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El regreso de Metallica

Después de cinco años de silencio presentaron "Death Magnetic". Galería de fotos de la presentación del disco en Berlín. Galería de fotos

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| AFP

Si es demasiado fuerte es que estás demasiado viejo": después de cinco años de silencio, los cuarentones de Metallica sacan un álbum de heavy metal sin concesiones que podría reconciliarlos con sus admiradores de la primera época, desamparados por recientes extravíos.

"Death Magnetic", disponible desde el próximo viernes en todo el mundo, marca un regreso de los cuatro californianos a sus raíces, el álbum "Master of Puppets" (1986), considerado la cumbre de sus 25 años de carrera. El productor Rick Rubin, quien relanzó la carrera de Johnny Cash al final de su vida, contó que pidió a los miembros de Metallica escribir sus nuevas canciones como si fueran debutantes y desearan obtener un contrato.

 "El ejercicio no era rescribir canciones como esas (de los años 1980) sino escribir canciones con ese espíritu", explicó Rubin recientemente al New York Times. La carátula del disco, un ataúd rodeado de un campo magnético, recuerda la del cementerio de "Master of Puppets". Las letras siguen siendo sombrías, pobladas de seres aterradores que deben mucho al universo del escritor H.P. Lovecraft. Incluso la "M" color acero del logo, abandonada en la década de 1990, está de regreso.

Aunque seguía siendo capaz de llenar estadios gigantes en sus conciertos en Estados Unidos y Europa, el grupo parecía haber comenzado mal el siglo XXI desde el punto de vista creativo, tras vender 57 millones de discos en Estados Unidos, casi tantos como Michael Jackson. Primero fue el álbum "St. Anger" en 2003, bizarramente mezclado con una batería muy adelantada y desprovisto de los solos que cimentaron la reputación del guitarrista prodigio Kirk Hammett. Un semi fracaso comercial. Estrenado el año siguiente, el documental "Some kind of monster" mostraba un retrato penoso de un grupo al borde de la implosión, víctima de las tensiones entre sus dos polos: el baterista Lars Ulrich y el cantante James Hetfield, entonces en medio de dos curas de desintoxicación.

 Los dos hermanos enemigos, convertidos en padres de familia multimillonarios, incluso habían contratado a un terapeuta para intentar reconciliarse. Muchos admiradores de la primera época, que veneran los trabajos de 1983-1988 "Kill 'em all", "Ride the lightning", "Master of puppets" y "...and justice for all", estiman que el "verdadero" Metallica murió después de 1991, año en que salió su álbum "Metallica" con la cubierta negra. Irónicamente fue gracias a este disco con ritmo de plomo que el grupo abandonó el nicho de los aficionados al "metal", ya sea "trash", "speed" o "heavy", para registrar un enorme éxito comercial.

 Pero el grupo que siempre hizo de la integridad una profesión de fe tal vez fue demasiado lejos con la experimentación: en 1999, Ulrich, Hetfield, Hammett y el bajista Jason Newsted grabaron una reinterpretación de sus canciones...con la Filarmónica de San Francisco. Al año siguiente, Ulrich fue cuestionado por asumir el liderazgo de la cruzada de los artistas contra Napster, el programa de intercambio de archivos musicales en internet, acusado de haber favorecido la piratería musical. Con "Death Magnetic", una hora y 15 minutos de furia, los hombres de negro parecen vovler a bases sanas, según la revista Rolling Stone, que calificó el disco de "equivalente musical de la invasión de Rusia a Georgia: un súbito acto de agresión de parte de un gigante dormido".