En un contexto histórico, Jorge Mario Bergoglio, ahora investido como el papa Francisco, recibirá en audiencia privada a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Ciuda del Vaticano.
El encuentro bilateral, el primero en muchos años de distanciamiento, se realizará al mediodía (9.30 hora Argentina) en la Casa de Santa Marta, donde el papa Francisco aún se encuentra alojado antes de mudarse a su residencia apostólica.
La presidenta argentina Cristina Kirchner llegó el domingo a Roma para asistir el martes a la misa de inauguración de Francisco, el primer papa argentino y latinoamericano de la historia, indicó la embajada argentina en Italia.
La relación entre la Iglesia y el gobierno kirchnerista se manejó siempre por estrictos canales "institucionales", pero tomó visos de enfrentamiento en marzo de 2005, cuando Néstor Kirchner echó a monseñor Antonio Baseotto del Obispado Castrense. Kirchner y Bergoglio mantuvieron sólo un encuentro formal en agosto de 2004, además de otros dos ocasionales en 2006.
Con Cristina Fernández, la relación no fue tan tensa, incluso ella misma admitió haber "disfrutado" de la movida que suscitó la audiencia que mantuvo el 28 de noviembre de 2009 con el papa emérito Benedicto XVI, junto a su par chilena Michelle Bachelet.
La Presidenta recibió a la cúpula episcopal -integrada por Bergoglio, los arzobispos Luis Villalba, Arancedo y el obispo auxiliar Enrique Eguía Seguí- el 27 de noviembre de 2008, cuando la Iglesia le transmitió preocupación por las repercusiones laborales que conlleva la crisis financiera global.
En esa audiencia, la mandataria confirmó que iría a la misa en Luján del 22 de diciembre, con motivo de la mediación papal por el Canal de Beagle, cuando la Iglesia llamó a "dejar de lado" las diferencias y pidió un "reencuentro". La anterior mesa ejecutiva -también presidida por Bergoglio, pero con Agustín Radrizzani en lugar de Arancedo- se había entrevistado con la primera mandataria el 19 de diciembre de 2007 en la Casa Rosada.
Sin embargo, los acercamientos se vieron morigerados tras mantener diferencias notables respecto de la legalización del matrimonio para personas del mismo sexo, entre otros temas clave.
Ahora, en este marco extraordinario, el Gobierno dispone de una nueva chance de recuperar la relación con la Iglesia.