PERIODISMO PURO
Coronavirus

Peter Singer: "Sería razonable liberar a prisioneros que no cometieron crímenes violentos"

El filósofo y académico se refirió a la polémica por el otorgamiento de prisiones domiciliarias a detenidos por crímenes no-violentos.

Peter Singer, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
Peter Singer, en la entrevista con Jorge Fontevecchia. | Marcelo Aballay

Entrevistado por Jorge Fontevecchia para el programa Periodismo Puro, el filósofo y académico Peter Singer se refirió a la polémica por el otorgamiento de prisiones domiciliarias a detenidos por crímenes no-violentos frente al peligro de coronavirus en Argentina, discusión que se repite en varios países afectados por la pandemia. En ese contexto, el especialista en moral aplicada consideró que esa medida "sería razonable" en casos donde exista evidencia de riesgo de contagio "porque de lo contrario se corre el riesgo de entrar en una situación muy grave". 

En el reportaje, el filósofo se refirió además a las posibles medidas económicas ante la crisis y a los dilemas éticos que implica la elección entre economía y salud en el marco de la cuarentena.

—Uno de sus libros es “Una izquierda darwiniana”. ¿Cuál sería la relación entre Charles Darwin y la izquierda?  

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—Históricamente, la izquierda fue muy influenciada por Karl Marx, y él no tuvo en cuenta la visión darwiniana de la naturaleza humana. Aceptó a Darwin para los animales, pero pensó que nuestra naturaleza está determinada por el sistema económico en el que vivimos. Creía que ante la revolución comunista la naturaleza humana variaría. Que todos nos preocuparíamos por todos. Habría intereses diferentes. Trabajaríamos duro por el bien general y pondríamos ese valor por encima de nuestro propio bien o el bien de nuestras familias y amigos. Algo que obviamente no sucedió bajo el comunismo soviético. La revolución comunista no cambió la naturaleza humana. Tampoco pasó en otros países comunistas. Una de las causas es que la naturaleza humana tiene una base biológica. Nuestros antepasados, de los que descendemos, tuvieron que competir entre sí para sobrevivir. Primero tenían que pensar en sus propios intereses y los de su descendencia, de lo contrario sus genes no habrían pasado a las generaciones futuras. La izquierda tiene que aceptar este dato de la naturaleza humana. Debe olvidar la idea de que una vez que cambies al enemigo, los humanos se volverán naturalmente altruistas. Necesitamos pensar nuevamente sobre cómo podemos producir una opción más cooperativa o altruista. Pero eso no puede darse a partir de un análisis ingenuo. Lo que se necesita es una reforma social gradual, experimentar con lo que funcionará para conseguir mejores opciones, y más racionales. No sucederá nunca una revolución radical que arrasará con la economía capitalista y arrasará con nuestra propia naturaleza humana.

—¿La compasión y otras virtudes serían maleables y traspasables en la naturaleza humana a próximas generaciones epigenéticamente?

—En las próximas generaciones, tendremos una mezcla de tendencias compasivas y egoístas y, a veces, desafortunadamente, malévolas y crueles. No creo que podamos esperar que eso cambie genéticamente. Mejor sería desarrollar estructuras sociales que fomenten y den a conocer la fuerza compasiva y altruista a la naturaleza humana. A medida que los reforcemos, tenderemos a reducir y amortiguar la influencia de ciertos intereses. Y como dije, incluso a veces de las capas crueles de la naturaleza humana. Será un proceso largo y lento para desarrollar una vida humana mejor. Pero es una dirección factible.

—El Partido Justicialista en Argentina propone un impuesto adicional por el coronavirus a las 11 mil personas más ricas del país. ¿Qué opina de la iniciativa? ¿Aprobaría algo similar el Congreso de su país, Australia?

—Creo que podemos tener una escala progresiva de impuestos sobre la renta que los aumente sobre un grupo grande de personas, grupos mucho más grandes. Se debería aumentar más en la parte superior de la escala económica. A los sectores de clase media alta. También podría permitirse pagar más impuestos para ayudar a las personas que están en peor situación y construir una mejor estructura social y una red de seguridad para nuestro país. Un gobierno conservador seguramente no querría cobrarles impuestos a los más ricos, pero quizás algún gobierno futuro que se parezca más al gobierno del Partido Laborista podría volver al tipo de impuestos que, de hecho, la mayoría de los países tenían en los años 50 y 60, incluido Estados Unidos. Y en particular, me gustaría decir que lamento la reducción o abolición de los impuestos estatales en algunos países. Estoy de acuerdo con Warren Buffet, una de las personas más ricas del mundo, que dice que está bien permitir que las personas trabajen y acumulen el dinero. Pero es absurdo dejar pasar la mayor parte de ese dinero a sus hijos, que nacieron con fortunas heredadas. El de la herencia es un impuesto muy justo que ayuda a que todos comencemos aproximadamente de la misma manera. Por lo tanto, me gustaría ver más dinero recaudado a través de deberes de herencia o la renta: pueden ayudar a una sociedad más justa. Pero esto no debe recaer en unas pocas personas.

