El Tribunal Oral Criminal (TOC) 26 absolvió a los tres acusados de ser coautores del atraco a la sucursal del Banco Macro ubicada en el barrio porteño de Congreso, donde se vaciaron 99 cajas de seguridad y se sustrajeron unos 30 millones de dólares. De esta manera, el "Robo del Milenio" quedó impune, siendo que nunca se recuperó el dinero ni se identificaron a los integrantes que entraron por la fuerza al establecimiento.
Los tres absueltos son el exsubcomisario de la Policía Federal (PFA) Marcelo Amarilla, que era segundo jefe de la por entonces Comisaría 5ta. de Congreso; su chofer y también policía, el excabo Omar Mikic, y Rolando Pardo, quien al momento del hecho era encargado del Instituto Argentino de Seguridad e Higiene, edificio lindero desde donde los boqueteros ingresaron a la entidad bancaria.
A diez años del Robo del Milenio, el golpe maestro que todavía no pudo ser esclarecido
Durante el juicio, la fiscal Diana Goral y la auxiliar Marina Narváez habían imputado a los hombres bajo los cargos de coautores de un "robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda". Sin embargo, el juez Carlos Mirat del TOC 26 de la Capital Federal resolvió el viernes pasado absolver a los acusados por faltas de pruebas. Los fundamentos se darán a conocer el próximo 28 de abril.
Según indicaron fuentes judiciales a Télam, para los expolicías Amarilla y Mikic, la fiscalía había pedido una condena de ocho años de cárcel y para el portero Quiroga Pardo, seis años; mientras que la querella del Banco Macro había solicitado una pena de cuatro años para los dos expolicías y de tres años en suspenso para el encargado.
El abogado defensor de Amarilla, Leonardo Rombolá, aseguró a Télam que "en el juicio quedó demostrado que los tres imputados que llegaron a juicio eran inocentes y que no había prueba que los comprometa". "Al igual que le pasó años más tarde con el caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman, esta fue una pésima investigación de la exfiscal de instrucción Viviana Fein" (actualmente jubilada), agregó el letrado.
La fiscalía argumentó que los policías Amarilla y Mikic "liberaron la zona" y le dieron cobertura a la banda desde el exterior. Esta hipótesis se realizó a partir de la prueba clave de la causa: los videos de cámaras de seguridad que los filmaron durante la madrugada del robo y la mañana y la tarde siguientes en un garaje situado en la calle Sarmiento y Riobamba.
Por su parte, al portero Quiroga Pardo se lo acusó de haber "facilitado el acceso" de la banda al edificio donde trabajaba para que hagan el boquete con el cual ingresaron al banco. Según la fiscalía, el hombre fingió que había sido tomado como rehén junto a su hijo, quien también estuvo imputado en la causa pero luego quedó sobreseído, y a un joven en situación de calle. Al momento de huir, los ladrones le arrojaron a este último un fajo con unos 5.000 dólares que quedaron tirados en una escalera.
"No será el Robo de Siglo, pero del mileniun": cómo fue el atraco a Banco Macro
Según el requerimiento de elevación a juicio, el "Robo del Milenio" se inició cerca de las 22 del sábado 6 de marzo de 2010 en la sucursal del Banco Macro ubicado en avenida Callao 264, a poco más de dos cuadras del Congreso de la Nación, y terminó a las 7:17 del domingo 7, cuando se activó la alarma del establecimiento.
Para la fiscalía, algunos integrantes de la banda ingresaron primero al edificio lindante, que correspondía a la sede del Instituto de Seguridad e Higiene donde trabaja como encargado Quiroga Pardo. Una vez allí, se dirigieron a la sala de docentes del primer piso, desde donde realizaron un primer boquete en el suelo que logró perforar el techo de la planta baja de la sucursal bancaria.
Sumado a esto, los delincuentes lograron desactivar la alarma de la entidad bancaria, por lo que se sospecha que la banda contaba con al menos un integrante especialista en este tipo de dispositivos. Luego, con los rostros cubiertos con pasamontañas y desviando el enfoque de las cámaras de seguridad, se trasladaron al subsuelo del banco. Allí, después de sortear algunas puertas, hicieron otro boquete que les permitió el ingreso a la bóveda.
En total fueron violentadas 256 cajas de seguridad, pero solo 99 fueron saqueadas. El botín fue calculado por la Justicia entre 25 y 30 millones de dólares y se encuentra compuesto por dinero en efectivo, joyas, lingotes de oro, documentos y otros valores.
El hecho ocurrió luego del "robo del siglo" que tuvo lugar en Acassuso en 2006, donde también atracaron las cajas de seguridad y accedieron al Banco Río a través de un boquete. "No será el Robo de Siglo, pero (sí) del mileniun (sic)", fue el mensaje que dejaron escritos los delincuentes. Hasta el día de hoy, no se recuperó nada del botín y ninguno de los seis boqueteros fue identificado.
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