MODO FONTEVECCHIA
Crisis social

Agustín Salvia: "Si esto sale mal, podemos llegar a un 80% de pobreza"

El Director del Observatorio de Deuda Social de la UCA remarcó que las crisis son disciplinarias y que estamos en presencia de un proceso de destrucción. "Es imposible volver atrás y hay que construir algo nuevo", aseguró.

Agustin Salvia
Agustin Salvia | Télam

El investigador principal del CONICET, Agustín Salvia, señaló que las cosas no estallan porque la gente todavía tiene su trabajo. “La mayor crisis emocional y el efecto psicológico, si lo traducimos en términos económicos de la crisis, está recayendo sobre las clases medias bajas”, declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Agustín Salvia es investigador principal del CONICET y Director del Observatorio de Deuda Social de la UCA. También es sociólogo especialista en temas de estructura social, mercado de trabajo, condición de vida, pobreza y desigualdad económica y exclusión juvenil.

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¿Es la primera vez que en un mes ves un aumento de un 8% en la pobreza?

Hay experiencias en la Argentina. Es cierto que es una proyección bastante robusta, basada en conjuntos supuestos con base en toda la información disponible oficial en cuanto a la canasta básica alimentaria, como los implementos que se fueron dando en términos de las remuneraciones formales, públicas, privadas, ayudas sociales. En una economía en donde el 50% de los trabajadores está en negro, el esfuerzo que hace la gente para sacar adelante con más trabajo lo que no tiene con mejores ingresos queda registrado. Con lo cual, puede ocurrir que el valor sea menor al que estamos planteado, pero por la comparación que estamos llevando hay dos escenarios anteriores que en Argentina podrán ser similar. El  primer gran pico de pobreza que dejó la dictadura militar se dio en el periodo democrático, en octubre del 83’. El segundo gran pico se da en octubre de los 90’ y la pobreza crece en esos niveles.

El pico de octubre del 83’ llegó al 26%. En el noventa llegamos a 46% en pocos meses, y en octubre del 2002 llegamos al 74,6% de pobreza en Argentina. Usamos la misma metodología que estamos usando ahora, en estos dos meses de diciembre y enero, y eventualmente el pico llegará en febrero o marzo, y estaremos rondando el 60%. Esperemos que no lleguemos a valores superiores, pero si vamos viendo cómo está aumentando todo, tal vez estemos escalando hacia arriba. Así que quizás podríamos decir que si esto sale mal, podríamos llegar a un 80% de pobreza. Esperemos que no sea así. Hay que tomar la discusión acerca de qué tan rápido y profundo había que hacer el ajuste, pero sin duda había que equilibrar un sistema de precios muy distorsionado. Hay una pobreza encubierta en una burbuja de consumo que falla, que es lo que genera esta situación y que puede ser que continúe hasta marzo. Solamente mejorará si baja la inflacióny habrá de empeorar si se pierde la fuente de trabajo.

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El pico fue en octubre del 2002, 10 meses después de la megadevaluación, con un 74% de pobreza. Vos crees que en febrero puede llegar a un 60%, lo que indicaría un desaceleramiento, porque en enero fue un millón de pobres por semana y aumentó un 8% la pobreza. Vos decías que para mejorar, no solo debería pararse la inflación, sino que también debería haber reactivación económica. Si esto sale bien no quiere decir solamente que se pare la inflación, sino que si para la finalización haya crecimiento económico…

Tiene que haber un conjunto de otras medidas que no ocurrieron en diciembre y en enero que están hoy en discusión, como el salario mínimo, que cumple una función de señal de ingreso del sector informal de la economía. Hay un proceso de ajuste de las remuneraciones, incluso de asalariados informales de cuenta propia, que van ajustando en base del salario mínimo. Eso va a producir un efecto de mejora. También se abren las paritarias, ya empezaron a  haber aumentos en el sector formal, nada que compense la inflación, por eso la pobreza va a estar por arriba del 40%

