Es una carrera contra el reloj. A medida que corren los minutos, los equipos de rescate siguen removiendo escombros en Turquía y en Siria, pero se desvanecen las esperanzas de hallar más sobrevivientes.
Las muertes confirmadas por el terremoto más mortífero del mundo en una década son más de 16.000 en ambos países.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que enfrenta una difícil reelección en mayo, admitió que hubo deficiencias en la respuesta al terremoto de magnitud 7,8 del lunes, pero también observó que el clima invernal dificultó las operaciones.
Las autoridades turcas dicen que están atacando la desinformación.
Un padre sobrevivió al terremoto pero halló a su bebé muerto entre los escombros en Aleppo
Un grupo que monitorea internet dijo que estaba restringido el acceso a Twitter a pesar de que los sobrevivientes utilizan esa red para alertar a los rescatistas.
Rescatistas de una veintena de países se unieron a las decenas de miles de efectivos turcos y sirios, inclusive en regiones aisladas por la guerra en Siria.
La guerra provocó una legión de millones de desplazados dentro del territorio y de refugiados en la vecina Turquía.
En Japón, un terremoto que desencadenó un tsunami en 2011 causó 20.000 muertos.
La cantidad de personas que estarían siendo afectadas por esta catástrofe natural
Hasta 23 millones de personas podrían verse afectadas en la región, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Turquía, muchos sobrevivientes han tenido que dormir en autos, a la intemperie o en albergues habilitados por el gobierno.
El arribo de la ayuda a Siria se vio obstaculizado por la guerra y el aislamiento de la región controlada por los rebeldes en la frontera, rodeada por las fuerzas del gobierno de Bashar al Assad con el respaldo de Rusia.
Alrededor de 18.000 personas perdieron la vida en terremotos de similar intensidad que remecieron el noroeste de Turquía en 1999.
BL FM