Miguel Pesce, presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) dialogó con Jorge Fontevecchia en Modo Fontevecchia (Radio Perfil FM 101.9 y Net TV) sobre la situación del dólar blue, la ultrainflación que atraviesa el Gobierno y el control de las importaciones. "Evitamos hacer pronósticos que después cuestionen la credibilidad del Banco Central", expresó.
Queríamos tu reflexión de cómo está el mercado hoy...
El mercado de cambio está reflejando las medidas que tomó el Banco Central, el lunes, donde se estableció la necesidad de que los productos que tienen licencia no automática financien el incremento de importaciones de este año a 180 días, medidas que ya en marzo habíamos tomado para los productos que tenían licencia automática y también la ampliación de las listas de productos suntuarios y de producción nacional que tiene que financiarse a 365 días y a 180 días.
Eso ha permitido que el Banco Central se viera un tanto positivo como comprador en el mercado en los dos últimos días. También el Banco esta semana ratificó su decisión de intervenir en la curva de títulos y letras en pesos del Tesoro Nacional y también ha ampliado, a los fondos comunes de inversión, la posibilidad de hacer pases contra estos instrumentos en los casos que presenten dificultades de liquidez. Había mucha expectativa con respecto al resultado de las medidas que implementó el Banco Central el día lunes, y también con la posibilidad de que el Tesoro pudiera rolear los vencimientos que tenía en el día de ayer. En ambos casos los resultados han sido positivos.
El rolleo de los instrumentos excedió los vencimientos que tenía el tesoro nacional y también estamos con maniobras especulativas en el dólar ilegal y las cotizaciones que usan como referencia a los títulos conocidos como dólar bolsa o contados con liquidación.
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¿Las semanas previas hubo una reacción tardía con los títulos en peso frente a los comentarios que había con respecto a la posibilidad de que se pudiera defaultear la deuda en pesos como sucedió en el tramo final del gobierno de Macri?
No. El Banco Central intervino inmediatamente el día nueve, luego de los episodios del día ocho, y se ha sostenido en su intervención desde entonces.
¿Es cada vez más un camino hacia un posible desdoblamiento cambiario en algún momento para que haya un dólar para los productos esenciales y otro dólar financiero al dólar libre?
No. No es una estrategia en ese sentido. Es un problema que se nos ha presentado este año y es por eso que hemos necesitado extender requerimiento de financiamiento donde las importaciones de energía han crecido mucho. Veníamos con importaciones de energía que significaban entre 200 y 900 millones de dólares, en el mes de mayo treparon a 1.600 millones de dólares y este mes estaremos en el orden de los 2 mil millones de dólares.
Excluía las importaciones de energía, que seguramente se superarán cuando estén terminados los mecanismos de transporte, de gas, de Vaca Muerta. Está en el orden de los 6 mil millones que, anualizados significan 72 mil millones de dólares, y eso en relación con las exportaciones que están por encima de los 80 mil millones y creemos que puede llegar a los 90 mil millones, es un nivel de importaciones que podría soportar el balance cambiario.
Estamos en una coyuntura difícil, que en el corto plazo se va a superar cuando en el mes de octubre tengamos menos importaciones de energía y, seguramente cuando se terminen las inversiones en el transporte de gas a través de los gasoductos, esto tendrá una solución definitiva y la Argentina dejará de importar desde el orden de 10 mil millones de dólares de energía que está importando ahora. Reconocemos eso como una situación transitoria, que se va a superar en el largo plazo y también en el corto cuando disminuya la demanda de energía en octubre, y eso al final no es el sendero hacia ningún cambio estructural en el mercado cambiario.
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¿Por qué creés que analistas de muchos ámbitos plantean pronósticos tan malos para el próximo semestre y el año próximo? La vicepresidenta habló de ultrainflación...
No oí a la vicepresidenta decir eso. Lo que yo afirmo surge de las estadísticas. Es cierto que puede haber algunas maniobras especulativas con las importaciones sobre las cuales está trabajando la AFIP, la aduana, el ministerio de Producción y nosotros, pero el grueso del problema lo tenemos centrado en las importaciones de energía. No sé por qué los analistas hacen otras evaluaciones porque lo que yo te digo surge de las estadísticas del Comercio Exterior del INDEC.
¿Creés que en algún sentido hay algún deseo de producir alguna forma de caos que beneficie electoralmente a la oposición?
No creo que en las empresas productoras esté esa idea. La UIA ha criticado esas medidas porque dice que puede afectar la producción, y yo creo sin embargo que es la mejor medida que podemos tomar justamente para evitar estos mecanismos de restricción de importaciones.
