POLITICA

Dilma Rousseff, la vencedora de la elección más reñida de la historia de Brasil

Por <strong>Ceferino Reato</strong>, desde Brasilia (*) | La mandataria del vecino país logró imponerse en unos comicios que mostraron una nación dividida simétricamente.

Lula vota
| AFP

Hay fiesta roja en el hotel Royal Tulip de Brasilia, el lugar elegido por la reelecta presidenta Dilma Rousseff para celebrar la ajustada victoria de hoy sobre su rival, el socialdemócrata Aécio Neves. Según los últimos cómputos, Dilma sacó el 52 por ciento de los votos, con una ventaja de 3 millones de sufragios del total de casi 109 de brasileros que fueron a las urnas.

De acuerdo a los analistas de la red de TV Globo, se trata de la elección más disputada en la historia de este país.

Los resultados muestran un Brasil partido en dos: el sur, el sudeste y el centro oeste  –las regiones más prósperas y modernas – votaron mayoritariamente por Aécio Neves, que es el nieto de Tancredo Neves, el primer presidente elegido luego de la dictadura.

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En cambio, el norte y el nordeste  –las regiones menos desarrolladas y más pobres – votaron en masa por el Partido de los Trabajadores, que luego de tres mandatos presidenciales consecutivos ha dejado de ser el partido de los sectores sindicales y políticos más esclarecidos de ciudades prósperas como San Pablo, Río de Janeiro y Porto Alegre.

No: ahora el PT es el partido del pueblo pobre de Brasil, a tono con la figura que Luiz Inácio “Lula” da Silva, el líder indiscutido del oficialismo, eligió para él. Lula se veía como “el padre de los pobres”, como lo había sido en su época Getulio Vargas.

Y si Lula es el padre de los pobres, Dilma es la madre de los pobres: sacó el 72 por ciento de los votos en los nueve estados que forman el Nordeste, unos 17 millones de votos. Su diferencia con Aécio Neves, fue de casi 12 millones de votos, con los cuales compensó sobradamente los casi 7 millones que Neves le sacó en San Pablo, que es la capital económica de Brasil.

Aécio Neves descuidó su bastión de Minas Gerais, donde fue dos veces gobernador y se retiró de esa función con el 72 por ciento de imagen positiva. Allí volvió a perder hoy frente a Dilma, esta vez por 500 mil votos.

La elección fue ejemplar con una plena utilización de urnas electrónicas y un ensayo exitoso de incorporar la identificación a través de la huella dactilar del pulgar derecho para reemplazar al documento tradicional. Un uso de la tecnologia moderna para sustentar la soberanía popular.

La agenda de Dilma se presenta difícil para su segundo mandato por la compleja situación económica, en especial por el parate económico y la caída de la producción industrial.

Pero, eso será para más adelante; esta noche el pueblo petista festeja y su alegría no tiene fin.

*Editor ejecutivo de la revista Fortuna.