Peter Singer, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
“La ética no puede prescindir de los hechos. Los temas más urgentes de la humanidad son cómo eliminar la pobreza o asegurarnos de que todos estén bien alimentados e intentar reducir el cambio climático.” (Foto: Marcelo Aballay)

—También miembros del partido gobernante en Argentina proponen ante el coronavirus liberar a todos los presos que no hayan cometido crímenes violentos. ¿Está de acuerdo con esta medida?

—Si hay evidencia de que el coronavirus se está propagando en las cárceles, sería razonable liberar a los prisioneros que no han cometido crímenes violentos, y que no tengan antecedentes de crímenes violentos. Sería razonable, porque de lo contrario se corre el riesgo de entrar en una situación muy grave. Esto no sucederá en Australia porque tuvimos mucho éxito en el control del virus. Australia está, junto a Nueva Zelanda, entre los países más exitosos. Hasta ahora solo hemos tenido 19 muertes por el virus, lo cual es realmente pequeño en comparación con muchos otros. Y que yo sepa, no tenemos muertos en cárceles. Esto no sucede en Australia un poco por buena fortuna y otro tanto por las buenas políticas.

—El director del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de Argentina pronosticó que las cuarentenas salvaron de la muerte a 40 mil argentinos. Paralelamente, el aumento del 20% de la pobreza y la crisis económica agregada por la cuarentena generaría alrededor de 50 mil muertes adicionales en los próximos cuatro años. Asumiendo que la moralidad del acto debe evaluarse en función de sus consecuencias, ¿que elección debería tomar el Gobierno?

—Lo primero que quiero decir es que no puedo corroborar esas cifras, porque no soy un experto en la cuestión. Asumamos que las cifras son correctas, significa que estamos ante unas 10 mil muertes adicionales netas. Si así fuera, la cuarentena sería un error. No importa la causa de las muertes.

 —En Argentina, sobre el dilema de atacar las consecuencias económicas de la cuarentena por el coronavirus, se ha usado mucho el hipotético ejemplo de un tranvía que si sigue su rumbo, matará a cinco personas, pero que si alguien cambia la palanca y lo desvía, mata solo a otra persona, pero las personas prefieren que siga el destino a ser ellas responsables de la muerte de una sola. ¿Podría profundizar sobre el mensaje de este experimento ético?

—El problema del tranvía es que al menos algunas personas no quieren asumir la responsabilidad de una muerte en particular. Esas personas dirán que no presionarían el interruptor para desviar el carro desbocado porque entonces serían responsables de la muerte de una persona. Si todo sigue igual, no tendrían culpa, sería una cuestión mecánica. Cuando le preguntamos a una amplia muestra de personas, vemos que la mayoría no lo hace. En la mayoría de los experimentos, no presionarían el interruptor. Dadas tales circunstancias, deberíamos tirar del interruptor. Deberíamos guardar la red para la pérdida. Y no lo hacemos, porque no queremos que todo el costo de la muerte de uno sea visto como un efecto secundario de salvar justificadamente a los cinco. Pero debemos estar seguros de lo que hacemos, para que todo tenga sentido. Siguiendo la secuencia de la pregunta anterior, digamos que el problema del tranvía sería permitir que el virus matara a 40 mil personas. En lugar de hacer algo para evitar que el virus mate a esa gente, se produciría el efecto indirecto de 50 mil muertes. Aquí el problema es que podemos identificar la causa de la muerte de los 40 mil: es el virus y podemos detenerlo. No sabemos cómo morirán los otros 50 mil: el futuro no sucede ahora. No podemos estar seguros de que la recesión económica mate a alguien en particular: algunos podrán encontrar trabajo y salir de la situación. Pero podría ser un error. Deberíamos tratar de salvar al mayor número de personas y no centrarnos en si lo hacemos presionando un interruptor o generando una cuarentena. Las decisiones deben regirse por las consecuencias. Deben buscarse resultados.

La entrevista completa de Jorge Fontevecchia a Peter Singer