El jefe de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, confía en que se esté acabando el tiempo del líder libio, Muamar Kadafi, a pesar del prolongado conflicto entre sus fuerzas y los rebeldes que buscan sacarlo del poder. “Se terminó el juego para Kadafi. Debe darse cuenta de que más pronto que tarde no hay futuro para él y su régimen”, declaró el secretario general de la OTAN a la cadena televisiva CNN.
En medio de los cambios socio-políticos en el Norte de África y Medio Oriente, la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y la creciente presión sobre los talibanes en Afganistán, el ex primer ministro danés dijo que era “muy optimista” de que Kadafi sería desplazado del poder después de ejercerlo durante más de cuatro décadas.
Misrata, bastión insurgente del oeste de Libia asediado por las fuerzas gubernamentales de Kadafi, volvía a ser escenario de intensos combates, mientras los rebeldes de Bengasi esperaban armas de Italia. Los combates se desarrollaban al oeste de la región, cercana a la capital libia.
No obstante, la OTAN negó nuevamente que el líder libio sea el objetivo de sus bombardeos.
"Todos los blancos de la OTAN son blancos militares, lo que significa que todos los que estamos atacando, como en la noche anterior (del lunes) en Trípoli, son centros de mando y búnkeres" utilizados por el régimen libio, explicó a la prensa en Bruselas el general brigadier Claudio Gabellini.
Mientras tanto, en el frente oriental, ambas partes mantuvieron sus posiciones entre Ajdabiya y Bengasi, pero el director del servicio de ambulancias en la línea del frente afirmó que violentos combates causaron la muerte de por lo menos seis rebeldes e hirieron a un mínimo de diez más. También consideró posible que "los proKadafi hayan tenido muchas bajas".
En la parte occidental de Libia, los insurgentes avanzaron unos 15 kilómetros al oeste de Misrata, levantando barricadas y acercándose a Zliten, ciudad de 200 mil habitantes a unos 150 kilómetros de Trípoli, según la agencia AFP.
De acuerdo con la secretaria general adjunta de la ONU encargada de los Asuntos humanitarios, Valerie Amos, 746.000 personas han huído del país y 5.000 están bloqueados en las fronteras con Egipto, Túnez y Níger. Por otra parte, 50.000 personas están en campamentos improvisados al este de Libia.
Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), unos 50.000 refugiados libios han pasado por el sur de Túnez desde hace un mes.