Federico Storani: "Yo hubiese llorado como Rodrigo de Loredo pero por las razones contrarias"
El dirigente de la UCR se refirió a la reunión de reagrupamiento radical convocada para el próximo viernes. "Tenemos que recuperar un radicalismo progresista y popular con fuerte sensibilidad social", declaró.
Freddy Storani |
Cedoc
El dirigente radical Federico Storani señaló que el presidente Javier Milei, con el brutal ajuste, está “cumpliendo el sueño” del expresidente Mauricio Macri. Además, sostuvo que en la “repartija de personajes” de la derecha conservadora, a nosotros “nos tocó el peor”. “El Gobierno actual no tiene nada, es un ensayo de ajuste ultraortodoxo que ya fracasó en la dictadura militar", criticó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Federico Storani es un histórico dirigente de la Unión Cívica Radical, partido del que fue vicepresidente segundo. Ocupó el cargo de ministro de Interior en el gobierno de Fernando de la Rúa y anteriormente había sido elegido diputado nacional desempeñándose en el cargo hasta 1991. Fue presidente de la misión de Relaciones Exteriores y Culto, donde cumplió un importante papel en lo que fue el tratado de límites con Chile, que aseguró la paz definitiva. Además, fue socio fundador de la Junta Coordinadora Nacional, el sustento juvenil del alfonsinismo triunfante.
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Recientemente convocaste a un reagrupamiento radical para discutir la política nacional para este viernes. ¿Busca refundar un radicalismo social demócrata y progresista con una postura fuertemente opositora a Milei?
La idea es esa. Creo que el radicalismo, en su gran mayoría, abreva de una cultura que podríamos denominar como socialdemócrata moderna, como la llamaba Raúl Alfonsín, la cual tiene líneas de convergencia muy claras y evidentes con un pensamiento social cristiano que se inspira en sectores del justicialismo. Esas líneas de convergencia pueden abreviarse en lo que el propio Alfonsin definió en su discurso más vigente, con aquello de la ética de la solidaridad, la democracia participativa y la modernización y reforma del Estado con un sentido progresista, bajo el paraguas de un gran tercer movimiento que sea capaz de oponerse a estos reagrupamientos que cíclicamente se producen de las fuerzas conservadoras autoritarias.
El Gobierno actual no tiene nada, es un ensayo de ajuste ultraortodoxo que ya fracasó en la dictadura militar con Martínez de Hoz y con Menem-Cavallo. El único matiz que tiene es que ahora lo hacen de manera brutal, inhumana y de shock, tal como se lo expresó en su momento Macri al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, cuando aseguró que si fuese presidente nuevamente haría lo mismo pero mas rápido, así que el sueño de Macri lo está cumpliendo Milei. Tendrán diferencias de matices pero forman parte de un mismo partido conservador.
La gran asignatura pendiente es conformar una fuerza democrática, progresista, socialdemócrata y socialcristiana que sea capaz de presentarse como una alternativa y genere una expectativa de esperanza, que salga del puro individualismo y piense en una construcción colectiva para consolidar una Nación. Por eso la convocatoria no es solamente radical. Estará presente Sergio Palazzo de la Asociación Bancaria, Godoy de la CTA, Mónica Fein del Partido Socialista, Eduardo Sigal del Frente Grande y Accaputo de la Pastoral Social. Es un aspecto bien amplio y una jornada que se extiende desde la mañana hasta la noche, con un acto de cierre a cargo de Martín Lousteau y de quien les habla.
Martín Lousteau junto a militantes radicales.
Faltaría sumar a Lilita Carrió y a la Coalición Cívica para decir que se recrea lo que fue el grupo “A” en el Congreso, previo al kirchnerismo en aquel momento y previo al acuerdo que se confirmó en aquella Convención de Gualeguaychú con el PRO. ¿Fue un error aquel giro del sector progresista que no siguió el socialismo pero sí el radicalismo en la convención de Gualeguaychú?
