Alemania tampoco escapó al terror y la paranoia. Una persona atacó ayer con un cuchillo y mató a un hombre de 31 años en Wuppertal, al oeste de Alemania. El agresor hirió a un tercero y luego se fugó. “Puedo confirmar que se trata de un crimen. Un hombre perdió la vida y otro fue hospitalizado”, informó un vocero de la policía local, que se rehusó a precisar si se trataba o no de un atentado. Los medios de comunicación, en tanto, difundieron otra hipótesis: el incidente que precipitó el asesinato habría sido una pelea.
La policía buscaba a uno o varios agresores y no estaba en condiciones de precisar las circunstancias exactas de lo ocurrido. Una versión difundida por la prensa sostenía que todo se desencadenó a raíz de una pelea entre varias personas en las proximidades de la estación central de tren de la ciudad. De confirmarse esa teoría, no se trataría de un ataque yihadista, sino de un incidente policial convencional.
Tristeza. Alemania amaneció ayer enlutada por los atentados de Barcelona, que dejaron 13 alemanes heridos, algunos de ellos en muy grave estado. “Puedo decirles con pesar y tristeza que entre los heridos hay también numerosos ciudadanos alemanes”, dijo el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Martin Schäfer.
En un acto de campaña, la canciller Angela Merkel lamentó que el terrorismo provoque “momentos amargos y profundamente tristes”. “Estos mortíferos atentados nos han vuelto a ilustrar con qué desprecio asesino por la vida humana actúa el terrorismo islámico, y en estos momentos hemos sentido también cuán estrechamente estamos unidos españoles, alemanes y todas las personas libres en todo el mundo”, declaró. Merkel envió también una carta a Rajoy, en la que expresó sus condolencias por los fallecidos y deseó una rápida recuperación a todos los heridos.
Por su parte, el ministro del Interior, Thomas de Maizière, ordenó que las banderas ondeen a media asta en toda Alemania, en señal de solidaridad tras los atentados en Cataluña.
Antecedentes. Aunque no estaba confirmado si se trató de una riña o un atentado, la opinión pública había seguido de cerca en aquella ciudad el juicio a uno de los yihadistas más conocidos del país. La Justicia juzgó hace unas semanas en Wuppertal a Sven Lau, acusado de colaborar con una organización terrorista. El imputado fue condenado a cinco años y medio de prisión por apoyar a la milicia islamista Jamwa, según dictaminó el Tribunal Superior de Düsseldorf, máxima instancia del estado federado alemán de Renania del Norte-Westfalia.
Lau fue el impulsor de la llamada Policía de la Sharia, un colectivo islamista que en 2014 “patrullaba” las calles de Wuppertal con el objetivo de propagar y preservar los valores del islam. La milicia terrorista Jamwa lucha por instaurar un califato, argumentó la fiscalía. Parte del grupo se habría unido a Estado Islámico (EI). n