Cada ceremonia de asunción y traspaso de los atributos presidenciales tiene sus particularidades, pero el camino recorrido hasta la asunción del presidente libertario, Javier Milei, estuvo rodeado de extrañezas desde el mismo momento en que irrumpió en escena política dando sus primeros pasos, hace poco más de dos años. Político y candidato más parecido a una estrella de rock que a un candidato, con extraño look despeinado y efusivos discursos encendidos e incendiarios.
Lo cierto es que se trató de una ceremonia, de principio a fin, llena de peculiaridades que la hicieron aún más distintiva. Tanto así, que incluso uno de esos singulares detalles arrancó una mirada cómplice seguida de una espontánea sonrisa que se dibujó en el rostro de la vicepresidente saliente, Cristina Kirchner. Esto ciertamente es una “rareza”, una sonrisa que surgió espontánea y no respondió a ningún gesto de la tan acostumbrada ironía.
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Fueron incontables las veces que el flamante presidente Javier Milei se refirió a sus adorados mastín ingleses, a quienes él mismo define como sus incondicionales “hijitos de cuatro patas”: Conan (clonado tras su muerte), Murray, Milton, Robert y Lucas. Todos ellos bautizados y convertidos en símbolos de sus ideales, con los nombres de economistas conservadores estadounidenses: Murray Rothbard, Milton Friedman y Robert Lucas.
Lo cierto es que mientras se desarrollaba, sin mayores sobresaltos, la ceremonia de asunción en el Congreso de la Nación, un detalle llamó la atención de los presentes. La imagen fue tan inesperada que rápidamente se replicó y viralizó en las redes: la vicepresidenta saliente, tras tomar del brazo al libertario se inclinó para mirar algo en el bastón presidencial que ya estaba en manos de Milei. Al levantarse con una mirada todavía incrédula, murmuró algo y estalló con una sonrisa cómplice.
El peculiar instante tuvo lugar apenas momentos antes que el mandatario entrante y el ya ex presidente Alberto Fernández firmaran los libros de actas de las Cámaras de Senadores y Diputados. Precisamente mientras el escribano mayor de Gobierno, doctor Carlos Víctor Gaitán, daba lectura al acta de traspaso del mandato presidencial.
Finalmente trascendió la imagen del tallado en homenaje a los cinco “perrihijos”. Se trató de un especial pedido de Milei, que quiso tener talladas las cinco cabezas de sus perros mastínes con sus nombres grabados en la empuñadura del bastón presidencial. Esto sorprendió al punto de desorientar a la inalterable Cristina Kirchner, quien en un momento evidentemente fuera de la rutina ceremonial, se disculpó para tomar nuevamente la compostura de la ocasión.
“Tenés que firmar”, le indicó a un Milei un tanto inexperto con los pasos protocolares. El tan peculiar homenaje fue realizado en el bastón presidencial. No era un león, ni una melena o una peluca, sino cinco perros, y una vez más el libertario descolocó a todos con este detalle.
Para sumarle un dato de color extra, no faltaron las acusaciones contra Juan Carlos Pallarols, el histórico orfebre que desde hace más de 40 años está a cargo de fabricar este atributo presidencial. “Este es el verdadero bastón presidencial de Javier Milei. Pallarols estuvo mintiendo todo este tiempo. Hasta último minuto se paseó por los programas de TV diciendo que su bastón era el confirmado. Pallarols es un mentiroso.” Así lanzó la acusación en la red social X (antes Tweeter), el cineasta Santiago Oría, que acompaña a Milei desde su ingreso a la política.
También aseguró Oría, que los orfebres del bastón usado por Milei en la jura fueron Hugo Pascual y César Pontoriero.
Los detalles en la firma de Milei según la grafología
Este domingo, el referente de La Libertad Avanza finalmente asumió y recibió los atributos como presidente de la República Argentina. Llegado el momento de inmortalizar sus firmas de puño y letra en los libros de actas del Congreso, tanto el flamante presidente Javier Milei, como su vice, Victoria Villarruel, lo hicieron con el agregado de una frase, diferente en cada caso. Uno de los primeros expertos en hacer el análisis de la firma y la escritura del presidente Javier Milei fue Esteban Aguilera, técnico grafólogo (reg. 028/021).
Por su parte, el Presidente firmó el libro, con aclaración del nombre y la expresión que fue su sello y leitmotiv de campaña: “Viva la libertad carajo”. A su vez, la vicepresidenta firmó con su nombre y la frase: “Todo por Argentina”.
¿Qué detalles de su personalidad revelan la escritura y firma de Milei?
Los especialistas en grafología distinguen ciertos aspectos. Por un lado destacan que el texto brinda datos sobre el comportamiento en sociedad, mientras la firma revela información más íntima. También hablan de “una personalidad fascinante y compleja, caracterizada por una inteligencia aguda que, paradójicamente, coexiste con una tendencia notable al auto sabotaje”. También refieren a “una mente calculadora”, con “resistencia ante los obstáculos” y determinación para enfrentar las adversidades.
A su vez, la grafopatología señala que se evidencian ciertas “dificultades en la estabilidad de vínculos y la interacción grupal”, en mix con “demanda impulsiva por la atención de los demás”. Además se ve reflejada una “personalidad exocéntrica” combinada con una alta autoestima al firmar, lo que “refleja una búsqueda constante de validación externa” y necesidad de “respaldo” de los demás.
Si bien los analistas destacan rasgos como su inteligencia y resistencia a los obstáculos, también advierten sobre una fuerte tendencia al autosabotaje, lo que podría hacer peligrar su liderazgo como mandatario.
Otra de las particularidades que rodearon esta asunción estuvo precedida de una ceremonia judía en el Hotel Libertador. Quienes estuvieron cerca señalaron que Milei estuvo “tranquilo”, “centrado” y “consciente”. En su discurso en la explanada del Congreso el Presidente subrayó que su asunción es coincidente con Hanukkah, la celebración judía que conmemora la victoria de los macabeos sobre las fuerzas sirias. Y aclaró que no es casual.
Cabe destacar, que la noche previa a recibir los atributos presidenciales, Mileicumplió la ceremonia de encendido de las ocho velas de dicha festividad judía en un salón del Hotel Libertador. En la ceremonia estuvieron presentes, el canciller israelí, Eli Cohen, y su consejero espiritual, el rabino Wanish.