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Porque las empresas argentinas están comprometidas con el crecimiento económico, y los bancos están comprometidos. Tanto los bancos, como empresas, como fondos comunes de inversión tienen inversiones importantes en letras y en títulos públicos así que nadie comprometido con el sistema productivo puede estar detrás de este tipo de estrategias. Puede haber algún actor marginal que los propios economistas de la oposición desmintieron rumores que se habían dado en la primera semana de junio donde hablaban de la necesidad de un reperfilamiento de la deuda.
Con el Banco Central cumpliendo su rol de defensor de la curva de tasa de interés y de precios de los bonos en el mercado no es necesario ningún reperfilamiento de deuda, y el Banco Central ha demostrado su compromiso.
¿Percibís que hay en el clima social una similitud con la crisis del 2001?
No, de ninguna manera. Lo que teníamos en el 2001 era lo que se llamó el descalce de moneda, que son personas endeudadas en dólares que no eran exportadores entonces no podían generar esos dólares, y esto fue una parte sustancial de la crisis. Veníamos también de un proceso recesivo muy prolongado que había iniciado en el segundo semestre del año '98, y también teníamos un problema de atraso cambiario. Entonces, el caso es completamente distinto al 2001 de lo que estamos viviendo hoy porque ninguno de estos hechos se está presentando en la realidad.
Nuria Am (NA): En su momento se entendía que las últimas medidas iban a tender a controlar el dólar blue, y no se pudo. ¿Cuál sería la medida necesaria para frenar esta suba?
El blue, que es un mercado irregular, mueve millones de dólares por día. Es un mercado pequeño que cualquier impulso de la demanda lo sube o lo baja, así que no hay forma de saber qué ocurre ahí. Obviamente el Banco Central no interviene en ese mercado.
El otro mercado, que es el que se usa de referencia, el de los títulos públicos es un mercado pequeño. Mueve 60 millones de dólares diarios, viendo que cualquier movimiento en esos mercados genera variaciones de precios que es lo que hemos visto en estos días. Yo no niego que pueda tener influencia en algunos precios, pero este debate lo tuvimos en el 2015 donde se decía que liderar el tipo de cambio no tenía ningún riesgo inflacionario. Entonces puede tener influencia los tipos de cambio alternativos con respecto a la inflación, pero el grueso de la inflación es oficial de cambio.
Claudio Mardones (CM): ¿Están preparando algún dispositivo judicial, alguna estrategia legal, para enfrentar el escenario en caso de que se multipliquen los amparos a partir de ahora?
A lo que se refirió la vicepresidenta es a los amparos que ha habido respecto a la autorizaciones de importaciones del Ministerio de Producción, donde se ha detectado que algunos juzgados tienen un sesgo marcado a aprobar este tipo de medidas cautelares sin tener en cuenta el contexto en las cuales el Gobierno tiene que tomar estas decisiones.
Nosotros hemos tenido también algunas medidas cautelares en lo que hace a la autorización de pagos o de acceso al mercado de cambio. Ahora ahí no hemos detectado este sesgo a las medidas cautelares, y cuando las ha habido el Banco Central las ha podido revertir en la Justicia, pero efectivamente contra las autorizaciones del Ministerio de Producción ha habido esas medidas y se ha detectado el sesgo que mencionaba.
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Al asumir tenías la expectativa de bajar la inflación en un plazo razonable. ¿Qué creés que aviva las expectativas de que la inflación ya está camino a tres dígitos en el año próximo?
Lo que vimos en el primer trimestre del año pasado, y en el primer trimestre de este año, es que tuvimos shock externos de aumento de precios, en un caso con lo que parecía la salida de la pandemia, y con el inicio de la guerra que impactó muy fuerte sobre energía y alimentos. Esto ha llevado a la inflación, en muchos países desarrollados, al orden del 10% anual lo cual es una cifra absolutamente inaudita.
En nuestro caso impactó en niveles de inflación que venían siendo muy altos. A partir de la absorción de ese shock que nos llevó a niveles de inflación del 6,7% lo que hemos visto es una desaceleración de la inflación. Esperamos que esta tendencia continúe en los próximos meses, y que termine poniendo a la inflación en niveles normales porque la normalidad en temas inflacionarios se ha alterado a nivel internacional.
Creo que tenemos incertidumbre en este sentido, pero el Gobierno tiene un compromiso en la búsqueda de la reducción de la inflación a través del sistema de Precios Cuidados, a través de el crecimiento de la producción, especialmente de los bienes que componen la canasta familiar.
¿Es decir que la inflación de junio será menor que la inflación de mayo?
Tenemos una situación donde un presidente del Banco Central anunció que la inflación anual iba a ser del 10% y terminamos al 50%. Nosotros decimos lo que vamos a hacer, nuestro compromiso y estrategia, pero evitamos hacer pronósticos que después cuestionen la credibilidad del Banco Central. Lo que esperamos es que la inflación continúe desacelerándose en los próximos meses.
GA PAR