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“Nuestra perspectiva tiene en su centro a alumnos activos”

La ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires responde a una nota publicada la semana anterior, en la que se cuestionaba el proyecto oficial de formación docente.

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Jerarquía. Los especialistas señalan la necesidad de revalorizar el rol del docente y recuperar el respeto que existía en otras épocas. | CEDOC

Hoy en día a nadie se le ocurriría instalar un videoclub o buscar un teléfono público para hacer una llamada, son los menos los que mandarían una carta manuscrita a un familiar o buscarían una palabra en un diccionario impreso, y así podríamos seguir describiendo el cambio de nuestro comportamiento producido por las tecnologías en el día a día.

Las redes sociales, Youtube, Wikipedia, WhatsApp, Google (en todas sus formas) y otras tecnologías nos hacen sentir que el mundo está en nuestras manos, que podemos acceder a la información con un solo clic y, además, podemos producirla y disponerla en la misma Nube.

A diferencia de otras épocas, las tecnologías actuales se caracterizan por permitirnos producir y acceder a grandes cantidades de información con facilidad y de manera inmediata. Pero sobre todo, nos permiten aprender, reelaborar y agregar más contenidos subiéndolos a red, que es lo que hoy se conoce como prosumidores (productores y consumidores de información).

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Proyectos. La irrupción de las tecnologías de la comunicación y la información en el sistema educativo es tan compleja e importante que es necesario asumirla, analizarla y darle el enfoque correcto, principalmente al momento de definir políticas públicas, considerando que son los docentes los que motivan, orientan e impulsan el proceso de aprendizaje.

Los proyectos de educación y tecnologías son muy variados y existen cantidades de experiencias en el mundo que nos permiten repensar la educación formal de la Ciudad de Buenos Aires. La Secundaria del Futuro, el Plan Integral de Educación Digital y el proyecto de la Universidad Docente están atravesados por el eje fundamental de la innovación pedagógica. Si bien es cierto que la innovación no pasa solo por la tecnología, no es menos cierto que la tecnología puede ayudar a la innovación, y mucho más en educación.

Detrás de los proyectos mencionados se busca incorporar a la vida de la docencia aquellas herramientas que colaboran en los procesos de enseñanza y aprendizaje de los alumnos, que ayudan a desarrollar una innovación en términos pedagógicos para lograr mejores aprendizajes. La Universidad Docente responde también a la necesidad de que haya más docentes en la Ciudad, por eso es importante entender cómo la tecnología puede colaborar con un proceso más efectivo de aprendizaje, para que sean más los que elijan estudiar esta carrera.

Ideas. Esta perspectiva, muy distinta a la tecnocrática que primó a principios del siglo 21, entiende que el centro de la educación es el alumno, un alumno activo y un docente que tiene un rol fundamental de organizar y animar situaciones de aprendizaje; y –en tercer lugar– la tecnología, que puede facilitar ese proceso educativo. No para reproducir lo mismo que hacía sin ella, sino recreando nuevas situaciones, con nuevos materiales y nuevos procesos de enseñanza.

Cuando entramos al ámbito de las escuelas, nos encontramos que la incorporación de estas herramientas es más lenta que en otros ámbitos, y esto se debe a factores multicausales: desde los vinculados a la formación de los docentes, hasta otros vinculados a la infraestructura. Las políticas públicas que se llevan adelante desde hace varios años tienen como objetivo ir solucionando estos problemas y aumentar el acceso a capacitaciones, herramientas, conectividad, etc.

Por lo tanto, no se trata solo de tener plataformas educativas, ni de generar MOOC’s para formar a los docentes, de cursar a distancia o de dar dispositivos y pantallas en el aula. Se trata de pensar desde lo pedagógico, desde lo docente, para lograr mejores aprendizajes con aquellos dispositivos que se encuentran en la vida diaria de nuestros alumnos, que les permitirán lograr mejores resultados en la formación de sus capacidades y conocimientos.

Formación docente.  Ahora bien, nos interesa de modo particular poder hablar de Formación Docente en CABA y comprender cuáles son los lineamientos que se quieren proponer desde la Universidad Docente respecto a la tecnología y la innovación pedagógica. La innovación radica en el modelo universitario propuesto: una transformación de la forma de enseñar y aprender. En una sociedad signada por la tecnología no la dejamos de lado, pero sabemos que el fundamento del modelo está en la interacción activa del estudiante con el docente con el contenido y el contexto.

En  primer lugar, se propone un modelo pedagógico innovador, centrándose en la formación inicial y continua, partiendo de un enfoque de enseñanza para aprender capacidades y enseñarlas, generando espacios para lo interdisciplinario y priorizando la práctica en diversidad de contextos educativos. Por eso, el rol de la tecnología es importante en el desarrollo del perfil docente que se quiere formar en este modelo pedagógico: tenemos que generar entornos de aprendizaje que fomenten la innovación pedagógica, a través de la incorporación de las herramientas digitales convenientes para alcanzar los objetivos.

¿Por qué sí? El uso de tecnologías digitales en el ámbito de la Universidad Docente se centra en el alumno desde dos perspectivas: la primera, en relación a la mejora de los procesos de aprendizaje por la calidad de las intervenciones de los docentes y la segunda, respecto a diversificar las modalidades de cursada por las variadas realidades de los alumnos.

En relación al primer punto, buscamos que las herramientas que se van a usar en la formación docente de la Universidad Docente –plataformas educativas, por ejemplo– les permitan a los profesores producir y compilar sus materiales en formatos digitales, diseñar estrategias digitales, realizar actividades de aprendizaje diversas y obtener información del avance de su alumnos. La facilidad con la cual se compilará la información de las actividades y de los trayectos que hacen los estudiantes, hará que el docente ponga el centro de sus estrategias en aquellos alumnos que presenten mayores dificultades y pueda diseñar intervenciones pedagógicas diferenciadas para cada uno de ellos. Por otro lado, aumentará la accesibilidad a los contenidos y a las actividades, haciendo que los estudiantes puedan tener el control de lo que van haciendo y tener información sobre cómo van avanzando en la cursada.

En segundo lugar, es muy importante destacar que hoy en día las herramientas digitales y las plataformas educativas en particular –salas de videoconferencias, Youtube, etc.– permiten la ubicuidad del aprendizaje, es decir, que se puede aprender, buscar información y hacer actividades en cualquier lugar. Esto significa que las posibilidades que abre el usar herramientas de este tipo les permiten a los alumnos la autogestión de sus estudios y nos permite pensar en diversas modalidades de cursado, flexibilizar la presencialidad, considerar que lo que pasa fuera del aula en un entorno formativo diferente, también forma parte del aprendizaje.

Si pensamos en la realidad de nuestros estudiantes, la mayoría de ellos trabajan y las incompatibilidades horarias respecto a una cursada con una modalidad presencial provocan la demora para finalizar sus estudios. Es ante esta dificultad que las tecnologías nos permiten ofrecer diferentes modalidades de cursado en pos de una mejora para los protagonistas de la educación –donde el docente es quien puede considerar la pertinencia de estas formas diversas de dictado– y para que puedan ser cada vez más los que estudien docencia.

En definitiva, las herramientas tecnológicas por sí mismas no forman, necesitan de docentes que las dominen críticamente, que les den contenido y sentido para que al formar formadores logren mejores resultados y un perfil docente que se adapte con mayor facilidad a las generaciones venideras de alumnos de la Ciudad.

* Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.