OPINIóN

¿Sueñan los androides con autos eléctricos? 

La tóxica relación entre Elon Musk y Javier Milei. 

Zuckerberg y Musk
Zuckerberg y Musk | CEDOC

Allá por 1968, Phillip K Dick publicaba su famosa novela “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” y poco tiempo después llegaban a nuestro país las primeras ediciones impresas y traducidas. En esos mismos años, precisamente en 1970 nacía Javier Milei, hoy presidente de la Nación, y pocos meses después en 1971, Elon Musk, hoy  la persona más rica del planeta. Por esos años, el neoliberalismo emergía como la nueva hegemonía mundial, y la novela lo plantea en un futuro distópico, mientras que Elon y Javier, cada uno en diferentes latitudes, crecían al compás de las nuevas reglas económicas, el primero en un país bajo la dictadura, el segundo se formaba en el país que la financiaba.

Más allá de las casualidades de los años, ¿qué une a una novela publicada hace más de 50 años con el presidente de Argentina y un empresario multimillonario? Básicamente la historia que nos cuentan, el presente que los cruza y el futuro que imaginan.

La novela, un clásico de la ciencia ficción, también muy famosa por su adaptación al cine bajo el nombre de Blade Runner, nos presenta un futuro distópico, en el cuál las guerras, la contaminación y radiación amenazan la vida humana en la tierra, por lo que las personas ricas emigran del planeta, dejando aquí a los y las más humildes, quienes deben compartir la existencia con una serie de androides, que, esclavizados en las colonias a las que emigran los humanos, escapan a la tierra y se camuflan entre ellos. Pero quienes se quedan en la tierra viven en condiciones infrahumanas, a tal punto que poseer mascotas o criar animales es símbolo de alto estatus por su alto costo de supervivencia, y muchas veces para aparentar, se los reemplazan por animales eléctricos y las empresas que los producen y reparan, son las más ricas en esa economía. Por supuesto que la novela lleva la situación a un extremo fantasioso, pero tomemos la literatura para reflexionar con la situación actual.

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La reacción de una palabra de Elon Musk al discurso de Milei en el foro de Davos

Según Forbes, Elon Musk posee más de U$D 223 mil millones en su patrimonio personal. Es fundador y CEO de TESLA, dueño de SpaceX y de X (ex Twitter) y varias empresas, y casualmente fue luego de la pandemia del Covid 19 que consiguió multiplicar su fortuna en 100 veces. 

Al igual que en la novela de Dick, Musk parece ser quien provee de la tecnología de algo fundamental en el mundo: telecomunicaciones e innovaciones eléctricas. Los autos eléctricos de Tesla, son en la actualidad uno de los bienes de lujo más buscados a nivel mundial, disponibles en contados países por su altísimo costo de producción y posterior venta. Pero para que funcionen los autos eléctricos se necesita carbonato de litio. Argentina es actualmente el cuarto productor mundial de esta materia prima, y junto a Chile y Bolivia concentran la mayor reserva del mundo en el triángulo del litio. 

Está claro que hay un interés económico genuino de Musk de poder acceder a un recurso natural  como el litio. Pero, ¿por qué tanto coqueteo con Milei? ¿Por qué fue desde X que se multiplicó la visibilidad de Milei a nivel nacional e internacional antes de su elección como Presidente?, ¿por qué Milei habló con Elon Musk apenas asumió? ¿Por qué hay tanto interés de Musk en festejar las políticas de ajuste de Milei? 

Para seguir los pasos de la novela de Dick, parece que Argentina se estuviera volviendo en un gran laboratorio de las ideas de Musk, donde Milei ejecuta sus deseos y órdenes, ganándose ciertos privilegios en un mundo cada vez más desigual. Repasemos algunos elementos de este laboratorio.

tweet de Musk al que le dio

En primer lugar, la automática satisfacción de las necesidades del multimillonario.  Inmediatamente después de asumir, Milei le entregó a Elon Musk la posibilidad de operar con su empresa Starlink en Argentina para ofrecer internet satelital (eso sí, a un precio exorbitante). Si bien Argentina necesita de más y mejores proveedores de internet, ¿por qué darle esa concesión a Elon Musk en un decreto de necesidad y urgencia? ¿Por qué no cambiar el marco normativo para efectivamente generar competencia justa? ¿Por qué no permitir la competencia con ARSAT, INVAP, u otros? El mensaje es contundente: los negocios no pueden esperar los tiempos de la democracia. 

En segundo lugar, la alienación de un discurso global contra el Estado. Desde Davos, Milei fue el bufón de las principales fortunas del mundo, reconociendo las ventajas de los mil millonarios y sus monopolios hasta sobre la libre competencia, llegando al extremo de tildar a los líderes europeos (y al propio Biden) de socialistas.

"Tsunami de chanes": traducen con IA al inglés el discurso de Milei en Davos con su propio acento

En tercer lugar, considerar un gasto innecesario la democracia. La idea de casta política busca eliminar verdaderos puentes democráticos y construyen un entelequia de participación y la libre expresión a partir supuestamente de la participación en redes sociales. Estas casualmente también están dominadas por el magnate Musk que bajo la idea de que te permite publicar en X (twitter) lo que quieras, una falsa ilusión de equidad que deja muy cómodo a quienes manejan los algoritmos y los entretelones detrás del software. 

A su vez el plan de Musk de que Milei le entregue el litio se choca con un detalle molesto, la propia Constitución Nacional establece que los recursos naturales son propiedad de las provincias. Aquí nuevamente mostrar a la democracia como un costo, es rentable, ¿será por eso que quiere superpoderes Milei para los próximos años?

Al igual que en la novela “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, hoy ese futuro distópico cada vez se vuelve más imaginable: las guerras, la pobreza, la contaminación ya son parte del paisaje cotidiano. Sin embargo, frente al individualismo que impera y arrasa, el autor presenta una forma de resistencia: la empatía.

Que el hartazgo y el cansancio cotidiano no nos impida ver que la salida es colectiva. Tenemos la obligación de reconstruir una comunidad organizada desde las bases que sea capaz de plantarse frente a este modelo empobrecedor que solo busca ampliar las brechas, haciendo que los ricos sean más ricos y los pobres sean más pobres. Milei está pagando el piso para pertenecer a ese mundo de fama y negocios, del cual Musk es la cara más visible, donde en la práctica, los beneficios se los quedan unos pocos y la miseria nos queda a millones. Milei quiere entrar a las colonias a las que emigran los millonarios en la novela, pero dejarnos a los argentinos y argentinas sometidos a las voluntades de unos pocos. Recuperemos la empatía para salvarnos.

(*) La autora es economista, docente de Licenciatura en Economía en la Universidad Nacional de Avellaneda y directora del Banco Ciudad.