"La revolución interna que produjo en el peronismo la confirmación de que Cristina no va a ser candidata fue grande, a tal punto que lleva a preguntar si habrá un peronismo unido tan importante y hegemónico como el que conocimos los últimos 75 años”, reflexionó Jorge Fontevecchia en el comienzo de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) del jueves 18 de mayo.
Se hace referencia a los cambios abruptos que tiene que enfrentar el peronismo, que podría pasar de movimiento a partido. En ese sentido, de manera asertiva, Andrés Larroque afirmó que “el sistema de poder quiere llevar al peronismo al matadero”.
“Ahora que no podemos votar en las urnas a la persona que más adhesión concita, habrá que patear el tablero como se ha hecho tantas veces en la historia”, aseguró el ministro de Desarrollo de la Comunidad PBA. Y agregó: “El peronismo ha enfrentado muchas proscripciones y las ha resuelto, pero si no cambiamos las reglas del juego va a ser complicado para la política en general”
De esta manera, el Cuervo hacía un racconto de cuando el peronismo pudo vivir fuera del poder y continuó siendo importante, remarcando la idea consabida de que el mejor peronismo es el peronismo perseguido.
Steven Levitsky, politólogo norteamericano que ha dedicado años a estudiar el peronismo, concluyó que “el peronismo por su historia, identidad y los sindicatos pudo sobrevivir 20 años fuera del Estado y generalmente la mayoría de los partidos desaparecería”.
A su vez, Levitsky mencionó que ser peronista o antiperonista no tiene el mismo peso ni significado que antes. “El eje izquierda-derecha pisa mucho más que en los ´80. Es una población heterogénea que incluye facciones de izquierda y derecha, y que sufre salidas de uno u otro. Hay peronista en todos lados y eso no es nuevo”.
Por su parte, el reconocido economista turco Daron Acemoglu afirmó que el peronismo “se convirtió en una máquina de renta que distribuye a través de controlar los recursos. Lo hizo a partir del dominio de la política que frenó muchos aspectos de la institucionalidad”.
Sin embargo, sostuvo que los problemas de Argentina son anteriores al peronismo, que surgió como “una máquina clientelar” que buscaba cristalizar las quejas de mucha gente: “Desde principios del siglo 20 los proyectos democráticos han sido saboteados por regímenes militares y eso preparó el terreno para el peronismo. Pero no debe ser visto como un partido pro trabajadores, es más bien una mezcla de populista de derecha”, concluyó el autor del best seller “¿Por qué fracasan los países?”.
El peronismo espera definiciones de Cristina
Yendo al plano nacional, la politóloga María Esperanza Casullo indicó que el peronismo no es un partido político y que se adapta a los diversos momentos históricos. A su vez, referenció un trabajo de Levitsky: “Él fue a buscar los comités de peronismo pero lo que encuentra es una red de organizaciones informales”.
De esta forma, Casullo concluye que esto es lo que le da la capacidad de plasticidad del peronismo que se sobreadapta a los diversos momentos históricos.
La comparación histórica con los partidos brasileños
Por su parte, Mangabeira Unger, ministro de Estrategia del primer gobierno de Lula, marcó un paralelismo entre el PT y el PMDB, partido histórico que estuvo gobernando en la dictadura: “Podrían reinventarse para convertirse en protagonistas comprometidos de la alternativa, lucho para eso en el PMDB pero no me ilusiono”.
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“Getúlio Vargas tuvo un fuerte proyecto y el sistema partidario se organizó como una polarización alrededor de dicho proyecto, ya sea favor o en contra. En Argentina no fue algo distinto comparado con Perón, por tanto la lección es que los partidos fuertes fueron más una consecuencia que una causa de un proyecto fuerte”, explicó el filósofo brasileño en un reportaje en Periodismo Puro.
Además, agregó que había dos tipos de partidos: los de las ideas y los del poder, que son aquellos que se adaptan a lo que es necesario en cada momento, como el PMDB y el peronismo en Argentina.
Tony Blair y la posibilidad de un peronismo a lo New Labour
El exprimer ministro del Reino Unido Tony Blair fue también el líder del nuevo laborismo, que cortó décadas de hegemonía del conservadurismo encabezado por Margaret Thatcher.
En ese línea se preguntó si el peronismo podía transitar una transformación a una especie de nuevo peronismo, siguiendo los mismos pasos de lo que implementó en su país: “Es difícil de decir, la esencia de la política es la misma, cuando se deriva de un individuo muy carismático es muy complicado y complejo”.
A su vez, añade que “encerrar en el tiempo pasado no es la decisión más conveniente” En cuanto al corrimiento al centro del peronismo aseveró que “es una decisión de los peronistas, estar en el centro es una pequeña maniobra, no es moverse a la derecha, sino usar nuevos medios para lograr los fines tradicionales. No hay que confundir políticas coyunturales con principios de largo plazo”, expresó el referente laborista.
“Queda en el aire la incógnita de si el peronismo logrará convertirse en un partido para dejar de ser sólo un movimiento. Parece que la emergencia de una fuga carismática como la de Cristina lo pone en duda, pero habrá que esperar las próximas semanas de definición política del país”, finalizó el conductor.
AO JL