La senadora Liliana Segre, sobreviviente del campo de Auschwitz en 1944, deportada por las leyes de Mussolini, traspasó este jueves la presidencia del Senado italiano a Ignazio La Russa. El flamante presidente es relacionado a diestra y siniestra con el fascismo. Pero él, cuyo segundo nombre es Benito, aclara: “No soy fascista, soy mussoliniano”.
Siciliano, La Russa no es un personaje nuevo en la política italiana. Ha sido miembro del Parlamento durante veintiséis años. La cosa viene de familia. Su padre, Antonino La Russa, con cinco legislaturas y veinte años de vigencia, también tuvo una extensa carrera política como senador del Movimiento Social Italiano (MSI), partido en el cual su hijo dio sus primeros pasos, heredero directo del fascismo. “El MSI fue el partido de los que perdieron la guerra. Por supuesto, tenían una visión diferente de la historia, pero construyeron un partido muy democrático”, aseguró el heredero La Russa, sobre la coalición de la “destra nazionale” cuyo lema fue “no repudiar, no restaurar”.
Mano derecha de Giorgia Meloni, junto a la cual fundó Hermanos de Italia, en 2018 La Russa fue entrevistado en su casa por un programa de televisión en el que le mostraron sus recuerdos fascistas. Placas, bustos y estatuas de Mussolini. “Todos somos herederos del Duce”, declaró entre sus frases más célebres. Aunque debió hacer una rápida aclaración: “En el sentido en que somos herederos de nuestros padres y abuelos”.
En febrero de 2020, con los temores de la pandemia por covid-19, aprovechó Twitter para dar un consejo para mantener el contagio alejado: “No te acerques a nadie. Es mortal contaminarse. Haz el saludo romano: es antiviral y contra los microbios”. La Russa mostró dicho saludo, con similitudes casi exactas con el nazi, en numerosas ocasiones, inclusive en el Parlamento. Pero hace pocas semanas condenó a su hermano, Romano La Russa, concejal de Seguridad de la región de Lombardía, que hizo el mismo gesto en el funeral de un amigo.
Dicha imagen recordada por los italianos (sin dudas no recordada por buenas razones) en la que La Russa hace el saludo nazi se produjo durante el debate por la Ley Fiano (2017), en contra de la propaganda fascista. “Esta ley no solo prohíbe hablar, no solo prohíbe decir, escribir, pensar, representar, dibujar, pintar, esculpir cosas que a este régimen político no le gustan, sino que también prohíbe los gestos. Así que, a partir de ahora, ten cuidado de levantar la mano sobre el hombro, ten cuidado de caminar con la pierna levantada horizontalmente al caminar. Si acentúas tu barbilla, ¡puedes ser responsable de dos años de prisión! Porque la acentuación de la barbilla ciertamente recuerda a ese monstruo, que era Benito Mussolini”, expuso irónicamente La Russa desde su banca.
El senador es abogado y durante su camino como defensor participó en los procesos por los homicidios de Sergio Ramelli, Graziano Giralucci y Giuseppe Mazzola, asesinados por las Brigadas Rojas, organización revolucionaria de ideas marxistas fundada en 1970.
En su primer discurso en la dirigencia del Senado, La Russa afirmó: “Buscaré con todas mis fuerzas ser el presidente de todos”.