Las novedades en el Consejo de la Magistratura, las internas en el oficialismo, su vínculo con Cristina Fernández de Kirchner y el reordenamiento del Gabinete fueron algunos de los temas que habló el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, con Jorge Fontevecchia, en el debut de Modo Fontevecchia por Radio Perfil (FM 101.9).
JF: ¿Cuál es su visión sobre la asunción de (Horacio) Rosatti al frente del Consejo de la Magistratura?
AF: La asunción de Rosatti no es saludable. Él había aceptado incorporarse por decreto y se vota a sí mismo, cosa extraña en la Corte. Además, pretende darle instrucciones al Ejecutivo, porque durante el no funcionamiento de las Cámaras extraordinarias, las responsabilidades son del Ejecutivo. No puede darle instrucciones al Legislativo, los plazos son absolutamente antojadizos. Nos encontramos en una situación en la que se pone en riesgo todo lo sucedido, una vez que se aplique este acuerdo de la Corte tenemos que volver 16 años atrás dándole valor a una ley que fue derogada oportunamente. No sé cuál es el objetivo ni hacia dónde quieren ir.
JF: Usted dijo que quien no estuviese de acuerdo con la política económica del gobierno no debería estorbar, ¿a qué se refiere con "estorbar"? ¿Qué deberían hacer los sectores disidentes dentro del Frente de Todos?
AF: Pueden no estar de acuerdo, pero cuando llega el momento en que no lo están, las decisiones se toman porque la mayoría está pensando en estas posibilidades: ciertas y contundentes. Se llevan a la práctica y actúan con determinadas acciones que perjudican la responsabilidades al frente de la cartera económica, no es saludable. Si no estás de acuerdo en acompañarlo, sería sensato no estorbar, no generar un conflicto accesorio a los que ya tiene la Argentina.
JF: ¿Cómo es su relación con la vicepresidenta? ¿Es correcto decir que hubo un kirchnerismo distinto con Néstor que con Cristina?
AF: Néstor y Cristina son la misma cosa, nunca existió el doble comando, lo comprobé. Siempre fueron convencidos y decididos en tomar decisiones que importaban a todo el mundo, no vi nada que fuera a perjudicar. No me iría nunca de ese sector porque Néstor y Cristina son como mi familia. ¿Cómo me voy a ir de un lugar en el que me siento identificado?
JF: ¿Cuál es el grado de distancia entre el presidente y la vicepresidenta? ¿Cuánto de eso pone en riesgo la futura operatoria del gobierno?
AF: No tengo dudas de que esa charla entre ambos se va a dar en no mucho tiempo y que va a allanar un montón de situaciones que es imperioso que suceda. Los dos tienen una visión muy clara de lo que buscan, como intereses, que son los intereses del pueblo argentino. Si todos vamos hacia el mismo punto, ¿por qué no tratar de hacerlo en las mismas condiciones? Cristina fue presidenta dos veces, tiene algunos laureles que le dan oportunidad para poder presentarse como está. Alberto es un hombre que escucha y sabe lo que quiere. Se discutirá entre ellos, en los términos que crean necesarios porque se conocen demasiado para saber cómo discutir y cómo defender esos intereses que los dos representan.
JF: La semana pasada comenzó a circular la idea del reordenamiento del gabinete, ¿es algo plausible o mera especulación? ¿Puede la reunión entre ellos estar conectada a este tema?
AF: No tengo un dato concreto de que vaya a haber una reorganización del gabinete. Soy muy cuidadoso porque quién dice que yo no sea quien tiene que ser reemplazado. Voy a ser muy respetuoso de mis compañeros de gabinete y dejar que el presidente tome esa decisión, si es que la va a tomar.
JF: ¿Cree que a mitad de mandato es necesario un reordenamiento, reoxigenación, aire nuevo?
AF: Es posible, siempre de la mano de las políticas, no es un problema de hombres o mujeres. Yo no opino porque formo parte de ese gabinete y las posibilidades pueden ser para mí.
