OPINIóN
Análisis

La fábula del León, el Pato y el Gato

El Gato y el Pato pueden vetar todas las medidas que están en la plataforma del León, ya que la oposición dispone de diputados, gobernadores y votos para ganar la segunda vuelta electoral. Con el poder de exigirle absolutamente todo, podrían convertir a Milei en un nuevo Alberto Fernández.

La Libertad Avanza y Juntos x el Cambio
La Libertad Avanza y Juntos x el Cambio | Cedoc Perfil

El pueblo argentino eligió a sus representantes con sospechas de fraude incluidas. El soberano dijo que Sergio Massa se debía llevar 36,7% de los votos, Javier Milei 30% y Patricia Bullrich 23,8%. El resultado coloca al país en el peor de los mundos.

Por un lado, tenemos a un ministro de economía que prometió una presidencia distinta, mientras el dólar está entre $990 y $1050, la pobreza en 40%, la inflación en 138,3%, no hay insumos médicos y la nafta se vende haciendo largas filas. Con este resultado el oficialismo, considerando los “borocotazos” al momento de la jura de cargos después del 10 de diciembre, podría alcanzar la módica suma de 170 diputados, todo a raíz de los candidatos que le colaron en las listas al león libertario.

Por otro lado, tenemos a un Javier Milei que por estos momentos mira de lejos la presidencia. Se trata del mismo que dijo “con Juntos por el Cambio no puedo tener nada porque es un rejunte de miserables arrastrados por el cargo” y “Son los más sucios de la política, los kirchneristas por lo menos te van de frente”.

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En efecto, los insultos a sus adversarios acabaron siendo un puñal para sus aspiraciones electorales, teniendo que unir fuerzas con aquellos que acababa de ofender y pedir el voto de adultos que su gente denostaba llamándolos “viejos meados”.

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La reunión de éste con Mauricio Macri y Patricia Bullrich demuestra que el candidato antisistema está desnudo. Hoy los líderes “Halcones” del PRO, descartan al resto de JxC, en una jugada osada y peligrosa. Sin embargo, el gato y pato pueden pedirle a Milei la totalidad del gobierno, y por supuesto vetar todas las medidas que están en la plataforma de LLA, incluida la dolarización, los vouchers educativos y por supuesto la venta de órganos.

Así es, considerando que la oposición tiene los diputados, los gobernadores y los votos para ganar la segunda vuelta electoral; éstos tienen el poder de exigirle absolutamente todo y convertir a Milei en un nuevo Alberto Fernández.

¿Puede Patricia Bullrich ganarle a Massa sin apoyo externo? ¿Puede Milei ganarle a Sergio sin la ayuda de Macri y Patricia? ¿Puede Mauricio Macri cortarse solo y apoyar a Milei? ¿Puede Patricia desembarazarse de Macri y hacer una coalición con Milei? Mientras usted lee estas líneas, Sergio Massa esta cómodamente en su casa viendo como nos metieron un candidato que dividió a la oposición y lo dejó al ministro a un paso de la Casa Rosada.

En efecto, la construcción de la candidatura nacida en el grupo América, resultó exitosa y tiene dos postulantes en la final. Hoy tenemos que optar, digo bien optar y no elegir, entre dos candidatos populistas. Esto nos coloca en el peor de los mundos. Sin perjudico de lo dicho, ambas candidaturas tienen un punto en común: La falta de plan de gobierno de ambos contendientes.

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Juntos por el cambio dejó de existir. “Macri Anoche, Antonia me dijo 'papá, no hay alternativa, tenés que apoyar a Milei”, dijo Mauricio Macri. Y Patricia Bullrich: “nos perdonamos mutuamente”, con una grandeza que hasta ese momento el libertario no tuvo.

Cuando a éste le preguntaron si estaba dispuesto a pedir perdón por las calumnias a la presidente del PRO, Javier Milei manifestó “¿Y a mí quien me repara el daño que me hicieron? Recordemos que el dirigente anti K y anti casta no bajó a Carolina Pícaro para facilitar la derrota de Kicillof, militó a Hugo Moyano, se asoció con Luis Barrionuevo, expresó loas hacia Alberto Fernández, dijo que Cristina Fernández fue la dirigente más importante de los últimos tiempos y nunca enfrentó a Sergio Massa.

En efecto, la boca del libertario jamás acompañó a sus actos. Por su parte, Luis Barrionuevo significó un amor fugaz en la campaña de Milei, fue suficiente llegar a la fiscalización para que el sindicalista no cumpliera con su palabra. De esta forma Milei descubrió que la mafia no siempre respeta los códigos, y que necesitará del Estado para hacer cumplir los acuerdos.

Mauricio Macri fue el monje negro de todo este proceso eleccionario. Primero, al igual que Cristina Fernández, imaginó que no le alcanzaban los votos para competir, las medidas que eventualmente debería tomar iban a ser muy antipáticas, y prolongó su indecisión para detonar las aspiraciones de sus compañeros de espacio.

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Luego exterminó a Horacio Rodríguez Larreta, repitiendo el ciclo Menem vs Duhalde; y se tomó unas vacaciones que le permitieron soltarle la manito a Patricia Bullrich. Cuando volvió de Marruecos, fue inmediatamente a reunirse con Milei, para luego después entrevistarse con su candidata. Sí, el gato jugó todo el tiempo para él, ni para Pato, a quien mandó sola a la conferencia de prensa y mucho menos para su frente electoral.

El cierre de campaña de Javier Milei pareció un show de The Wall, como si hubiese sido copiado, con un mensaje de enfrentamiento, Fátima Florez diciéndole “te amo” y el entorno reverenciando a Karina “La Jefa”. Luego alguien le dio un micrófono al profesor Alberto Benegas Lynch, quien ofició de vocero de Javier, y con incontinencia verbal producto de las últimas declaraciones del Papa Francisco; pidió la suspensión de las relaciones con el Estado Vaticano. Sumemos los rumores de Guillermo Nielsen a economía, Guillermo Francos a Interior y el llamado a Florencio Randazzo.

En una semana pasamos del Gabinete peronista a uno que podría ser armado en su totalidad por Mauricio y Patricia, con figuras como Guido Sandleris, Nicolás “Chocoarroz” Dujovne y Federico Sturzenegger. Milei en las últimas semanas pasó de las demandas por banalización del holocausto, a minimizar la frase de Martín Krause sobre el nazismo, y a la de Benegas Lynch (H) “Que los padres financien la ESI y les pasen las partes por la cara a sus hijos”.

Nos toca vivir el balotaje más antipático desde el regreso de la democracia. Deberemos optar entre dos propuestas populistas. Por un lado, tenemos a un representante de las malas prácticas de los últimos veinte años, y que nos ha llevado a una situación crítica nunca antes vivida. Por otro a un invento de los primeros que se dedicó a insultar a todo aquel que no piensa como él; y que en las últimas horas fue cooptado por un exmandatario que no cumplió con las expectativas y no quiere largar el poder, reflejo del ego del típico político argentino.

Esto nos coloca en el riesgo que tener a un Presidente con la menor legitimación en muchas décadas, con el riesgo institucional que ello acarrea.