Pensar en más de un 60% sería una catástrofe. Pensar el resto sería que ocurra un proceso en los  pagos y en un eventual cierre en las pequeñas y medianas empresas. Eso no está ocurriendo, sino que se normalizan las pequeñas empresas, lo cual significa más empleo en negro y salarios más bajos, pero que la gente mantenga su trabajo va a ser un punto de contención social. Creo que las cosas no estallan porque, hoy por hoy, la gente todavía tiene su trabajo y la pelea buscando trabajar más horas, buscando changas, acomodando su canasta familiar, reduciendo sus costos de vida. Obviamente, en todo esto no se visibiliza que detrás de esto hay una crisis emocional, un estrés en muchas personas. Los sectores más pobres, en tanto la medida que tomó el Gobierno de duplicar la Asignación Universal por Hijo, esos aumentos se vieron compensados como un ingreso en enero, esos segmentos tienen ciertas compensaciones. La mayor crisis emocional y el efecto psicológico, si lo traducimos en términos económicos de la crisis, está recayendo sobre las clases medias bajas, sobre los trabajadores y trabajadores autónomos que tienen un trabajo regular y que no tienen un programa social, no es la primera vez. 

¿Hay algo de resignación? Es decir, en el primer golpe el sector social reacciona inmediatamente y luego se va cansando y se acepta la realidad como inmodificable.

Hay algo de adaptación, las crisis son disciplinarias. Solo emerge el estallido, cualquier crisis sistémica en donde se desordenan las variables, donde empiezan a jugar las leyes de la termodinámica y la disolución avanza, donde se quiebran los sistemas de autorregulación, en ese contexto gana quien tiene una estrategia organizada, ya sea para irrumpir y generar el caos o para imponer un desborde

En Centroamérica, obviamente el proceso de disciplinamiento lleva gran parte del siglo XX. En la apertura de hoy, nosotros compartimos una idea del psicólogo y sacerdote salvadoreño Martin Baró en los años ’70 sobre el concepto del "latino indolente". Baró, a través del método de la encuesta, logró sintetizar las percepciones de la realidad de miles de salvadoreños y generar un constructo teórico. Este psicólogo social decía que el gran problema de los individuos de los sectores populares era la creencia fatalista. Es decir, que su destino estaba escrito, que era inevitable y que su acción solo podría empeorarlo. Baró describe cómo se hace carne la idea de que la vida es un proceso doloroso y que hay que atravesarlo naturalmente de esa manera. Esta idea generaba un comportamiento de sumisión y pasividad sostenida en la preocupación única por el presente y la materialidad del ahora. 

Detrás de eso hay una cosmovisión judeo-cristiana, pero más allá de esto, la promesa del futuro es la salvación posterior, el sacrificio. Cada crisis es eso, un momento de sacrificio atado de una promesa futura. La sociedad tiene un comportamiento de esta naturaleza. Las revoluciones en el mundo vienen a ofrecer esa redención frente al sufrimiento.

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Podemos decir que lo que está por verse es un poco esa frase de Spinoza sobre que no sabemos qué es capaz de aguantar un cuerpo. ¿Los procesos disciplinarios hicieron perder esa categoría insumisa que tenía la sociedad argentina por una cultura más democrática que el resto de los países latinoamericanos?

Yo no creo que aparezca eso que estás comentando. Veo que quien tienen hoy una estrategia política es el Gobierno, el oficialismo.

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El crecimiento de la pobreza en Argentina.

En la termodinámica, la primera ley dice que la energía no desaparece, se transforma. La segunda ley dice que en esta lógica todo proceso se basa en su máxima su entropía salvo que opere un proceso de enfriamiento. Y la tercera ley asegura que no existe el ser absoluto, por lo tanto nunca se llega al orden. En esos contextos de crisis, quien tiene la estrategia de juzgar con la crisis es el Gobierno, que trabaja con la crisis. No creo que en este contexto venga un estallido social, lo que viene es un desengañamiento alrededor de quien tiene herramientas de poder para cambiar las reglas de juego y usar el esquema de la termodinámica y básicamente árboles de decisión que cambien de acuerdo al resultado. Quien tenga estrategias de este tipo sabrá navegar la crisis social. 

