Trazar objetivos concretos en la 54° reunión anual del Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos, intentar nuevos destinos de comercialización para Argentina o iniciar conversaciones para futuras inversiones para el país, podrían haber sido una forma positiva de trabajar. Sin embargo, Javier Milei solo fue a hacer su cruzada contra el socialismo y el neomarxismo, enemigos que sólo existen en su mente.
Javier Milei en Davos |
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“A Milei no le interpela la realidad, la mirada de expertos y dirigentes políticos mundiales que, a través de datos recabados por organizaciones de distintos países, se preocupan por los problemas que existen en el mundo. Él los niega y con una actitud infantil viaja ante uno de los principales foros económicos a explicarle a los líderes políticos y empresariales más importantes del planeta cómo funciona el mundo”, señaló Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del jueves 18 de enero del 2024.
Frente a un auditorio repleto de líderes mundiales, empresarios y financistas, Javier Milei expuso en la 54° reunión anual del Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos y causó sorpresa y estupor. Con un discurso que bien podría haber sido escrito en plena guerra fría, donde el capitalismo y el comunismo aún se disputaban el dominio del mundo, el presidente criticó al socialismo y calificó como “neo-marxistas” a los países que trabajan por la justicia social.
Vergüenza, ese es el sentimiento que nos asalta al escuchar el discurso de Javier Milei en Davos. Es a veces difícil de explicar cómo un país que tiene cinco premios Nobel, que exporta grandes obras literarias al mundo, que tiene un cine reconocido mundialmente, cuyos científicos han generado descubrimientos mundiales, tiene a un Presidente que básicamente atrasa cientos de años en el conocimiento humano.
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Probablemente es la misma vergüenza que sintieron los estadounidenses cuando Trump asumió el poder.
De hecho, la asunción de Trump provocó el rechazo de su pueblo al punto de que celebridades como Mark Ruffalo, Robert De Niro, Alec Baldwin y el director Michael Moore, en el año 2017, convocaron a una marcha en contra de Donald Trump.
La misma vergüenza sentían los brasileros cuando trataban de explicar a un presidente como Bolsonaro.
Milei atacó consensos básicos basados en años de investigación empírica. Según el Presidente “occidente está en peligro” porque fue tomado por la “agenda del socialismo y los neomarxistas”. Lo que parecen palabras sacadas de una teoría conspirativa de internet, son citas textuales de nuestro jefe de Estado. “Los principales líderes del mundo occidental han abandonado el modelo de la libertad por distintas versiones de lo que llamamos colectivismo”, declaraba el Presidente. Incluso, Javier Milei, acusó al progresismo comparándolo con el nazismo y el fascismo: “Ya sea que se declamen abiertamente comunistas, fascistas, nazis, socialistas, socialdemócratas, nacionalsocialistas, demócratas cristianos, keynesianos, neokeynesianos, progresistas, populistas, nacionalistas o globalistas, en el fondo no hay diferencias sustantivas: todos sostienen que el Estado debe dirigir todos los aspectos de la vida de los individuos”.
Milei dijo que el libre mercado dejó al mundo en uno de los mejores momentos de su historia. Según él no hubo nunca mayor prosperidad que la que hay hoy. Lo dice en un contexto en el que hay informes que indican que un 10% de personas en el mundo, 700 millones aproximadamente, viven en la pobreza extrema, pero evidentemente, si se produjo esa mejora indiscutible, fue gracias a la socialdemocracia y al equilibrio del mercado. Todos saben que para que haya mercado es necesario que haya un Estado que garantice que no haya situaciones de abuso dominante.
La pobreza y la desigualdad en el mundo no es algo que preocupe solo a socialistas que quieren mentir para desarrollar la conspiración que nuestro Presidente tiene en la cabeza. Preocupa a los líderes del mundo y a las gerencias de las principales empresas.
Milei negó las diferencias de género y la problemática de opresión a la mujer y las minorías sexuales. Según informes también de Naciones Unidas, cinco mujeres son asesinadas en el mundo por alguien de su propia familia. Además del problema de la brecha salarial, las redes de trata y explotación sexual y un largo y amargo etcétera de problemas que todo el arco político mundial entiende que hay que resolver.
