Gabriel Fuks, embajador argentino en Ecuador, dio su visión sobre cómo fue la fuga de María de los Ángeles Duarte de la embajada argentina, condenada en 2020 por corrupción. Además, enfatizó que “la policía ecuatoriana es absolutamente incompetente”, en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Puede ayudarnos en su visión de cómo se produjo el hecho que generó el conflicto con Ecuador? ¿Cómo una asilada en la embajada pudo irse y asilarse en otro país?
La diplomacia en la región está atravesando una crisis. Fue creada para ser el último eslabón de una crisis, no el primero. Y lo que sucede últimamente es que gobiernos frágiles, como en México y Bolivia, imputan sin pruebas.
El Gobierno ecuatoriano me imputó sin pruebas, ni siquiera fraguadas. Esto está claro por las cartas entre los presidentes y las declaraciones de los cancilleres Cafiero y Holguín, donde la demonización de mi persona es solo una estrategia, y el Estado ecuatoriano ha sido incapaz de resolver este problema. La residencia argentina en Quito tenía un componente humanitario.
La Convención del 54 establece que la concesión de asilo no debe ser justificada, un país puede concederla porque evalúa que hay una persecución política sin demostrarle a nadie que lo considera, y esto se aplicó en muchos casos. Es la primera vez que un país la niega con una revaluación de un artículo y hasta ahí, aunque no estemos de acuerdo, es materia de discusión diplomática. A partir de ahí, ella tenía la posibilidad de tomar todas las decisiones. Decide salir y correr las consecuencias.
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Otro de los mitos fácticos que el canciller Juan Carlos Holguín intentó instalar es que yo liberé la zona. La residencia argentina cuenta con una calle cortada de 30 metros que no tiene entrada ni salida. Ahí había un policía ecuatoriano, del lado de adentro, custodiando. Del lado de afuera había un patrullero en la puerta de la residencia. Lo que hice fue preguntar a la policía si eso era parte de la custodia de la residencia y me dijeron que era para seguridad ciudadana. Pedí por favor que lo corran diez metros, pero en el mismo callejón.
¿Por qué le pidió que se corriera?
Porque estaba trabando la puerta y era amenazante para la gente que yo estaba llevando. Liberar la zona es otra cosa, nunca dejó de estar donde estaba.
¿Dice que la policía ecuatoriana es altamente incompetente?
Absolutamente incompetente. Yo no tenía ni gendarmes ni custodia argentina, había una empresa de seguridad ecuatoriana que tenía un refuerzo de la seguridad, y que me ponía la propia policía. Esa fue la primera mentira. La segunda fueron las cámaras que yo no di. El artículo 24 de la Convención de Viena establece que toda información que está en una delegación diplomática es inviolable.
De cualquier manera, la crisis duró 36 horas porque el Gobierno ni siquiera dio tiempo.
El primer día yo les dije lo que establecía la convención pero que iba a consultar con el canciller y el presidente, porque a lo mejor toman la decisión de darlas, yo no soy quien toma esas decisiones. Hubo una propuesta de Cafiero para que sí se iba a entregar en caso de que la justicia se lo pidiera, pero cuando fui con esa propuesta ya tenían la carta de expulsión, es mentira que yo negué las cámaras. Yo dije que no podía darlas porque no corresponde y después iba a tener que rendir cuentas.
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Yo no era carcelero de María de los Ángeles Duarte, ni liberé la zona. Ella tomó su propia decisión.
¿Usted conocía la decisión de ella?
No me contó, imagino que para no involucrarme. Yo le hubiera dicho "es tu decisión", no estaba custodiando, había un policía del lado de adentro y otro de afuera.
¿Cuál es su conjetura? ¿Qué pasó con los dos policías?
No tengo conjetura. El canciller Holguín, que es un adicto a los off en diarios argentinos, hizo trascender que la inteligencia cubana y de Venezuela estuvieron ahí el día en que aparentemente sucedió todo, en un asado que estaba planificado hace 15 días.
De esa residencia nosotros vimos la final del mundial con 1300 personas adentro y con 200 autos que entraron. También hay peñas y reuniones sociales. Podría haber elegido cualquier día y no lo hizo. No había diplomáticos venezolanos ni todas las patrañas que se inventaron.
¿Qué pasó con la policía ahí? Ineficiencia del Estado ecuatoriano.
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¿Por qué ineficiencia?
