Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, opinó que Argentina tiene grandes oportunidades productivas por delante, pero es necesario que haya acuerdos entre las principales fuerzas políticas. “De lo contrario, en 24 meses puede cambiar la mayoría legislativa y tener una nueva ley con una orientación totalmente opuesta”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Debo felicitarlo, ¿es correcto que fue reelecto como presidente de la Unión Industrial Argentina?
Me parece atinada la canción con la que me recibieron, "La reunión", porque resume nuestro espíritu de diálogo desde la Unión Industrial Argentina para buscar consensos, en pos de un desarrollo sustentable.
Por supuesto, siempre respetando el marco del orden institucional. En primer lugar, quiero destacar que hemos logrado una lista única y oficializada, lo cual era nuestra aspiración. Creemos firmemente en la necesidad de contar con un proyecto de desarrollo industrial para todo el país, para este país federal y todos los sectores.
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Este proyecto lo hemos construido a través del Libro Blanco de la UIA, el cual representa un pensamiento y un proyecto común de los industriales. Este proyecto tiene que compatibilizar intereses diversos, regiones diversas y necesidades distintas, pero que deben conjugarse.
Esto es lo que queremos transmitir a la sociedad y a la política. Lo hacemos a través del Libro Blanco y de las reuniones que hemos mantenido con todas las autoridades del Gobierno nacional, con los partidos políticos mayoritarios que tienen representación parlamentaria, con los presidentes de bloque, con los gobernadores y también con el Instituto de Diálogo Interreligioso.
Este último ejemplo nos muestra que no hay grietas o divergencias que no puedan ser superadas cuando encontramos un camino común, como lo han logrado distintos credos a través del diálogo interreligioso.
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Para nosotros, esta unidad es de vital importancia y será ratificada el próximo jueves durante el Consejo General, que es el máximo órgano de la Unión Industrial Argentina. Esperamos seguir trabajando juntos por una Argentina desarrollada, industrial, productiva e inclusiva.
Al referirme a la inclusión, quiero destacar que esto implica no solo a las PyMEs y a todas las cadenas de valor, sino también al empleo de calidad que la industria proporciona, un empleo registrado y socialmente protegido. Debemos dejar atrás el empleo informal y precario que lamentablemente es tan común en Latinoamérica y también en nuestro propio país.
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Recientemente se reunieron con Wado de Pedro y le dieron el libro blanco de la UIA, justo en el momento que se anunciaba como precandidato presidencial. ¿Cómo lo encontraron? ¿Cuál es su opinión respecto de él como futuro precandidato presidencial?
Más allá de todos los rumores, la reunión había sido acordada previamente. Toda esta información, y en segundo lugar, la confirmación se produjo cuando ya salía del edificio. Por tanto, lo recibimos como ministro del Interior, no puedo decir que salió como precandidato porque ya había salido del edificio.
Con él tenemos un diálogo que se remonta a sus comienzos como ministro del Interior, debido a que tiene bajo su responsabilidad un área de desarrollo territorial. En ese ámbito, convergemos para discutir el futuro de la industria y el verdadero federalismo desde el punto de vista productivo.
En ese marco, hemos tenido diversos diálogos. Él disertó en nuestra conferencia industrial en el año 2019 o 2020, no recuerdo bien. Después de eso, lo visitamos y también estuvo presente en otras conferencias industriales, manteniendo contacto con el sector empresarial.
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Es importante destacar que la Unión Industrial no tiene una posición partidaria interna. Cada uno piensa lo que piensa, pero nuestra responsabilidad es mantener contacto, y así lo hacemos, con personas de todas las fuerzas políticas.
Nos han visitado Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Juan Schiaretti, hemos mantenido reuniones con la Coalición Cívica y también con dirigentes radicales. Estamos en contacto permanente con todos aquellos que tienen responsabilidades parlamentarias y en el ámbito del Poder Ejecutivo para transmitirles nuestra visión, nuestras aspiraciones y nuestra convicción de que Argentina debe tener un modelo claro de desarrollo industrial, que no puede ser ocasional, sino el resultado de la búsqueda de consensos sobre políticas de Estado.
