EMPRESAS Y PROTAGONISTAS
CINE

Alejandro Fadel: “El Elemento Enigmático propone un viaje hacia lo desconocido”

El reconocido director presentó recientemente su nueva película a nivel mundial en el Festival Internacional de Sitges y ya está disponible través de KABINETT. En una entrevista con Perfil.com contó detalles de la realización y habló sobre el rol de las plataformas en el cine independiente.

Plataforma art-house 20201014
Tras su proyección en Sitges la película del cineasta Alejandro Fadel estará disponible internacionalmente en la plataforma art-house KABINETT. | Kabinett

En la funda de su traje, "El Blanco" deambula por el infinito paisaje nevado ¿Quién es este astronauta sin nave, este motociclista sin máquina?. Esta es la propuesta de El Elemento Enigmático, la nueva película del reconocido director de cine Alejandro Fadel, estrenada a nivel mundial en el Festival Internacional de Sitges y actualmente disponible a través de la plataforma de art-house KABINETT.

En un diálogo exclusivo con Perfil.com, el también director de Muere Monstruo Muere (2019) y guionista de Leonera (2008), reveló detalles del desarrollo del mediometraje grabado en impactantes escenarios naturales. “La película fue pensada originalmente para ser proyectada en festivales musicales más que en festivales de cine”, comentó el director, sobre el destacado diseño sonoro con el que cuenta el film. Además, reflexionó sobre el rol del streaming en la realización de cine independiente. “Vino a plantear nuevas preguntas sobre cuál es el lugar de exhibición de las películas”. El Elemento Enigmático ya está disponible ingresando en wearekabinett.com.

¿Cómo vivieron el estreno mundial a través del Festival de Sitges y por streaming en Kabinett?

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

En este caso se dio una situación muy particular que no nos había pasado con otras películas. La posibilidad de proyectar la película en una sala en el Festival de Sitges con público presente, cosa que me alegra mucho porque creo que hay partes de esta película que se disfruta mucho en una pantalla de cine, pero por otro lado tan agradecido a Sitges como agradecido a Kabinett que la hayan podido estrenar prácticamente en paralelo. Muchas veces ocurre que primero se pasa en un festival y después pasa mucho tiempo hasta que el público puede acceder a ella. En este caso se dió esa primera experiencia de poder tener un estreno simultáneo para una sala y para el resto del mundo a través de Kabinett que es una plataforma que muy generosamente nos dió su lugar, su trabajo y su cariño hacia nuestro trabajo. Es una plataforma que está estrenando distinto tipo de materiales audiovisuales y eso se agradece. Son películas que normalmente no tienen tanto lugar en una plataforma convencional.

Es muy interesante que en El Elemento Enigmático hay todo un desarrollo que se puede apreciar más en una sala de cine, ¿cuáles fueron los desafíos para lograr esta experiencia?

Se trata de una película donde la noción de narrativa en el sentido más clásico de la palabra, está debilitada. El que busque una experiencia de acercamiento más tradicional, quizás no la encuentre acá. Pero también aquel que busque que el cine sea un lugar para expandir un poco las fronteras de lo que uno espera, puede encontrarse con un objeto por lo menos particular o extraño, sin dejar de proponer una experiencia audiovisual al espectador. Pienso que si bien la mayoría de las personas ya tienen prácticamente pequeños cines en sus casas, la película se disfruta con una buena pantalla y en caso de verla en una pantalla pequeña, con unos auriculares. De hecho la película fue pensada originalmente para ser proyectada en festivales musicales más que en festivales de cine. Es una película que tiene una particularidad: se filmó en seis días y se editó en cuatro años. Fuimos encontrando la plástica de la imagen a medida que íbamos montando y dándonos cuenta que había que jugar con ese material que habíamos registrado de una manera poco naturalista. Buscando que el paisaje tuviera su propia voz, que el paisaje hablara. La película propone, al igual que su personaje principal, un viaje hacia un lugar desconocido. Ese movimiento que hace el personaje también lo va haciendo la película mientras avanza, llevandolo al espectador a un lugar de sorpresa, de novedad y en algún punto donde tenga que acomodarse su percepción y preguntarse qué es lo que esta viendo y buscar el interés en ese desconcierto.

Mirá
El reconocido director presentó su nueva película El Elemento Enigmático en el Festival Internacional de Sitges y ya está disponible través de KABINETT. (FOTO: Kabinett)

Claramente las cualidades auditivas son un elemento fundamental de la película, ¿Cómo lograron ese resultado?

La música es un aliado ideal para acompañar este viaje. Como te decía la película fué pensada para pasarse en festivales de música, lo que probablemente suceda en un futuro próximo. Si bien sabíamos que la película iba a tener la música de mi amigo j.crowe, artista que admiro profundamente, cuando filmamos llevamos a Santiago Fumagali, que es el sonidista de mis películas anteriores, que hizo un amplio registro de sonido de todo lo que el paisaje nos proponía. Ríos, vientos, nieve cayendo, pasos en distintas superficies. Esa materia orgánica que el estaba transformando mediante la máquina en digital, iba a ser la base sobre la que j.crowe iba a construir los climas sonoros de la película y creo que en gran parte esa experiencia audiovuisual. La música de j.crowe es un compañero fundamental para disfrutar de la experiencia. Hubo un trabajo musical basado en el hardware y no tanto en el software. No es una música que se hizo en la computadora, sino que se iba tocando mientras sucedía la imagen.

