Cubierto por la bandera roja y gualda, el féretro con los restos de Adolfo Suárez, primer jefe de gobierno de la democracia española, fue instalado con honores este lunes en el Parlamento español para darle el último adiós.
Llevado a hombros por ocho militares al son acompasado de un sobrio tambor militar, el féretro entró en el Congreso de los Diputados, en Madrid, por la puerta principal, flanqueada por dos leones, que sólo se abre en ocasiones excepcionales.
Los restos de Suárez, trasladados desde la clínica madrileña donde había fallecido el domingo a los 81 años, desfiló, seguido por sus familiares, ante la mirada atenta del rey Juan Carlos, del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, y sus tres antecesores vivos, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Los reyes de España fueron los primeros en rendir honores en una capilla ardiente que después estará abierta al público durante 24 horas.
Cientos de españoles se reunieron también desde primera hora de la mañana frente al lugar donde esperaron asimismo representantes de cuerpos militares en uniforme de gala que presentaron armas al féretro en señal de respeto.
El martes, el féretro de Suárez será trasladado a Ávila, de donde era originario, para ser enterrado en su Catedral. La próxima semana tendrá lugar un funeral de Estado en la catedral madrileña de La Almudena.