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Barcelona
Cientos de miles de catalanes se movilizaron ayer en Barcelona para celebrar la fiesta regional de la Diada, también conocida como el Día de Cataluña, en una jornada que coincidió con el inicio de la campaña para las elecciones autonómicas del 27 de septiembre. La masiva marcha de ayer sirvió al movimiento soberanista para tomar impulso –y mostrar una vez más su enorme poder de convocatoria– de cara a los cruciales comicios del 27S, que son presentados por los independentistas como un verdadero plebiscito acerca de la conveniencia o no de que Cataluña se separe de España.
Según la Guardia Urbana, alrededor de 1,4 millón de personas participó en la movilización bautizada Vía Libre a la República Catalana. En cambio, los organizadores de la marcha hablaron de más de dos millones de personas, mientras que la Delegación del Gobierno Central rebajó los asistentes a entre 520 mil y 550 mil.
Al acto acudieron representantes de las candidaturas de las plataformas independentistas Junts pel Sí (Juntos por el Sí) y CUP (izquierda). La movilización fue organizada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), cuya ex presidenta, Carme Forcadell, es la número dos en las listas de Junts pel Sí. En esa misma formación se presenta Artur Mas, actual presidente del gobierno autonómico catalán (Generalitat). Mas no acudió a la manifestación, cuya convocatoria en coincidencia con el inicio de la campaña fue muy criticada por otras fuerzas políticas contrarias a la independencia de Cataluña, que la tacharon de electoralista.
La de ayer fue la cuarta gran movilización promovida por la ANC, luego de la multitudinaria manifestación de 2012 por el centro de Barcelona, la cadena humana que cruzó Cataluña de norte a sur en 2013 y la concentración que se extendió en forma de V por la Gran Vía y la Diagonal en la capital catalana en 2014.
Aunque ayer no participó en la marcha, Mas sí pronunció un duro mensaje dirigido al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy: “Tengo un mensaje para el gobierno: tomen nota de lo que han visto. Dejad esta miopía política, este orgullo imperial, esta amenaza como si fuésemos delincuentes. Somos gente normal, serena y pacífica”.
La izquierdista CUP, más radical que Mas en su reclamo independenista, participó del acto pero desde un lugar más discreto que Junts pel Sí.