Mencionaste que es una película que tiene un trabajo de edición de casi cuatro años, ¿qué es lo fundamental para un trabajo tan detallado?

Son películas que al no tener responsabilidad ninguna para con ningún agente externo, como puede ser un vendedor internacional, un productor extranjero, los propios institutos de cine de los países, estaba hecha completamente sin presiones de los tiempos y los objetivos o lo que se considera un éxito o un fracaso. Uno trabaja exclusivamente para ese objeto que está fabricando. Está bueno tener la oportunidad de pensar que cada película puede tener su propia forma de existir y encontrar sus formas de exhibición. Filmar en un esquema así también te da la posibilidad de tener un grado mayor de riesgo, de experimentación y ver cuales son los límites a los cuales el arte y en este caso el cine, tiene que siempre tratar de expandir y correr el límite.

El Blanco es el protagonista del film y es una persona que deambula preguntándose por la libertad en un contexto totalmente libre, ¿qué hay detrás de la creación de este personaje?

Es un personaje que está trabajado sin ningun tipo de psicología ni explicación. Casi como El Caballero Herrante en la literatura clásica. Uno podría pensar que debajo del traje no hay nada. Que debajo de las antiparras no hay mirada. Una especie de entre hombre y máquina. Si vos me preguntas en un grado más concreto, yo imaginé la historia junto con mi hermano Tomás, que eran los últimos días de una persona en un planeta que estaba vacío. Lo que se produce a lo largo de la película, sin contar tanto de la narración, puesto que tiene poca, es una especie de desoblamiento de este personaje buscando una especie de compañía o de afecto, y ahi aparecen dos personajes que parecen ser sus contrarios, donde ponen a su deambular un poco melancólico quizas en jaque, brindandole al personaje una serie de textos que están tomados del libro La Libertad Total, de Pablo Katchadjian, que dialogan incluso con la película. Es como si la película a través de esos textos y esos personajes que, quizás sean fantasmas, se permite no tomarse tan en serio y hacer un tipo de humor o de absurdo con esos mismos materiales.

¿Cuáles son las primeras repercusiones que tienen en base a la gente que lo vió en el festival y a través de Kabinett?

Creo que la película está gustando bastante, por lo menos, yo no tengo redes sociales, pero puedo ser un stalker fácilmente. Con las otras películas estaba un poco más atento, y esta, al saberla un objeto particular, y un poco excéntrico, en el sentido de “fuera de la norma”, me llamó la atención que la gente percibía más o menos de la misma manera la estética de la película, y de manera muy diferente su propuesta narrativa. Cuando una película te permite tener distintas miradas sobre un objeto, me parece lo más interesante. Quiere decir que ni siquiera uno como director está tan firme en el terreno de lo que quiso decir o de lo que quiso hacer. Sino que la película se va complementando o construyendo. Incluso en las charlas posteriores que he tenido, como esta, seguramente surjan cosas que yo no había pensado de tal manera. Eso hace que las películas sean un organismo vivo y que puedan permitirle al espectador participar de esa experiencia y volverlo algo que no sea un acto de vanidad.

¿Qué otros proyectos están en marcha?

En este momento del mundo uno debe tener varias opciones bajo la manga para poder entender cómo funciona el cine en un mundo cada vez más concentrado, donde prima cierto tipo de relato y parece ser que el espectador solo quiere ver una cosa, pero a la vez eso está dictado por una serie de mecanismos informáticos. Sin embargo, el más concreto es que con Agustina Llambi Campbell, la productora de mis dos largometrajes, estamos coescribiendo la adaptación de Las Aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara, y estamos prontos a empezar a mostrar el guion para ver cómo podemos financiar una película de estas características, que al igual que Muere Monstruo Muere, tiene un grado de ambición grande y también un riesgo significativo. Me pregunto si hoy eso sería posible. Si basta con las ayudas de los fondos internacionales. de los coproductores, del tradicional esquema de los últimos veinte años de producción independiente, o si el único camino sean las plataformas de streaming. Eso no lo sé, y es una pregunta que me hago y supongo que me demandará algunos años respondermela. El objetivo fundamental es no perder la libertad creativa sobre la película que uno quiere hacer.

¿Se podría decir que el streaming vino a potenciar el cine independiente?

Vino a plantear nuevas preguntas sobre cuál es el lugar de exhibición de las películas. No estoy seguro cual será el futuro. Intuyo que nada va a detener la concentración de poder de quienes toman las decisiones de qué se exhibe, y como y cuando se exhibe. Es un poco irreversible esa cuestión, por lo menos en los próximos tiempos que me toque vivir a mi. Los que hacemos películas tenemos que seguir pensando cómo llegar a los espectadores que añoramos.