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Vaticano
El papa Francisco condenó “la conciencia insensible y anestesiada” de Europa ante el drama de los refugiados, al encabezar ayer en el Coliseo de Roma el tradicional Vía Crucis nocturno que conmemora el calvario de Cristo antes de la crucifixión.
“Oh Cruz de Cristo, aún hoy te vemos en nuestro Mediterráneo y en el mar Egeo, convertidos en un insaciable cementerio, imagen de nuestra conciencia insensible y anestesiada”, clamó el papa.
El recorrido alrededor del Coliseo se celebró marcado por las fuertes medidas de seguridad en la capital italiana adoptadas tras los ataques terroristas perpetrados el martes pasado en Bruselas, que costaron la vida a 31 personas.
Este año, el Pontífice encargó al cardenal italiano Gualtiero Bassetti, uno de los purpurados de su mayor confianza, la redacción de las meditaciones que tradicionalmente se leen en cada una de las 14 estaciones del Vía Crucis, que también estuvieron dedicadas a los refugiados.
En cada estación del recorrido se trató un tema específico entre varios tópicos que preocupan a la humanidad. La cruz fue cargada por fieles de diversas nacionalidades, entre ellos, ciudadanos de Paraguay, Ecuador, Bolivia y México, los países latinoamericanos que el Papa visitó en 2015. En las últimas estaciones, la cruz les tocó a los sirios Haddad Rana y Yousef Saghir y a los hermanos franciscanos de Tierra Santa, en representación de las regiones azotadas por conflictos bélicos.
Antes del Vía Crucis, Francisco dirigió en la basílica de San Pedro la ceremonia de la Pasión de Cristo, típica del Viernes Santo. El rito comenzó con Jorge Mario Bergoglio tumbado en el suelo y orando ante el altar mayor del templo, donde se considera que yacen los restos de San Pedro.
Contra el terrorismo. El jueves, el Pontífice se había referido a los atentados en Bélgica. Lo hizo durante una misa en un centro para inmigrantes en el pequeño pueblo de Castelnovo di Porto, en la que Francisco aseveró que detrás de los ataques terroristas “están los traficantes de armas que quieren sangre y no la paz, que quieren la guerra y no la fraternidad”. Desde que asumió su papado, Bergoglio adoptó una postura activa contra la guerra en Siria, caldo de cultivo de EI, que golpea cada vez con más frecuencia en Occidente.
Benedicto “se apaga”
El secretario personal de Benedicto XVI, Georg Gänswein, reveló en una entrevista publicada ayer que el estado de salud del anciano papa emérito es cada vez más delicado. “Es como una vela que se apaga lenta y serenamente”, dijo Gänswein. Contó además que Joseph Ratzinger, quien cumplirá 89 años el próximo mes, debe desplazarse con un andador ya que su caminar se ha vuelto “fatigoso” por su avanzada edad. La última aparición pública de Benedicto fue el pasado 8 de noviembre, cuando se inauguró el Jubileo en la Puerta Santa de la basílica de San Pedro.