Yo vi como empujaban el auto para que arranque porque no tenía batería, entonces están custodiando algo y no tienen recursos o no les interesa. Podían poner una cámara apuntando a la puerta y hoy tener toda la información que necesitan, es un problema del Estado ecuatoriano.
El problema es la ineficiencia de los funcionarios locales, porque salió y atravesó Quito. Yo no debía custodiarla ni era el carcelero, yo tenía que preservar su situación personal hasta que se resolviera el problema por la vía diplomática.
¿No es una obligación avisar que se va?
No, ella no podía hacer declaraciones políticas y yo de manera amistosa se lo dije, pero no puedo obligarla.
No puedo porque no tengo recursos para establecer una custodia, no tengo agregado policial ni gendarmería y no estoy obligado. Eso que se planteó es una situación consensual de no generar conflicto, porque además la embajada argentina no es solo este tema, son mil cien millones de dólares de intercambio comercial.
Tenemos un volumen de relación enorme con Ecuador, pero las decisiones sobre a quién uno asila no tienen obligación de explicitar el por qué. Esta decisión la tomó Alberto Fernández después de varias conversaciones con Guillermo Lasso.
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Este conflicto comenzó con Lenín Moreno, quien inició un enfrentamiento con su antecesor y con quien compartió fórmula, Rafael Correa. Tres personas fueron asiladas en la embajada de México y sacadas de México, porque parece que este fuera un problema de la Argentina.
En ese caso contaron con el placet y el salvoconducto ecuatoriano, porque si no nunca podrían haber salido, y en este caso, no se le otorgó ese salvoconducto.
Exactamente.
¿Por qué cree que en este caso no lo otorgaron y en el caso de los tres sí?
Porque pienso que este es un Gobierno que empezó queriendo resolver el problema, pero su debilidad lo obliga a mostrar un músculo, y no ha presentado una sola prueba de la connivencia mía con la salida, a la que no llamó fuga, porque desde la residencia argentina no había prohibición para que salga.
Ella corría con los riesgos de salir y terminar en una prisión ecuatoriana. La policía y el Estado ecuatoriano eran quienes tenían la obligación de hacer eso, y ella corrió con ese riesgo, pero no tengo idea de cómo lo hizo.
Sí me imagino el día que lo hizo, pero no sé cómo y no tengo que saberlo. Todas las acusaciones eran inconsistencias que ellos transformaron en afirmaciones, que son mentiras.
Claudio Mardones (CM): Durante los dos años y medio que la exministra estuvo ahí, ¿tuvo alguna señal de acercamiento para buscar alguna salida? ¿Usted percibió que hubo algún seguimiento en los alrededores de la embajada?
No era mi tarea, no fui a vivir una paranoia y una película de terror a Quito. Fui a tratar de recuperar las relaciones.
Desde el día que asumió Lasso estableció un vínculo con Fernández, donde se habló de esto, no se avanzó en darle el asilo porque si había una situación de huésped humanitaria que no está en los códigos, pero significaba que sí, no podía salir de la residencia porque estaba en una situación difusa.
A partir de diciembre, cuando se le otorga el asilo, estábamos a la espera de que Ecuador contestara con el salvoconducto. Nosotros seguimos todos los pasos diplomáticos. El patrullero estaba ahí para amedrentar. Ella recibía visitas y los policías aleatoriamente los paraban.
Mi advertencia fue para decirles que estaban ahí por otra cosa y que no me tomaran por tonto. Ni siquiera inventaron un dato que fundamente las acusaciones. Es tan lineal y berreta lo que han armado que ni siquiera inventaron que tal día hice tal cosa. Para todas las acusaciones tengo respuestas y pruebas.
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Tiene connotaciones de película que alguien se escape de una embajada. ¿Quiere aclarar algo más?
Solamente que la forma de escalar que tuvo la cancillería ecuatoriana solo se explica por su debilitamiento. El canciller Holguín está por ser sometido a juicio político por la situación de los inmigrantes ecuatorianos que atraviesan el Tapón del Darién, acusado de haber abandonado.
Si en Argentina creemos que un 30% del núcleo duro del Gobierno es tremendo y trágico, en Ecuador está entre el 6% y el 8%, no es para juzgar sino para contextualizar.
No tengo dudas de por qué una cancillería escala en 36 horas teniendo herramientas para mantener, es porque de fondo hay un contexto y es el que fui narrando.
MVB JL