Y obviamente, esto no se logra solo, sino con la participación de todos, y buscando que los partidos políticos también encuentren puntos de convergencia.
Es importante mencionar que no estamos exentos de observaciones con respecto a temas como la presión fiscal, las cuestiones de importaciones de insumos, maquinaria y repuestos en momentos críticos de disponibilidad, iniciativas laborales en el Congreso que chocan contra la realidad productiva y solo fomentan la informalidad, mientras nosotros buscamos la formalización, y preocupaciones en relación a modificaciones necesarias para adaptarnos a las nuevas realidades laborales, educativas y de formación profesional, así como en el ámbito del comercio exterior y otros ámbitos diversos.
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Todos estos temas se plantearon en una reunión de dos horas, muy cordial y positiva, como han sido todas las reuniones de este tipo.
Más allá de la cuestión partidaria y los nombres, ¿se podría decir que en los últimos años los gobiernos peronistas han sido más industrialistas y el gobierno de Cambiemos, cuando fue presidente Macri, menos?
A ver, creo que no cabe la menor duda de que hemos encontrado un mayor diálogo, aunque no necesariamente un mayor número de soluciones en todos los campos. Sin embargo, sí hemos notado una filosofía más orientada hacia la industria.
Lo que estamos diciéndole a la gran coalición opositora, Juntos por el Cambio, es que, independientemente de las cuestiones relacionadas con la estabilización macroeconómica que, sin duda, deben lograrse y son un objetivo común, también debe existir un modelo de desarrollo productivo que tenga un enfoque especial en la industria.
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¿Es una preocupación de la UIA que se pueda repetir un foco en lo financiero en detrimento de lo productivo?
Me parece que el mundo ha experimentado un cambio. La cuestión de darle una preeminencia total al tema financiero y a los servicios está siendo cuestionada, con relocalización, entre otras cosas, se está empezando a pensar sobre dónde se produce y dónde se agrega valor a los productos primarios se necesita complementariedad para crear cadenas productivas que enriquezcan el valor.
Lo mismo ocurre con la cuestión del gas que planteamos actualmente. Como saben, desde la UIA hemos tenido una posición firme a favor del gasoducto y estamos muy orgullosos de que la industria haya podido llevar a cabo la instalación del gasoducto en tan solo 10 meses, con la participación de consorcios como Techint, Sacde, y muchas otras industrias y PyMEs que han complementado este proceso.
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Un ejemplo claro es Vaca Muerta, donde hay 37 grandes terminales petroleras y de servicios petroleros, así como más de 1200 PyMEs de diferentes rubros, tanto de la industria como de servicios, que están apoyando este proceso. Lo que estamos viendo ahora es que tendremos autoabastecimiento y podremos exportar gas, pero también debemos transformar ese gas en productos petroquímicos y fertilizantes para agregarle valor.
Esto implica una proyección geométrica de oportunidades que Argentina debe aprovechar, ya que las tenemos, aunque en muchas ocasiones las hemos dejado pasar y desaprovechado.
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En los últimos días se registró un incremento del valor de los activos y del Merval, una baja de riesgo país, un aumento de los bonos, pero fundamentalmente un aumento de las acciones de empresas argentinas en dólares. ¿Coincide usted con esta idea de que la Argentina está en un proceso de recuperación de sus activos sostenidos? ¿Coincide con esa idea de Maslatón, que Argentina está bullish?
Lo que estamos presenciando es que Argentina tiene desafíos por delante en el sector energético y minero, dos áreas en las que la UIA ha ampliado significativamente su actividad al comprender que todo esto está relacionado con el proceso productivo, ya sea como parte del proceso mismo o como respaldo de procesos productivos industriales antes o después de la extracción energética o minera.
Lo que vemos es que, sumado a esto, está la economía del conocimiento, en la cual también estamos trabajando arduamente con nuestro centro tecnológico de industria 4.0 y nuestro centro educativo, colaborando con la industria tradicional y la industria alimentaria.