Por supuesto que visto ahora requiere una ratificación. En ese momento, lo que se procuraba eranlas dos grandes reglas de oro del sistema democrático para que funcione razonablemente. La primera era el equilibrio y control del poder, que estaba totalmente desbalanceado en la Argentina. Recordemos que Cristina Kirchner había obtenido un 54% de los votos y el segundo había sido Hermes Binner con apenas el 17%. Eso se traducía en el traslado al Parlamento y el desequilibrio del poder, tendía hacia la hegemonía, a convertirse en un partido dominante con corrupción. Llegamos a esta situación tan triste como es tener un presidente tan marginal, como Javier Milei, porque el camino previamente le fue asfaltado.
La segunda gran regla de juego en ese momento era garantizar la alternancia. La alternancia en el ejercicio del poder desecha la tendencia a la hegemonía, el autoritarismo a los partidos dominantes. El ejemplo internacional de partidos dominantes hegemónicos es el Partido Revolucionario Institucional de México, que tuvo un impulso en la revolución mexicana de 1920 hasta los gobiernos de Lázaro Cardenás, después se convirtió en un partido hegemónico y corrupto. Nosotros creemos que estos errores no se pueden volver a repetir, ahora hay conciencia y experiencia. Además, esta nueva derecha que existe de un fascismo postmoderno tiene un carácter internacional y se expresa con Meloni en Italia, Abascal en España, Orbán en Hungría, con Trump en Estados Unidos y con Bolsonaro en Brasil, aunque a nosotros, en esta repartija de personajes, nos tocó el peor, porque al menos Trump tiene algunos sesgo nacionalistas, o Bolsonaro pertenece al Partido Militar de Brasil, que ha tenido una impronta desarrollista.
En Argentina estamos en el peor de los mundos, con un Gobierno que arrancó con un ajuste brutal que golpea los sectores de ingresos fijos con una transferencia de ingresos a los sectores más concentrados. Además, con una permanente agresión a todo lo que significa la cultura democrática en esto que denominan como batalla cultural, que sigue el planteo de Steve Bannon en Estados Unidos, que era intoxicar de basura todo el tiempo o denostar o descalificar a las voces plurales que existen en toda sociedad democrática.
Convocamos a la gran marcha educativa en defensa de las Universidades públicas. pic.twitter.com/F5XP6ZD9sj
¿Cuál debería ser el rol de Facundo Manes en todo esto?
Creo que tiene un rol muy importante que puede destacarse en la Cámara de Diputados. Nazarena Mesías, que es una diputada de su sector, estará presente integrando uno de los paneles, viene el bloque de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, que es un sub-bloque dividido.
En una entrevista a Martín Lousteau le pregunté por los diferentes radicalismos: por un lado el sector de Manes; por otro Lousteau con todo su equipo, en el cual aparece gente como De Loredo que pareciera estar más cercano al PRO y a las ideas libertarias. ¿Qué opina del rol de De Loredo? ¿Cómo se divide el radicalismo? ¿Hasta qué punto puede tener extremos de derecha e izquierda?
El radicalismo está atravesado por un proceso de debate. Yo hubiese llorado como De Loredo pero por las razones contrarias por las cuales rompió en llanto, para mí fue muy positivo que se cayera la denominada ley ómnibus y él estaba compungido por no poder ayudar en un proyecto inconstitucional, esas son diferencias sustanciales. Nosotros tenemos que recuperar un radicalismo progresista y popular con fuerte sensibilidad social que no tenga prejuicios de juntarse con otros sectores para equilibrar este poder conservador y ofrecerse como alternativa en un futuro.
Exactamente, Lula ganó por un punto y fue muy inteligente, salvó a Brasil sin este ajuste brutal, ha recuperado el papel preponderante como potencia económica mundial.
Por otro lado, me quiero tomar un momento para dar mi máxima expresión de solidaridad por los agravios que sufrimos de parte del Presidente todos los días, tanto los políticos como los periodistas.
