Un repaso por los hechos de corrupción de los funcionarios kirchneristas tras el escándalo de Martín Insaurralde en medio de la campaña electoral.
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Agencia NA
“Søren Kierkegaard consideraba que en la repetición se veía nuestra verdadera esencia. Cuando uno repasa el caso de Martín Insaurralde, el de Daniel Muñoz, secretario de Néstor Kirchner, los bolsos de López, el yate de Ricardo Jaime, y otros tantos episodios de despilfarro de dinero, se puede sacar la conjetura de una invariable que se repite siempre y es la tendencia que tiene el kirchnerismo a los actos de corrupción", destacó Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) de este miércoles 4 de octubre de 2023.
Una hipótesis podría explicar que el kirchnerismo, al ser creado en la cultura de los setenta, partía del concepto de que, para cambiar a la sociedad, no se podía contar con los poderes fácticos que siempre estaban en contra del cambio y a favor del status quo.
Para hacer una revolución, era necesario contar con dinero y había que generarlo de otras formas que, si bien implicaban actos de corrupción, desde su perspectiva tenían fines nobles. José Luis Manzano, quien fuera el primer jefe del bloque de diputados peronistas tras el regreso a la democracia, fue categorizado por Horacio Versbitsky como alguien que "robaba para la corona".
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Tal vez esta teoría con antecedentes históricos pueda explicar por qué personas como Máximo Kirchner, que está lejos de caracterizarse por tener una forma de vida ostentosa, tienen asociaciones con personas como Martín Insaurralde.
Así como a la sociedad le resultó inaceptable la violencia para resolver los problemas políticos de los años setenta, ahora tampoco acepta los casos de corrupción, más allá del fin noble que pueda haber detrás.
El problema de la corrupción política en general y del kirchnerismo en particular según el Marxismo
Para el marxismo, el fenómeno de la corrupción es estructural del capitalismo. Desde los inicios del sistema en el que vivimos, la corrupción jugó un rol fundamental asociado a la acumulación originaria.
El robo y el despojo fueron las prácticas de las que se valió la emergente clase burguesa. Sin la expulsión de los campesinos de sus tierras, sin la conquista de América y la esclavitud a la que se sometió a millones de personas, el capitalismo no podría haberse puesto en pie como sistema productivo.
Según la teoría marxista, el Estado es la herramienta de esa clase dominante para hegemonizar a la clase subordinada.
Para que esto funcione, el Estado debe aparentar algo que en realidad no es: un organismo de la sociedad que está por encima de las clases y que administra los intereses conjuntos del país en beneficio de todos los ciudadanos por igual, sean ricos o pobres. Por eso, para el marxismo, el Estado burgués es un Estado corrupto por naturaleza.
Además, según los conceptos marxistas, en la práctica se ha evidenciado como los sectores más corruptos son aquellos que utilizan los fondos públicos para la asimilación, cooptación y corrupción de dirigentes que encabezan las luchas de clases y de pueblos, revelando laimportancia de la corrupción en el debilitamiento y eventual derrota de las fuerzas emancipadoras.
Para esto es necesario también controlar a los representantes. De esta manera, muchos de los dirigentes piqueteros y sindicales que enfrentaron las políticas neoliberales del menemismo y La Alianza, terminaron siendo funcionarios del kirchnerismo.
En el plano local, corrientes del trotskismo argentino, han explicado que el kirchnerismo al tener enfrentamientos con sectores de la burguesía tradicional, como el campo, tuvieron que darse una política de formación de una burguesía nacional a base de subsidios estatales y negociados con el Estado.
Por consiguiente, la conformación de una burguesía Nac And Pop o “capitalismo de amigos”, como lo llamó el propio Roberto Lavagna, estableció cierta discrecionalidad entre empresarios y funcionarios que favorece todo tipo de corruptelas.
La corrupción según el contractualismo
Para el contractualismo, la corrupción deviene de la centralización del poder. Cuando todo el poder está en manos de pocas personas, es esperable que éstas se corrompan. Por eso, para esta corriente, el antídoto contra la corrupción es fraccionar el poder, dividir el control de las diferentes partes del Estado y dárselo a distintas personas.
Según autores contractualistas, una de las razones de la baja corrupción que se constata en países escandinavos, como Finlandia, es la estructura colectiva y colegiada de decisión que tiene el país.
Podríamos inferir de esta corriente, que debido a la estructura vertical del peronismo y de la construcción constante de un enemigo político, el kirchnerismo tiende a concentrar poder en pocas manos y de esa manera los funcionarios tienen la posibilidad de corromperse sin tantos contrapesos institucionales por parte de la oposición.
La tilinguería y la corrupción en los funcionarios K
¿Qué es lo que le sucede a los funcionarios que primero roban para la corona, luego lo hacen para ellos y finalmente se creen personajes de la farándula?
Un texto de René Balestra publicado en el diario La Nación habla sobre la "tilinguería" y explica que "Como en todos los órdenes de la vida, para desarrollar este tema necesitamos precisar el objeto. Tilinguería viene de "tilingo" y "tilingo" es un término que el Pequeño Larousse Ilustrado dice que es una voz usada en Perú, en México y en el Río de la Plata (es decir, Uruguay y Argentina) para calificar a los tontos y a los simples.
El Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, editado en Madrid, en 1961, y cuyo autor es Joan Corominas, señala que es una formación análoga a "tilin", que aparece a mediados del siglo XIX, y que aproximadamente en el 1900 comienza "tilingo" como un americanismo de "bobo". "Tilinguería" sería una derivación de esa palabra".
Podemos decir que primero aparecen los estructurales que roban para la corona, los que roban para ellos y finalmente los que pierden el sentido de la dimensión, creen que el dinero es de ellos y se comportan como nuevos ricos.
Repasar los informes televisivos sobre La Rosadita; los faranduleros casamientos de Leo Fariña, quien luego confesó haber lavado dinero para Lázaro Báez, y Martín Insaurralde; la colección de 100 autos del propio Lázaro Báez; los bolsos con 9 millones de dólares que tiró José López en un convento; los otros tantos millones encontrados en la casa financista Greppi cercana a Carlos Luzzi; la participación de José Ottavis en el Bailando durante sus años de diputado; el yate que le incautaron a Ricardo Jaime; representan imágenes tragicómicas de la historia del kirchnerismo que vuelven a causar el mismo estupor que causaron al momento en el que se conocieron las noticias.
La histórica frase histórica de Bertolt Brecht que aseguraba que "es mayor delito fundar un banco que haberlo robado" podría ser aplicada en esa lógica revolucionaria que está en la génesis del kirchnerismo cuando en los años 70 se robaba para poder solventar la actividad política. La historia de la humanidad demuestra que no hay fin, por más noble que sea, que justifique medios que terminan llevando al fin opuesto al buscado.