JF: Guzmán decía que este es el plan del gobierno y que cualquiera que no estuviera alineado con este plan económico no es cuestión de nombres, pero sí de ideas. ¿Cuál es su opinión de este plan económico?
AF: Martín nunca anunciaría un plan de estas características, donde se anima a decir que no va a haber retenciones a las exportaciones de cereales o de oleaginosas, sin acuerdo con el presidente. Siento que es lo que se debería estar discutiendo: una cosa es aplicar retenciones, tener un poco más de presión tributable no me parece saludable, pero sí me parece que dándose esos "ingresos inesperados" se puedan mejorar y, así, poder utilizarlos en mejoramiento de los que menos tienen, que es un desvelo de la gestión desde el comienzo de la pandemia.
JF: Usted dijo que creía que el candidato del Frente de Todos tenía que ser el presidente ¿Sigue pensando lo mismo? ¿Piensa que puede haber unas PASO entre el presidente y alguien que le compita?
AF: Saliendo del 2020, todos hablaban de por lo menos cuatro años para poner las cosas en su lugar, después de semejante catástrofe que significó la pandemia. Sin embargo, esto se produjo en un año y se generó con actividad. Se viene un esfuerzo muy grande, dentro del propio acuerdo con el Fondo está la necesidad de poner en caja el tema del déficit fiscal que puede solucionarse con ajuste -que termina lesionando a nuestros viejos y a nuestros trabajadores, a nuestros pibes y las personas con discapacidad- o con un trabajo de otra característica que genere ganancia y que ese superávit nos de una recaudación que permita elevar el nivel de ingreso y que, con el mismo nivel de consumo, se reduzca el déficit fiscal.
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Si el trabajo está puesto, a las ganas de llevarlo a ese resultado, lo vamos a conseguir. Cuando Roberto Arlt estaba terminando Los siete locos, en su prólogo decía: "el futuro es nuestro por prepotencia del trabajo". Será eso para nosotros, obligarnos a conducirlo, a empujarlo, a ser ejemplo, a mostrarlo, a ponerle mucha potencia para poder conseguir estas ventajas.
JA: ¿Cuánto se siente identificado en eso de la prepotencia del trabajo?
AF: No debe haber nadie más prepotente en el trabajo como yo. La expresión no es peyorativa, es liderazgo, es contagiar, es alentar, es empujar. Soy un workaholic, siempre creí que la prepotencia del trabajo es la que da respuesta a muchísimas de las conclusiones que se están esperando. Si uno se pasa de revoluciones es que no sabe administrar su propia fuerza, uno tiene que tener la capacidad para admitir hasta donde está en condiciones de hacerlo.
JF: Usted imagina el escenario electoral del Frente de Todos en el que el actual Presidente sea el candidato a ser reelecto. ¿Es la oposición quién se va a tener que enfrentar al oficialismo?
AF: No quiero perder el tiempo en Mauricio Macri, un señor que es un inútil y un corrupto, sigo pensando lo mismo. No es un tema del que yo me tenga que ocupar, la oposición encontrará la salida de la forma que sea. La responsabilidad que tenemos es trabajar todos los días para presentar una propuesta que sea superadora de lo que tenemos. Me siento absolutamente convencido de que el Presidente tiene que seguir con esto.
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´JF: ¿Qué cree que va a pasar con el reordenamiento del Gobierno en este último año?
AF: Yo estoy convencido de que tiene que haber un acuerdo. Es necesario que Alberto y Cristina se sienten, los dos tienen que aflojar, estoy convencido de que va a haber una mesa entre los dos para que discutan sobre todos los temas que sean necesarios, sobre los intereses de un pueblo que los está reclamando y tienen que encontrar esa solución. En cuanto a soluciones, estamos yendo rápidamente hacia un punto que parece saludable.
AVS PAR cp