Caparrós es polémico, hable de política, fútbol o el estado del tiempo. Lo sabe y lo deja claro en cada oportunidad que tiene a su alcance. Y esta vez, lo reafirmó con su participación en una mesa-debate sobre la izquierda en Latinoamérica, realizada en el marco de la Feria Internacional del Libro. “En Argentina no gobierna un partido de izquierda, no sé tampoco si los argentinos querrían un partido de izquierda o no, pero la realidad es que no lo hay”, dijo el periodista, entrevistado por Perfil.com.
El periodista volvió a referirse, así sobre la administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Este tipo de políticas lleva al hecho de que no hay proyecto. El político deberia simular que tiene un programa que si llega al gobierno y pasa 10 años en el, es porque quiere aplicar una serie de medidas", sostenía públicamente, momentos antes de la nota.
El kirchnerismo “está dando todos los argumentos necesarios para un contragolpe privatizador”, planteó Caparrós. “Lo que tendrían que hacer estos gobiernos que se hacen llamar 'progresistas' es presentar un Estado intachable, pero no es el caso de nuestro país. Un Estado que promueve una ley de medios para democratizar el acceso a la difusión de la palabra y cierra el acceso a la palabra de todo el que no está de acuerdo con él, un Estado que recupera empresas estatales y que las administra tan bien que se transforman en fracasos repetidos, lleva a pensar que el Estado no sirve para nada”, remarcó.
El Boudougate. A pesar de intentar evadir el tema, el autor de La Voluntad y El Interior habló sobre el escándalo de la ex Ciccone Calcográfica y el espacio de la Justicia en la investigación. “Todo depende si la Justicia ya entendió el mensaje que está dando el Gobierno nacional y decidieron que un procurador general echado y un juez apartado de la causa son suficientes para entender que mejor no meterse”, opinó.
También se refirió al por qué de la expropiación de YPF: “No me gusta hacer juicio de valores, ellos sabrán bien cuáles son sus razones. Hay que marcar la contradicción de un sector político que primero toma una serie de medidas y después toma medidas contrarias. El Gobierno es su propio opositor”.
(*) Especial para Perfil.com