OPINIóN
Efemérides 15 de septiembre

Lo que hay que saber sobre el linfoma, el cáncer más frecuente entre los jóvenes

En el Día Mundial de la Concientización sobre el Linfoma, se recuerda que la enfermedad no Hodgkin es un tipo de cáncer que se cura, pero en todos los casos es vital la detección temprana. Porqué se precisan donantes de médula ósea.

cáncer
El cáncer es provocado por la transformación de células, que proliferan de manera anormal e incontrolada. Causa unos 10 millones de muertes al año en todo el mundo. | bloomberg

El 15 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Concientización sobre el Linfoma. Linfoma es un término amplio que describe un cáncer que comienza en las células del sistema linfático, parte del sistema inmunológico. Los linfomas se dividen en dos grandes grupos: linfomas de Hodgkin, también conocido como “enfermedad de Hodgkin” y los linfomas No Hodgkin (LNH) que son los de mayor incidencia. 

Estos últimos se dividen en varios subtipos como linfoma folicular, linfoma difuso de células B grandes, linfoma linfocítico de células pequeñas, linfoma de Burkitt, linfomas de células T, linfoma cutáneo de células T. 

En Argentina, los linfomas corresponden al 4% de todos los tipos de cáncer y es uno de los más frecuentes en la población en general. Es el tipo de cáncer más frecuente en jóvenes entre 15 y 19 años y el tercer tipo de cáncer más frecuente en menores de 15 años. Mientras que en jóvenes y adultos el linfoma más frecuente es el linfoma No Hodgkin, en niños ocurre lo contrario, el LNH es el de mayor prevalencia.

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Cómo es el sistema linfático

El sistema linfático se compone de los siguientes elementos:

Linfa: líquido incoloro y acuoso que recorre los vasos linfáticos y transporta linfocitos.

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Linfocitos: Los linfocitos son parte de los glóbulos blancos, generados en la médula ósea. Hay tres tipos de linfocitos:

Los linfocitos B, que elaboran anticuerpos para combatir infecciones. También se llaman células B. La mayoría de los tipos de linfoma no Hodgkin se forman en los linfocitos B. Los linfocitos T, que ayudan a los linfocitos B a elaborar anticuerpos para combatir infecciones. También se llaman células T. Los linfocitos citolíticos naturales, que atacan las células cancerosas y los virus. También se llaman células citolíticas naturales o células NK.

Vasos linfáticos: red de tubos delgados que recogen linfa de diferentes partes del cuerpo y la devuelven al torrente sanguíneo.

Ganglios linfáticos: estructuras pequeñas y redondeadas que filtran la linfa y son puntos de defensa del organismo para combatir infecciones y enfermedades. Los ganglios linfáticos se distribuyen a lo largo de la red de vasos linfáticos de todo el cuerpo. Hay grupos de ganglios linfáticos en el cuello, la axila, el mediastino, el abdomen, la pelvis y la ingle.

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Bazo: órgano que elabora linfocitos, almacena glóbulos rojos y linfocitos, filtra la sangre y destruye los glóbulos sanguíneos viejos. El bazo está en el lado izquierdo del abdomen, cerca del estómago.

Timo: órgano situado en el tórax, detrás del esternón, en el que maduran y se multiplican los linfocitos T. 

Amígdalas: dos masas pequeñas de tejido linfático en la garganta, a cada lado de la garganta.

Médula ósea: tejido blando y esponjoso en el centro de ciertos huesos, como cadera y el esternón. En la médula ósea se generan los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas.

El linfoma puede afectar todas estas zonas, así como otros órganos del cuerpo.

Factores de riesgo en linfoma adulto

Son varios y podrían sintetizarse en los siguientes: 

  • Edad: algunos tipos de linfoma son más frecuentes en adultos jóvenes, mientras que otros se diagnostican con mayor frecuencia en personas mayores de 55 años.
  • Sexo: Los hombres tienen más de probabilidades de desarrollar linfoma que las mujeres.
  • Es más frecuente en personas con enfermedades del sistema inmunitario, ciertas infecciones crónicas o que toman medicamentos inmunosupresores.
  • Enfermedades autoinmunes
  • Enfermedades Inmunológicas hereditarias
  • VIH/SIDA
  • Infección por el virus de Epstein-Barr.
  • Infección por Helicobacter pylori.


Varios son los síntomas de presentación del cáncer linfático, por ejemplo, la inflamación de ganglios linfáticos de cuello, axila o ingle en forma persistente e indolora. A diferencia de otras causas de inflamación, esta no cede con los días y los ganglios pueden tener una consistencia aumentada o pétrea. Además el paciente sufre fatiga persistente, falta de energía y pérdida de peso o caída de cabellos sin causa aparente. Se presenta fiebre, febrícula, palidez o sudores nocturnos, además de dificultad para respirar y aumento del tamaño del bazo o hígado a la palpación.

¿Por qué el cáncer todavía no se puede curar?

El diagnóstico del linfoma se realiza a través de la realización de estudios hematológicos, tomografía y biopsia del ganglio afectado y de médula ósea principalmente. Estos estudios permiten determinar el tipo de linfoma y la etapa en que se encuentra. En el estudio hematológico podremos encontrar linfocitos con formas atípicas propias, también el aumento de la eritrosedimentación en sangre es característico. 

Es importante recalcar que cuanto más temprano sea el diagnóstico, mayores son las posibilidades de curación con el tratamiento. El linfoma no Hodgkin sobre todo, es uno de los pocos tipos de cáncer donde podemos hablar de curación actualmente.

El linfoma de Hodgkin a menudo tiene una alta tasa de supervivencia a 5 años, que ronda alrededor del 90%. En tanto que el pronóstico del linfoma no Hodgkin depende del tipo específico de la enfermedad preexistente, edad, etapa del diagnóstico, tamaño del tumor, localización y diseminación a distancia. En niños y jóvenes, la tasa de supervivencia de LNH relativa a 5 años es mayor y está alrededor del 90%, pero puede variar en función de varios factores.

El tratamiento de los linfomas puede comprender quimioterapia, inmunoterapia, terapia con anticuerpos monoclonales, radioterapia, trasplante de células madre o alguna combinación de estos. De acuerdo a la etapa del diagnóstico, la presencia de enfermedades prexistentes, la edad y tipo de tumor, variarán las opciones de tratamiento.

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El trasplante de células madre puede realizarse a partir de médula ósea, sangre periférica o células del cordón umbilical. Puede ser autólogo, cuando pertenece el tejido a la propia persona o alogénico, cuando las células madre proceden de una persona distinta del paciente, ya sea un donante relacionado o no relacionado.

Por eso, la importancia de inscribirse como donante de médula ósea, dado que podríamos contribuir al tratamiento de muchas personas que requieren un trasplante de médula ósea. Puede ser donante de médula ósea toda persona sana desde los 18 años y hasta los 60 años, siempre que no padezca ninguna enfermedad susceptible de ser trasmitida al receptor y que tampoco padezca ninguna enfermedad que pueda poner en peligro su vida por el hecho de la donación.

En síntesis, podemos citar la importancia de conocer los signos y síntomas de esta enfermedad: ante la palpación de una tumoración de consistencia dura, no dolorosa, de aparición repentina o que aumente de tamaño, localizada en cuello, axila o ingle, es importante consultar inmediatamente al médico. También en caso de cansancio o fiebre de causa no definida. Es clave un diagnóstico temprano y tratamiento oportuno, dado que mejora francamente el pronóstico del linfoma, tanto en niños como adultos.


* Médica Pediatra MN 88956, Health Coach