Los niños conforman su personalidad contemplando, por ejemplo, una base genética, una predisposición en su temperamento.
Las experiencias con el entorno, el contacto cultural, las posibilidades lúdicas, creativas, afectivas van dando forma a la construcción de la personalidad.
Los vínculos afectivos con los adultos que reciben a ese “recién llegado”, las miradas, las voces, los tonos en los que se los acompaña, el modo de aprobar, de estimular, de corregir, de enseñar, todo el mundo que los rodea va conformando la personalidad.
Las etiquetas y apodos ¿moldean la personalidad?
Los encasillamientos están prohibidos, las comparaciones entre hermanos u otros niños y niñas de la misma edad están prohibidas. Muchas son las veces que escucho a padres cometiendo estos errores -sin mala intención seguramente- pero que tanto dañan la psiquis de los niños y niñas en proceso de formación.
Para Sigmund Freud, las etapas están divididas en cinco:
- Etapa Oral (0-1 año) que comienza con el nacimiento y dura hasta el primer año de vida de las personas. En ella aparecen los primeros intentos por satisfacer las demandas promovidas por la libido. En ella la boca es la principal zona de placer.
- Etapa Anal (1-3 años) Comienza el control de esfínteres es la etapa del placer y el displacer.
- Etapa Fálica (3-6 años) Es la zona erógena asociada a los genitales, comienza aquí la curiosidad por diferenciar los géneros.
- Etapa de latencia (7- a la pubertad) La etapa de latencia se caracteriza por no tener una zona erógena concreta asociada y, en general, por representar una congelación de las experimentaciones en materia de sexualidad por parte de los niños, en parte a causa de todos los castigos y amonestaciones recibidas.
- Etapa genital (de la adolescencia hasta la edad adulta), es el alejamiento de los adultos representativos, la independencia de los padres. Está relacionada con los cambios físicos que acompañan a la adolescencia. Además, en esta fase del desarrollo psicosexual el deseo relacionado con lo sexual se vuelve tan intenso que no se puede reprimir con la misma eficacia que en etapas anteriores. La zona erógena relacionada con este momento vital vuelve a ser la de los genitales, pero a diferencia de lo que ocurre en la fase fálica, aquí ya se han desarrollado las competencias necesarias para expresar la sexualidad a través de vínculos de unión de carácter más abstracto y simbólico que tienen que ver con el consenso y el apego con otras personas.
Chicos y COVID-19: cómo será la salud mental de la niñez criada durante la pandemia
Pues entonces padres y docentes como bien vemos intervienen en el desarrollo psicoevolutivo, factores externos como son; la alimentación, las variables ambientales, la nutrición, las condiciones sociales, económicas, culturales y simbólicas y los factores naturales. La personalidad humana es producto de todos nuestros impulsos destructivos y la búsqueda de placer. Es una construcción. Cuidemos, guiemos y amemos a los recién llegados a este mundo para que en la diversidad de las niñeces podamos construir adultos más sanos psicológicamente.
* Andrea Parodi. Licenciada en Educación Inicial - Co-autora del libro "Sala de 5 años - Itinerarios para aplicar y recrear". andrea_parodi licandreaparodi