OPINIóN
herramientas novedosas

Nuevos vientos para el estudio de la opinión pública

Cuando creemos que estamos cerca de entenderla, descubrimos que estamos más lejos que nunca. Se trata de la opinión pública, una serpiente de múltiples cabezas en constante mutación.

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Encuestas. Están en el ojo del huracán desde hace años. Hoy se pueden complementar con otros tipos de estudios que permiten evaluar mejor el humor social. | cedoc

Comprender el clima de época es fundamental para la política, pero también para las empresas. Aunque parecen mundos lejanos, ambos para su supervivencia dependen de la decodificación de lo que sucede en el cuerpo social para la toma de decisiones.     

Desde el vamos definir a la opinión pública es un problema complejo. Hay cientos de definiciones que intentan conceptualizar el fenómeno. Sin embargo, todas coinciden en que las sociedades son productoras masivas de subjetividades en términos de percepciones, creencias, evaluaciones y emociones que deben ser descubiertas con las herramientas clásicas de las ciencias sociales, pero también con el aporte de nuevas técnicas.    

Una de las antiguas discusiones es la diferencia entre opiniones y actitudes. En este sentido, Vincent Price, uno de los teóricos más importante de la disciplina, plantea que las opiniones son observables (o al menos registrables) como respuestas verbales a partir de determinados estímulos (como una pregunta). En cambio, las actitudes se deducen como una predisposición anímica anclada en deseos o sentimientos, y por lo tanto de más difícil acceso. 

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Ser parte. A esta dicotomía entre el registro “racional” de las opiniones y las actitudes “emotivas” se le debe sumar una noción más reciente pero no tan desarrollada que son los “intereses”. El interés se puede definir como una acción meditada vinculada a aspectos materiales anclados en la estratificación tradicional (como las clases sociales), pero el concepto también debe relacionarse con la pertenencia, es decir la identificación de un colectivo en particular: ser parte de algo. 

En estos días a partir de retroceso de los grandes relatos ideológicos y religiosos a la comprensión de las caracterizaciones vinculadas a la “gran estructura social” se debe acompañar la identificación de las microestructuras, espacios de significaciones simbólicas para los individuos. 

La fragmentación del mundo social en microesferas simbólicas y cognitivas diferenciadas complicó a ese gran instrumento de evaluación de la opinión pública del siglo XX: la encuesta de opinión. En efecto, la idea que el muestreo estadístico se podía aplicar a la población para que el azar seleccione a un grupo muchísimo más pequeño para estimar al todo, fue un invento sobresaliente pero basado en una sociedad homogénea y medianamente estable: la de los Estados Unidos a partir de los años treinta. No es que se pensara que las ideas y opiniones no cambiaran: todo lo contrario. Paul Lazarsfeld uno de los pioneros en los estudios políticos basados en encuestas construyó un dispositivo denominado “panel” es decir el seguimiento de un grupo de personas a lo largo del tiempo para reconocer los cambios de opiniones. 

Segmentar y rascar. Hoy las tecnologías de la información permiten acceder de otra forma a esos microcosmos. Para acercarse a ese mundo la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y la Carrera de Sociología perteneciente a esa casa de estudios convocaron esta semana a dos especialistas en la aplicación de las nuevas herramientas en el estudio de la opinión pública en el marco de un conversatorio rigurosamente organizado vía zoom como se impone en estos días de pandemia. 

Por un lado, Nicolás Cha plantea la segmentación de los electorados. Mucho se habló de ese instrumento “mágico” vital en la estrategia electoral del macrismo en 2015, pero sin embargo poco se conoce cómo se construye ese conocimiento para interpretar a una ciudadanía compleja y contradictoria.  

Luego, Nicolás Chuchco aporta su visión y experticia para introducirnos al mundo de las redes sociales y al web scraping, expresión que en una traducción literal sería “rascar la red”, pero en términos más técnicos consiste en la trasformación de los datos caóticamente almacenados en internet en información apta para su análisis.

*Sociólogo (UBA)