El Banco de la Nación Argentina (BNA) fue condenado a pagar una indemnización de 45.000 pesos más los intereses, a un jubilado al que le habían saqueado su caja de seguridad en la sucursal Azcuénaga de la ciudad de Buenos Aires, informaron hoy fuentes judiciales.
La sentencia, que ratificó otra de primera instancia, fue dictada por la Cámara en lo Civil y Comercial Federal a favor de Martín Rodríguez, quien sufrió el saqueo del cofre que, junto a dos hermanas había contratado en 1993.
El 15 de febrero de 2001 las autoridades bancarias citaron a Rodríguez para comunicarle que su caja de seguridad, al igual que otras, había sido violada y que tenía "marcas visibles de haber sido forzada desde el exterior”.
La investigación generada por la denuncia penal permitió el recupero de algunos de los valores sustraídos, pero entre ellos no estaban los que Rodríguez dijo que le faltaban.
El BNA negó que el demandante fuera víctima del ilícito, pero la Sala III de la Cámara consideró que "la citación del señor Rodríguez por parte de la entidad financiera sólo se explica ante una irregularidad que comprometía su interés de cliente y que en el caso fue la sustracción de los efectos que aquél guardaba en su caja".
El tribunal agregó que "la falta de una sentencia penal y de una condena que relacione a los dependientes del banco con el ilícito no obsta a su responsabilidad, porque el contrato de locación genera una obligación de resultado, por la cual la entidad debe preservar el espacio alquilado de cualquier intrusión de terceros".
Sobre el monto de la condena, los camaristas Guillermo Antelo y Ricardo Recondo se basaron en declaraciones testimoniales según las cuales Rodríguez, un ex comerciante jubilado, habría sido poseedor de alhajas y dos lingotes de oro, lo que lo llevaron a contratar la caja de seguridad bancaria.
El BNA se quejó por la falta de pruebas sobre la existencia de lo que se denunció como robado, pero los camaristas expresaron que "en términos generales nadie incurre en el gasto de mantenimiento de una caja de seguridad si no tiene valores que resguardar en ella".
Antelo y Recondo también destacaron "la espontaneidad" de Rodríguez al denunciar los efectos robados, rechazando hacerse de algunos que le fueron exhibidos después del secuestro de bienes realizado por la Policía Federal.