Cada año entre el 8 y el 11% de todos los bebés que nacen en el mundo entran en la categoría de "prematuros", una situación de salud cuya prevalencia está en aumento y que implica, para la mayoría de los niños que nacen con esta condición, largos períodos de recuperación y plazos de seguimiento muy extensos. Muchas veces, además, estos recién nacidos requieren la asistencia de equipos médicos especializados, tecnología y espacios adecuados para dar una respuesta a sus necesidades.
Esta situación de nacimiento "antes de tiempo" es la responsable de alrededor del 75% de la mortalidad perinatal y de 50% de las discapacidades en la infancia. De hecho, la tasa de mortalidad infantil sigue el derrotero básico marcado por la mortalidad neonatal y neonatal precoz, situaciones que mayormente están asociadas con la prematurez. Para la Organización Mundial de la Salud, las complicaciones derivadas de nacimientos precoces son la principal causa de mortalidad entre los menores de 5 años.
Por otra parte, en muchos países –incluída la Argentina– a lo largo de la última década, se observa un incremento en la tasa de prematurez de más de 10 puntos porcentuales. Por ello, es importante divulgar y conocer algunos de los cuidados especiales que esta situación requiere.
Justamente, para poder difundir esta temática, las organizaciones profesionales y de derechos humanos promueven una "Semana del Prematuro" para concientizar sobre el tema. Este año el lema a difundir es: “Acceso de la familia a la NEO. Sin restricciones. Sin horario. Todo el tiempo”.
Bebés prematuros en Argentina
En la Argentina el fenómeno se acopla a las tendencias de las estadísticas globales en la materia. Así, la incidencia de esta situación médica ronda, según las estadísticas más recientes disponibles, en el 8,9 %. Las cifras que publicó el Ministerio de Salud de la Nación correspondientes al año 2019, demuestran que en ese período se registraron un total de 625.441 bebés nacidos vivos. De esetotal, 55.709 nacieron antes de cumplir 37 semanas de gestación uterina, lo que ubica a la tasa de prematurez argentina en el 8,9%.
Desde hace ya muchos años los expertos de la Organización Mundial de la Salud han definido que un bebé prematuro es aquel que nace antes de las 37 semanas de gestación. Se trata de niños que llegan al mundo sin completar su desarrollo dentro del útero materno, situación que los vuelve más vulnerables a padecer distintas afecciones y dificultades de salud que aquellos que nacen a término.
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Al nacer antes de tiempo, los órganos y el metabolismo del bebé prematuro no están totalmente preparados para sostener la vida fuera del útero y necesitan ayudas médicas para cumplir con funciones vitales esenciales como mantener la temperatura corporal, alimentarse e incluso respirar.
Bebé prematuro: riesgos
Si bien depende del grado de prematurez con el que haya nacido, los riesgos de salud que afronta un prematuro son varios. Algunos son:
- Inmadurez de órganos y sistemas: Los órganos y sistemas corporales, como los pulmones, el sistema nervioso central o el sistema inmunológico del bebé pueden no estar desarrollados por completo en el momento del nacimiento. Y esta inmadurez aumenta el riesgo de complicaciones. Algo relativamente común es que nazcan con inmadurez en su sistema ocular o de audición.
La retinopatía del prematuro es un problema importante de salud pública, ya que representa la primera causa de ceguera en los niños.
- Riesgo de Infecciones: La inmadurez de su joven sistema inmune hace que el bebé prematuro sea más susceptible a sufrir infecciones.
- Dificultades nutricionales: La alimentación y la nutrición son un verdadero desafío, ya que los bebés prematuros pueden mantener durante semanas dificultades para succionar, tragar y digerir el alimento.
- Problemas respiratorios: Los pulmones subdesarrollados pueden llevar a dificultades respiratorias. Entre ellas el Síndrome de Dificultad Respiratoria, que es relativamente común en bebés prematuros. Otras complicaciones incluyen apnea del prematuro por inmadurez del centro respiratorio y displasia broncopulmonar por daño crónico de los pulmones inmaduros.
La displasia broncopulmonar es particularmente importante sobre todo en los meses invernales, cuando aumenta la circulación del Virus Sincicial Respiratorio (VSR) lo que constituye uno de los mayores riesgos para este grupo. Los bebés que se contagian el VSR tienen mayor riesgo de desarrollar una infección respiratoria grave ya que la evidencia médica indica que tanto los menores de cinco años como los adultos mayores son las dos poblaciones de mayor riesgo ante el VSR.
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Los bebés prematuros con bajo peso de nacimiento (menos de 2,5 kilos) que conviven con fumadores en el hogar, no fueron alimentados con leche materna o la que conviven con otros menores de cinco años tienen mayor riesgo de complicaciones por VSR. La situación se agrava entre los menores que salieron de una prematuridad extrema (menos de 32 semanas), segmento donde las patologías respiratorias son la primera causa de rehospitalización.
Algo similar ocurre con otras patologías respiratorias como la influenza (gripe), o el Covid-19. En estos casos se recomienda prevenir recurriendo a las opciones de inmunización aprobadas por los organismos reguladores para cada caso y etapa etaria. Se recomienda a las embarazadas recibir las diversas vacunas indicadas durante el periodo gestacional.
A pesar de estas eventuales complicaciones, también han habido avances médicos significativos en esta materia. Por ejemplo en las últimas dos décadas ha ido cayendo el límite de lo que se consideraba "viable" en prematuros. La OMS establece un límite inferior de viabilidad en las 22 semanas de gestación, o 500 gramos de peso, o 25 centímetros de talla al nacer. Hoy, ya se considera viable a un bebé nacido a partir de la semana 24 de gestación.
Lo más importante es que las familias cumplan con los controles obstétricos y perinatológicos indicados. Las mujeres con factores de riesgo de tener un bebé prematuro deberían atenderse con profesionales de instituciones especializadas en esta temática, con tecnología y recursos adecuados.
Esto en la Argentina se cumple por medio de la regionalización que consiste en asignar a las embarazadas en riesgo de ser madres de un bebé prematuro, profesionales capacitados y un espacio que pueda dar las respuestas necesarias frente a un embarazo de alto riesgo. A esto se le suma la disponibilidad de ingresar a programas de seguimiento adecuado para cada bebé nacido en forma prematura.
Cuáles son los factores de riesgo para bebés prematuros
Son varios los factores que pueden aumentar el riesgo de que un parto se adelante y nazca un bebé prematuro:
● que la madre haya tenido un parto prematuro previo
● Que el embarazo sea adolescente
● Que la madre sea muy mayor
● Embarazo logrado por fertilidad asistida
● Embarazo múltiple
● Hipertensión y Eclampsia materna
● Diabetes en el embarazo
● Tabaquismo
● Consumo de alcohol y drogas
● Alto estrés
*Médico pediatra neonatólogo y coordinador del Consultorio de Seguimiento de Alto Riesgo Neonatal del Hospital Provincial del Centenario (Rosario, Santa Fe); docente de grado y posgrado en la Universidad Nacional de Rosario.
