente coordinó con los titulares de la Casa de Ana Frank, la llegada de una muestra sobre esta niña que hizo de su historia un ícono mundial.
Visita extranjera
La Legislatura porteña estuvo copada por senadores canadienses al mando de Raynell Andreychuc, una simpática política que unió en la recepción integrantes del PRO y del FpV.
Embajada hiperactiva
Agitada semana social en la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires. El jueves en el edificio de la calle Colombia se realizó como en cada año electoral en el país del Norte, el Voting Event (Día de votación). Esto es, en un marco festivo –comida, música y también globos– se invita a votar a todos los ciudadanos norteamericanos que estén actualmente en Argentina. Un hecho que siempre genera gran concurrencia y que a pesar de que el resultado no se podrá conocer hasta noviembre, los medios locales invitados sí pueden tener o elaborar su “boca de urna”. Días antes, pero en la residencia, el embajador Noah Mamet agasajó a Diego Kolankowsky para celebrar el “intercambio cultural con la Argentina” que generó este productor argentino que en Broadway y en Buenos Aires –y próximamente lo hará en California– produjo obras con sello norteamericano. Al diplomático y al argentino los une una relación adicional: integran el Meal Riders, unos “easy riders” del siglo XXI cuyo hedonismo se tradujo en un viaje por la Patagonia a bordo de respectivas Harley Davidson en busca no sólo de paisajes únicos sino sobre todo, de manjares culinarios autóctonos. Imágenes de esa travesía “motoquero-gastronómica” que se realizó el verano quedaron registradas en un libro que diseñó y financió el propio Kolankowsky y que ocupa un espacio destacado en la vitrina donde Mamet atesora recuerdos de Argentina.
(Fotos en “Punto de encuentro” de esta página)