El ex diputado nacional y fundador de la consultora Equilibra, Diego Bossio, realizó un análisis de la situación económica nacional junto a Jorge Fontevecchia, en el debut del programa Modo Fontevecchia, que se emite por Radio Perfil (FM 101.9).
La consultora Equilibra acaba de lanzar un informe donde dice que es muy improbable que el gobierno de Alberto Fernández esté en condiciones de bajar la inflación. Y significativamente pronostica, para este año, un índice del 60%. ¿Esto significaría que aterrizaría el año próximo en 50%, devolviendo Alberto Fernández al país en las mismas condiciones de inflación que lo tomó? ¿O cree que después de 60%, sería 70%?
Es muy difícil hacer proyecciones en la Argentina, ni el propio Gobierno puede ser certero en las precisiones ni cumplir con las metas que se marca. Estamos convencidos de que hay elementos para bajar la inflación que están muy complicados en la Argentina. Siempre se utiliza un precio como ancla, caso Estados Unidos, en los 80, con Reagan utilizaron el salario.
Argentina tuvo 16,1% de inflación en el primer trimestre de este año, la más alta desde 1991 con la Ley de la Convertibilidad. Estamos con una inflación alta, no en una situación hiperinflacionaria, pero con mucha variabilidad.
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Para bajar la inflación, de manera significativa, tenés que tener dólares que entran, para usar el dólar como un ancla, o muchas reservas. El riesgo país es 1700, el de Brasil no llega a los 300 y el de Uruguay es 126 puntos. El otro punto es que no tenés que tener precios relativos atrasados, nosotros tenemos las tarifas muy desfasadas, que cubren el 30% del costo de la energía con el agravante que la energía en el mundo creció, hay una inflación importada muy fuerte en ese sentido.
Para bajar la inflación necesitás poco déficit, así no tenés que recurrir a la emisión monetaria y que te haga presión sobre el dólar. Si bien hay un acotamiento del déficit no pareciera que se pudieran cumplir las metas del Fondo, producto de los cambios y los shock negativos que tuvo la Argentina por la guerra.
Las inflaciones por encima del 20% de forma persistente no hacen que las economías crezcan de forma sostenida.
Hay dos elementos fundamentales. Uno tiene que ver con que no haya fatiga política. Todos los programas de estabilización que funcionan son aquellos gobiernos nuevos, que recrean la expectativa en la sociedad, que la sociedad no está cansada. Se necesita mucha autoridad simbólica del Poder Ejecutivo y del ministro de Economía para poder explicar cada una de las decisiones. Y después, que no haya ningún imprevisto porque ayudan o no que haya un proceso de desinflación.
La inflación va a ser superior al año pasado, en torno al 60, 65%, los dólares pueden faltar a partir de julio y advertimos también que hay una inercia inflacionaria pero el Gobierno cuenta con dólares suficientes para poner un ancla en el tipo de cambio y ordenar las tarifas y los salarios. Puede hacer una reducción en la inflación pero para eso tiene que tener mucha autoridad política y credibilidad por parte de la sociedad.
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El ministro (Matías) Kulfas se refirió a las diferencias dentro del oficialismo y las distintas formas de bajar la inflación y dijo: "Hay un sector de la sociedad, no solamente del Frente de Todos, que piensa que la inflación es un fenómeno oligopólico monopólico, entonces se combate enfrentándose a esos sectores. La inflación es un problema macroeconómico, con lo cual no quiere decir que no haya oligopolios y que eso no le traiga problemas en muchos casos a la economía". ¿Cuál es tu opinión en base a tu experiencia? ¿Qué tan graves son esas diferencias entre los distintos componentes del Frente de Todos?
Coincido con Kulfas en que la inflación es un fenómeno macroeconómico y que, eventualmente, la situación de la competencia, los oligopólicos o eventuales cuestiones de precios son cuestiones paliativas de segundo orden, muy importantes y sustanciales para el proceso, pero no son de primer orden para poder resolver la situación.
De fondo hay una situación política que no está saldada, cualquier programa económico de estabilización de precios, de reducción de la variabilidad de precios. La inflación como el resultado de una dificultad de equilibrio macroeconómico refleja problemas de carácter político. Hasta que no se reconstruya la confianza política y que no haya un orden político que permita que haya certeza por parte de la sociedad, es muy complejo que cualquier tipo de visión pueda ser aplicada y tenga resultados exitosos.
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La gran diferencia tiene que ver con diferencias políticas en torno al futuro, a la evolución de la economía, a cómo encarar determinadas cuestiones. Se vio con el acuerdo con el Fondo, hay lineamientos macroeconómicos y hay un sector de la coalición gobernante que, evidentemente, no votó el acuerdo y eso significa no estar en coincidencia con los lineamientos del Presidente o el ministro de Economía.
Las diferencias no son en el cómo o el método sino los acuerdos políticos para poder llevar adelante un Gobierno que debe ser más monolítico, más claro, más preciso y que requiere que la autoridad presidencial no esté disminuida, porque está socavada por los distintos sectores de la coalición gobernante.
¿Cómo imaginás que va a ser el contexto del nuevo gobierno en diciembre de 2023? ¿Se van a dar las condiciones para que haya un acuerdo entre el oficialismo y la oposición y, a su vez, lograr que las reformas permitan que se combata realmente la inflación?
Es necesario que la Argentina empiece a resolver los problemas de fondo con la madurez que requiere. Argentina está bloqueada, no puede nombrar al procurador ni jueces de la Corte, no puede generar acuerdo en torno a la institucionalidad fiscal. La Argentina necesita resolver su situación política, la necesidad de que haya acuerdos y recrear las expectativas porque la sociedad está fatigada, el clima de opinión pública permite advertir que la sociedad está cansada, harta, sin resultados, sin posibilidad de tener un horizonte un poco más largo y más preciso.
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Mi primera conclusión es que es absolutamente necesario crear condiciones políticas que hagan que la sociedad pueda acompañar esas políticas para llevar a cabo un proceso de transformación que sea significativo. Las inflaciones por encima del 20%, de forma persistente, no hacen que las economías crezcan de forma sostenida.
Con lo cual, un gran objetivo de la Argentina es bajar la inflación y ahí aparece el cómo: fortalecer la política, fortalecer la institucionalidad monetaria y aplicar algún tipo de plan de estabilización o ajuste que pueda ordenar transitoriamente la situación y que la Argentina pueda crecer de manera sostenible.