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Creo que el Gobierno está produciendo ese shock destructivo desde las relaciones sociales, fortaleciendo el individualismo, el lazo solidario, desarticulando la organización de las coaliciones políticas preexistentes, afectando a las empresas y jugando con la incertidumbre. En esa estrategia hay un esquema racional y de poder, no considero que acá haya racionalidad. Pero también es cierto que el 56% de la población apostó a un cambio y estamos en presencia de un proceso de destrucción. No sé a dónde nos va a llevar. No sabemos todavía cómo se va a terminar construyendo. La dolarización puede ser una salida estratégica. No creo que sea buena, pero finalmente ordenadora de un nuevo régimen socioeconómico.

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Habrá que ver cómo transcurre el tiempo social…

Y cuánta es la capacidad de resistencia y de controlar ese lado complejo y cuánta es la capacidad de construir poder alrededor de eso. No creo que el Gobierno la tenga fácil en esta lógica.

Usaste la palabra "shock" y "disciplinamiento", y me viene a la mente la "doctrina del shock" construida por Naomi Klein. Pienso que el proceso de disciplinamiento era el mismo que se usaba a partir de un shock y cuanto más grande sea la crisis, mayores son las posibilidades de disciplinar.

Así es, solo hay un cambio acorde a medida que haya una estrategia de poder, que es la historia de la humanidad al devenir de las revoluciones de clases medias.

Javier Milei
El presidente Javier Milei.

Usted dice que debe haber un actor político que sea de vanguardia, si no los pueblos solos no se organizan...

Pareciera ser que está ocurriendo en la derecha libertaria, se está amalgamando una línea política en ese sentido. A un analista político no debería sorprenderle, pero la oposición no tiene una propuesta política para responder esto, va naciendo. Vemos emerger una nueva generación de líderes del radicalismo o desde el peronismo y de gobernadores que piensan los problemas políticos y sociales de una manera distinta, pero es como si su tiempo histórico no fuese este.

Para mí, siendo cientista social, pienso ser optimista en el mediano plazo. Creo que de esto deviene una reacción, una síntesis capaz de no volver atrás la termodinámica, ese lado que se derrite nunca vuelve a su posición original. Es imposible volver atrás y hay que construir algo nuevo, que le corresponde al progresismo, al centro o incluso a la izquierda, construir ofertas de construcción política superadora de esto. En el tiempo histórico incluso internacional parece que esto tiene un correlato entre el avance de la derecha en Europa y Estado Unidos con que no hay un código de coincidencias de alianzas estratégicas por parte del Gobierno. Hay una tendencia global que avanza por ahí porque las izquierdas se han quedado atrás.

Un triángulo y dos escenarios 

Podríamos sintetizar que estamos en el proceso de destrucción, todavía no comenzó lo nuevo y no se sabe si lo nuevo va a ser producido por la centro derecha o por el progresismo como reacción de una sociedad que no se ajuste a lo que este plan económico plantea. Veremos que pide la sociedad dentro de un par de meses…

Sí, además veremos qué ofrece la clase política, las dirigencias económicas y sociales como opción a algo que puede llegar a no ser bueno. Hay que construir, innovar. Ese proceso está naciendo, por lo cual, todavía hay una vida para la centro derecha. Para mí está madurando la respuesta. En el proceso, el balance por el cual soy optimista es que si la clase política argentina se disciplina alrededor del equilibrio fiscal, del no derroche y de promover la inversión, sería una base para cualquier progresismo. Poder lograr un Estado capaz de ser inteligente y de intervenir con incentivos en el desarrollo productivo, social, tecnológico, cultural y científico en un contexto de equilibrio en las cuentas públicas, de transparencia y de políticas tributarias que lo hagan posible, si logramos un pacto societal de esa naturaleza, Argentina tiene un futuro extraordinario, esa es mi proyección. 

VF JL