POLITICA
tension en el frente para la victoria

El debate por los buitres retiene a una mayoría oficialista cada vez más molesta

Por lo bajo, legisladores kirchneristas expresan su malestar por el rumbo del Gobierno. Pero aparecen condicionados por la caja y las idas y vueltas de la interna peronista.

Cada diputado podría cobrar entre 3.750 y 17.500 pesos por sesión.
| DyN

No lo dicen en público, pero se lo transmiten a sus interlocutores por lo bajo. En los bloques del kirchnerismo en el Congreso existe un malestar creciente por el manejo que el Gobierno está teniendo de la situación económica. Sin embargo, el oficialismo sigue siendo mayoría en ambas cámaras, sustentado sobre todo en dos factores: el control de la caja que condiciona a los gobernadores y la falta de una red de contención política que dé garantías para aquellos que quieran dar el salto. En ese marco, el de los fondos buitre es un tema que retiene a la tropa. Nadie va a cambiar de bando con ese debate en el centro de la escena.

Más allá de que pueda haber legisladores que no coincidan con el proyecto de ley que establece el cambio de la sede de pago de la deuda externa, el rechazo interno más fuerte giró en torno a las reformas de la ley de abastecimiento. Puertas adentro, y evitando filtraciones, el oficialismo se vio obligado a realizar modificaciones en el dictamen, excluyendo a las pymes de determinados controles y castigos que establece la iniciativa. Para los fondos buitre, en cambio, fue más fácil garantizar el número.

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Cuando seamos Gobierno te lo resuelvo”. Esa frase, con intenciones de ser en broma pero que trasluce el clima interno en el oficialismo, fue la elegida por un importante legislador peronista para responder a una demanda de un par opositor. Según las señales que reciben diputados y senadores no oficialistas, como economistas con diálogo fluido con todo el arco político, el desgaste de los peronistas que todavía se definen como kirchneristas es cada vez más profundo. Los chivos expiatorios suelen ser Axel Kicillof y “los pibes de La Cámpora”.

“Tenés que prestar atención a los que tienen más de 45, están callados, ya no defienden como antes”, describe una diputada opositora que va por su segundo mandato. En la Cámara baja, precisamente, es donde la mayoría K es más ajustada y quedó en la mira en los últimos tiempos. Dos diputados rionegrinos aclararon esta semana que seguirán votando con el oficialismo luego de que su gobernador, Alberto Weretilneck, anunciara su apoyo a Sergio Massa. Previamente, los diputados de Misiones que responden al gobernador Maurice Closs amagaron con armar un bloque propio. Después de negociaciones se mantuvieron dentro. Martín Insaurralde, por su parte, todavía no confirmó su pase al massismo, algo que en los ámbitos políticos se da por descontado. Hasta que no defina el salto seguirá votando con el oficialismo, porque considera que su banca le pertenece al Frente para la Victoria.

Factor Boudou. En el Senado, la figura de Amado Boudou también fue y sigue siendo motivo de tensiones internas. A pesar de que el Gobierno decidió respaldarlo y ponerlo al frente de las últimas sesiones, en el bloque hay pocos legisladores dispuestos a dar la cara para defenderlo ante las embestidas opositoras. Este miércoles se prevé que se verá un nuevo capítulo, con el vicepresidente liderando la sesión, la oposición despotricando y el oficialismo a la defensiva.