Esto se agrava cuando el presidente argentino niega el cambio climático y los problemas que esto conlleva. Equipos de científicos en todo el mundo demostraron los problemas del calentamiento global, de los gases del efecto invernadero. Actualmente se calculan unos 64 millones de refugiados climáticos. Es decir, de personas que tuvieron que abandonar su hogar y su localidad por fenómenos naturales como inundaciones o calor extremo provocado por el cambio climático. Según la ONU esta cifra subirá a mil millones de refugiados climáticos en los próximos 20 años.
Entre una de las afirmaciones particulares, por decirlo de alguna manera Milei, calificó de “robo” al cobro de impuesto por parte del Estado. Literalmente, Javier Milei afirma que los impuestos son un “robo”. "¿Acaso alguno paga los impuestos de manera voluntaria?", preguntaba el Presidente en su discurso en Davos.
Los impuestos son los recursos con los que se hacen las escuelas y los hospitales públicos, con los que se sostiene el Estado para su funcionamiento. Creo que, en mi vida, escuché a un político en todo el mundo decir esto.
Medios de comunicación internacionales dieron cuenta del estupor y las atenciones que generó un discurso tan controvertido como el de Milei.
Además, algunos medios internacionales contrapusieron la intervención de Milei con la del presidente socialista español Pedro Sánchez como la de los dos modelos antagónicos para el capitalismo actual.
La agencia EFE de España, emitió un informe en el que califica a Milei y a Pedro Sánchez como dos modelos contrapuestos en el foro de Davos
“La tercera jornada de debates ha plasmado el modelo económico ultraliberal representado por el presidente argentino, Javier Milei”, asegura EFE. Mientras que Sánchez, por su parte, ha instado a los empresarios a implicarse en mejorar la vida de los ciudadanos colaborando con las políticas sociales de su gobierno. Además, señaló que “los españoles saben que las políticas neoliberales no funcionan”.
Javier Milei junto a la reina Máxima de los Países Bajos.
Uno podría pensar que en materia económica Milei no haría afirmaciones que vayan tan en contra de las demostraciones empíricas y de los consensos mayoritarios. Lamentablemente esto no es así, el Presidente negó la existencia de fallos en el mercado. Algo tan anticientífico como negar el cambio climático en su equivalente económico.
Las fallas en los mercados surgen por preferencias inconsistentes, información desigual, falta de competencia y otros factores. Ante esto, intervienen entidades autorreguladoras, Estados o instituciones internacionales. Los economistas, especialmente los de microeconomía, se centran en estas fallas y posibles soluciones, influyendo en políticas públicas y estudios.
Algunos ejemplos de fallos en el mercado son el monopolio y el oligopolio. Esto es una o pocas empresas que detentan todo el Estado y pueden cobrar altos costos y tener productos de baja calidad porque no tienen competencia, “mercado imperfecto”, algo que hay en todo el mundo. En la medida de que no haya varias compañías es natural que exista una tendencia a ponerse de acuerdo en el precio.
Otro ejemplo de fallos de mercado se categoriza como “externalidades”. En este rubro podemos ubicar a la contaminaciónque generan muchas empresas sin pensar en el impacto negativo que esta tiene en la vida de las personas. En nuestro país hay empresas de minería a cielo abierto que contaminan el agua de las comunidades y provocan enfermedades en los habitantes de las zonas aledañas. Decir que el mercado “no tiene fallas” y que no es necesaria la intervención del Estado ni de organismo nacionales, es una concepción económica prediluviana como lo es la Escuela Económica de Chicago.