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Realmente tenemos desafíos por delante que el mundo nos está señalando, lo que nos falta es confianza y credibilidad. Creo que el tema de los gasoductos, al menos, es un gran acto de fe y debemos restaurar ese espíritu para volver a tener acceso y recuperar los mercados internacionales que hemos perdido, así como ganar nuevos frente a ellos. La industria se levanta y se pone de pie para afirmar que este es un momento muy importante si sabemos aprovecharlo.
Es por eso que estamos proponiendo iniciativas, incluso legislativas, como una Ley de Incentivos a la Inversión que brinde certidumbre y confianza, y que sea el resultado de un consenso político entre los bloques. Porque, de lo contrario, usted puede pensar hoy que tiene una ley, pero en 24 meses puede cambiar la mayoría legislativa y tener una nueva ley con una orientación totalmente opuesta.
Creemos firmemente que estamos ante un punto de inflexión que podemos aprovechar y queremos aprovecharlo nosotros mismos.
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Alejandro Gomel (AG): Lo escuchaba decir que con este Gobierno ha habido más diálogo que soluciones y recordaba aquella frase de Cristina Fernández de Kirchner de los funcionarios que no funcionan. ¿Qué cree que le faltó hacer a este Gobierno?
Yo prefiero mirar hacia adelante, porque la verdad es que si observamos los últimos 80 años de la historia argentina, hemos tenido muchos momentos de desacople con la realidad, y todos los sectores somos responsables de ello, incluyéndonos a nosotros mismos por no haber especificado claramente qué necesitamos, qué queremos y qué podemos. El lema "sin industria no hay Nación", de Carlos Pellegrini, sigue siendo tan relevante como en aquel entonces.
Hoy en día, estamos convencidos, todos los que formamos parte de la Unión Industrial Argentina, de que este es el proyecto de país que necesitamos, y debemos transmitirlo con convicción. Debemos hablar con claridad, y claridad no significa hostilidad ni agresión, sino convicción.
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Estamos dispuestos a dar todos los pasos necesarios para lograrlo. Por ejemplo, nadie discutía que en algún momento había que construir el gasoducto, pero se pospuso una y otra vez, y la verdad tampoco está clara.
Esto no es una cuestión de un gobierno u otro, es una cuestión que debemos asumir como ciudadanía. Desde nuestra posición como industriales, como ciudadanos, no somos partidarios de atribuir culpas o repartir responsabilidades del pasado, sino de mirar hacia adelante y transmitir esta convicción a todos, incluidos aquellos que tienen o pueden tener responsabilidades políticas en el ámbito ejecutivo y legislativo.
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AG: ¿Considera a Wado de Pedro un candidato confiable para los industriales?
No tengo la menor duda de que es dialoguista. Pertenece a una nueva generación política que entiende la importancia del diálogo, y eso es algo que debemos valorar. Wado de Pedro no ha tenido la más mínima duda en venir a la UIA, incluso en un momento en el que se estaban definiendo su suerte política.
Quiero aclarar una cosa. Nosotros, junto con los gremios industriales, tenemos diálogo. Por supuesto, también tenemos diferencias, pero al final del día sabemos que nos une la preocupación por la producción y el trabajo.
Lo que necesitamos es que las fábricas funcionen correctamente para lograr una producción, productividad y competitividad que nos permita generar empleo de calidad.
Queremos trabajo en blanco, trabajo registrado, y no este problema de informalidad que existe tanto en nuestro país como en el resto de Latinoamérica. Tenemos que salir de esta situación de manera ordenada, y para lograrlo también necesitamos una base sólida de educación y formación profesional.
Nosotros promovemos el modelo dual alemán, que ha sido exitoso no solo en Alemania, sino en todo el mundo donde se ha implementado. Este modelo nos permite adquirir y desarrollar nuevas tecnologías, al mismo tiempo que contamos con personas capacitadas para ocupar esos puestos de trabajo.
FM JL
