Río de Janeiro – A poco de confirmarse la visita del ex líder de Pink Floyd, Roger Waters, a San Pablo y Río de Janeiro, una gran expectativa se desató sobre los brasileños. Sin embargo, la sorpresa por la llegada del artista británico se acrecentó tras conocerse los precios más altos de las entradas al concierto, que alcanzan los 240 dólares por butaca.
La presentación del show de El lado oscuro de la Luna –y con ello la llegada del “cerebro” de una de las mejores bandas de rock progresivo de la historia– tendrá como epicentro a las dos ciudades más grandes de Brasil: uno de los recitales está previsto en la ‘Ciudad Maravillosa’, el próximo 23 de marzo y, el segundo, al día siguiente, en San Pablo.
En Río, el espectáculo será montado sobre la Plaza de la Apoteosis, al final de la pasarela del famosísimo Sambódromo. Allí, los precios serán discretos: 140 reales (unos 67 dólares) e, inclusive, los estudiantes podrán comprarlos por la mitad. En Sao Paulo, el show de Waters se desarrollará en el imponente estadio Morumbí –con más de 70 mil localidades–, donde los espectadores deberán tener algo más de “coraje” con los precios, pues van de 140 hasta 500 reales (casi 240 dólares).
Con el comienzo de la venta de entradas, el próximo 14 de febrero, los organizadores esperan obtener una gran demanda. Para ello, habrá puestos de venta también en la capital brasileña –Brasilia– y en la ciudad de Curitiba –al sudeste del país–, además de Internet.
La negociación con Waters se extendió por largo tiempo y finalmente decantó recientemente, cerrando la parada brasileña de una gira por Latinoamérica por la que también tocará en otras naciones: la Argentina, Chile y México. En la Argentina, el artista se presentará el 17 y 18 de marzo en el Estado de River Plate, y los precios de las entradas irán de 80 hasta alcanzar los 440 pesos.
El show estará estructurado en dos segmentos: por un lado, habrá una primera parte con temas de la carrera solista del artista; en segundo término, Waters desgranará la obra cumbre de los Floyd: las canciones que integran The Dark Side of The Moon (El lado oscuro de la Luna, de 1973), considerado como uno de los máximos álbumes de todos los tiempos, con más de 40 millones de copias vendidas en el mundo.
Por ese motivo y con el fin de apuntalar el espectáculo, Waters apeló a los conceptos visuales imponentes –como los que Pink Floyd utilizaba en la década del 70–. Sin embargo, ahora los efectos tecnológicos serán de punta y contarán con el apoyo de Mark Fischer, el pionero que también trabajó con el cuarteto en la gira mundial de The Wall, otro gran éxito de los británicos.
Fuente: AFP