En síntesis, en el Foro Económico Mundial, ante líderes políticos y empresarios, el discurso de Milei transitó por distintas declaraciones que podrían asociarse con el mismísimo Pedro Picapiedras, entre algunos de sus “mandamientos picapiedrianos”, Milei Apuntó contra los valores occidentales y aseguró: que “conducen al socialismo y a la pobreza". Además, cargó contra el feminismo y los organismos internacionales que trabajan por la igualdad de género, y dijo: “La agenda feminista le dio trabajo a burócratas que no aportaron nada a la sociedad”. Negó el Cambio Climático, pero afirmó que “esas ideas pregnaron en la sociedad” porque “los neomarxistas se apropiaron de universidades y medios de comunicación”. Sostuvo que NO hay diferencias entre “comunistas, fascistas, nazis, socialistas, socialdemócratas, nacionalsocialistas, demócratas cristianos, keynesianos, progresistas, populistas o globalistas”. Criticó a los principales líderes mundiales, los acusó de “abandonar las ideas de la libertad”. Cuestionó el principio de justicia social, lo calificó de “idea violenta” sólo porque “el Estado se financia a través de impuestos”. Aseguró que "un empresario exitoso es un héroe" y les advirtió que “no dejen que nadie les diga que su ambición es inmoral”. Rivalizó con el socialismo, al que señaló de “fenómeno empobrecedor” y “fracaso económico, social, cultural”. Acusó a las teorías económicas neoclásicas, de ser “funcionales al socialismo y la degradación de la sociedad”. Negó los fallos del mercado, aseguró que “es imposible que existan si las transacciones son voluntarias”.
El presidente Javier Milei en Davos.
A Milei no lo interpela la realidad, la mirada de expertos y dirigentes políticos mundiales que, a través de datos recabados por organizaciones de distintos países, se preocupan por los problemas que existen en el mundo. Él los niega y con una actitud infantil viaja ante uno de los principales foros económicos a explicarle a los líderes políticos y empresariales más importantes del planeta cómo funciona el mundo.
En la apertura de ayer hablamos de megalomanía como rasgo del infantilismo, de lo que sucede en la primera infancia cuando el niño cree que es el centro del mundo y su opinión es la única que vale. Creo que hay un punto que explica en parte las acciones del Presidente. A veces queremos explicar mediante la lógica racional, pero este Gobierno tiene elementos que vienen de otras lógicas.
Por ejemplo, la apelación al heroísmo empresario. Evidentemente, Milei leyó La Rebelión de Atlas, de Ayn Rand. Según el periodista de La Revista Noticias, Juan González, autor del “Loco”, la biografía no autorizada de Javier Milei, esta escritora que es una prócer del pensamiento liberal de derecha, se le ha aparecido en forma de fantasma a nuestro presidente. Es decir, Milei sueña que se le aparece Ayn Rand
La novela a la que Milei hizo referencia fue publicada por primera vez en 1957, en plena Guerra Fría. Los empresarios son los héroes de la ficción porque realizan un "lock out" que paraliza el país, para enfrentar al Estado, a quien consideran el mal y el causante de la decadencia social por su intervencionismo. Pareciese que Milei se refugiara en la ficción frente a los datos de la realidad.
Volviendo a la cuestión narcisista, la megalomanía se caracteriza por personas que exageran sus logros y piensan que son únicos, especiales o mejores que los demás.
El psiquiatra Laurent Schmitt explica que los megalómanos se comportan de esta forma después de sufrir un trauma. Por ejemplo, no haber recibido suficiente amor durante la infancia contribuye a que la persona sea egocéntrica. De hecho, para un megalómano, una alta autoestima ayuda a compensar estos traumas.
Sin embargo, podría ser un megalómano práctico, que muchas veces que determinadas problemáticas psicológicas son egosintónicas, ayudan a que las personas cumplan mejor su función.
Trazar objetivos concretos en Davos e intentar nuevos destinos de comercialización para Argentina o iniciar conversaciones para futuras inversiones para el país, podrían haber sido una forma positiva de trabajar y orientar la megalomanía. Sin embargo, solo fue a hacer su cruzada contra el socialismo y el neomarxismo, enemigos que sólo existen en su mente porque todos sus interlocutores básicamente eran capitalistas.
Quiero volver a sentir orgullo cuando un argentino habla o se desempeña en el exterior. Lamentablemente eso pasa con artistas, científicos y deportistas, hasta con el Papa, pero no con nuestro Presidente, ojalá aprenda el trabajo de ser Presidente y progresivamente mejore. Nuestra crítica tiene como objetivo, como llaman los juristas, el animus corrigendi.
