OPINIóN
Columna de la UB

La historia de la silla como reflejo de la cultura

Es el objeto más rediseñado después del automóvil, y ha sido proyectado por genios de la arquitectura, como Ludwig Mies van der Rohe.

Silla Panton
Silla Panton | Deco Doos

La silla ha sido sustancial en las cátedras de historia del diseño. Es el objeto más rediseñado después del automóvil, y ha sido proyectado por genios de la arquitectura, como Ludwig Mies van der Rohe.

Su importancia radica en que es un objeto cotidiano y, por su tamaño, es habitable en su totalidad. Nuestro cuerpo, al estar en la silla, es accionado por el mueble de alguna manera en particular según su finalidad. Nos conforta si es blanda y firme. Nos mantiene despiertos para estudiar si yergue nuestra espalda. Nos permite conversar cercanamente si es de dos o más cuerpos. O nos empodera si es una silla aparatosa, así convirtiéndose en una máquina para sentarse, como diría Le Corbusier.

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Al ser de proporciones más pequeñas que una construcción edilicia, los arquitectos modernistas plasman sus ideas con mayor facilidad en ellas, confluyendo la historia del diseño y de la arquitectura. Pero no sólo ellos comunican los valores de la época en sillas. En la historia universal, la silla es un símbolo que refleja la cultura del momento. De esta manera, permite hacer un análisis histórico socioeconómico y estético.

El trono egipcio de Tutankamón (1336-1327 a.C.), de oro, madera, plata y vidrio, adornado de jeroglíficos que narran la historia del rey, inaugura la primera sección, los asientos que remarcan el poder de su usuario. Otro modelo es la innovadora silla griega klismos (600-300 a.C.), de mármol, pero ligera, graciosa, sencilla y ergonómica.

En el Medioevo, el feudalismo se asocia con el clero y la estética gótica. Los muebles, al igual que los edificios, son de grandes proporciones, ornamentados y verticales, para alcanzar la espiritualidad, tal como la Silla de San Eduardo (1296).

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En el Renacimiento, nace la silla laica y civil. Pero es a partir de la época barroca (s. XVII) que adquiere un impulso mayor, fabricándose cientos de prototipos.

En la Edad Contemporánea, en su periodo moderno (1739-1939), la producción todavía no era mecanizada, por lo que seguían siendo fabricadas artesanalmente. Pero ya se podían ver diseños racionales y funcionales. La Thonet N°14 (1859) estrena estas sillas. Como novedad, utiliza calor para curvar madera.

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Con la llegada del movimiento moderno (1925-1965), la industria reinventa sus requerimientos productivos y busca que la silla ya no sea un objeto de lujo, sino un objeto para todos. La Wasilly (1925), de Marcel Breuer, utiliza el mínimo de materiales para obtener comodidad, y es precursora de los asientos domésticos con acero. Esta silla es un ícono de la Bauhaus, que desarrolló una estética de objetos cosmopolitas y vanguardistas que se distinguían por su funcionabilidad, limpieza y elegancia.

El uso del plástico avanzaba, desconociendo sus consecuencias, y esta nueva sociedad ya no buscaba objetos de larga duración, sino capaces de satisfacer el propio placer hedonista. De esta manera, las sillas eran de rápida producción, como la Panton (1959), pionera en ser totalmente de plástico.

En el posmodernismo (1970-hoy), una práctica recurrente es recontextualizar la materialidad, como lo vemos en las sillas Wiggle (1972) y Little Beaver (1987) de Frank Gehry, que emplean la metáfora del cartón como soporte, simbolizando la fugacidad de los objetos.

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Por otra parte, otro fenómeno se contrapone al valor democrático del movimiento moderno. Aparece la exclusiva silla-arte, que hace referencia a sus antepasados y no es barata ni popular. La chaise longue de Newson, llamada Lockheed Lounge (1986), es un fiel ejemplo.

A lo largo del tiempo se modificaron los valores para diseñar, atravesados por cambios sociales, sistemas de gobierno, tecnologías, estéticas y crisis. Estos factores fueron representados en las sillas que, tal vez involuntariamente, retrataron la historia universal.

 

* Rosario Villalón Abad, docente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Belgrano.