“Esto no es bueno para (Carlos) Zannini”, reconoció a PERFIL un ministro del Gabinete. El fiscal Ramiro González imputó ayer a la mano derecha del secretario de Legal y Técnica, Carlos Liuzzi, por enriquecimiento ilícito. “Es una bala que roza muy cerca al ‘Chino’”, admitió otro funcionario del Gobierno. Sin embargo, no está del todo claro cómo afecta a Zannini la situación de su número dos. Para algunos, dejó de ser el intocable y eso es celebrado en varios despachos. Para otros, sigue siendo el funcionario más influyente en el entorno de Cristina Fernández de Kirchner. Mañana será el encargado de cerrar el plenario de la militancia kirchnerista que se juntará en el Mercado Central. Pero en los hechos, lo esmerila.
El escándalo de Liuzzi y el impacto sobre Zannini estalló cuando el juez federal Norberto Oyarbide confesó que por un llamado del número dos de Legal y Técnica había frenado un allanamiento a una financiera. Tras revelar eso, la Sala II de la Cámara Federal ordenó reabrir la causa contra Liuzzi por el aumento de su patrimonio porque quien lo había sobreseído había sido nada menos que Oyarbide, que demostró tener vínculos con su investigado. El juez que sigue la causa ahora es Luis Rodríguez, quien tendrá que definir si ratifica la imputación o la desestima.
“Hasta que el juez no decida no se puede medir el impacto que va a tener sobre Zannini”, consideró el ministro en diálogo con este diario. Pero coincidió en que el Chino dejó de ser impoluto. “Liuzzi es Zannini. Es el que mueve los expedientes en la Secretaría, es el operador en la Justicia, es sus ojos y oídos”, graficó una fuente gubernamental en diálogo con PERFIL.
Según una investigación de Perfil.com, el funcionario aumentó su patrimonio 38 veces desde 2003 a 2011. Al llegar a la función pública declaró tener poco más de 180 mil pesos. En 2011 su patrimonio era de más de siete millones de pesos. La investigación reveló que el dos de Zannini vive en un lujoso departamento en Puerto Madero, y que tiene propiedades en el interior y en la Capital Federal: lleva un estilo de vida de bon vivant. Además otorgó contratos millonarios a empresas vinculadas a él de manera indirecta.
Judicialmente hablando, la imputación es algo preliminar. El juez es quien tiene que resolver si llama al investigado a declaración indagatoria o lo hace como testigo, o si simplemente desestima la denuncia. Los números parecen no cerrarle a Liuzzi, que además de haber aumentado su patrimonio nombró a sus familiares en la Secretaría de Legal y Técnica. Un punto a favor de Zannini es que Liuzzi es, hasta ahora, desconocido para la opinión pública. “Afecta más al Gobierno lo de (Ricardo) Jaime que lo de Liuzzi”, graficó una fuente gubernamental en diálogo con diario PERFIL. Pero el golpe a Zannini es puertas adentro. Antes, lo que decía era palabra santa. Ahora no es tan así. Cuando en Clarín dijeron que Liuzzi había renunciado, el Gobierno ordenó ratificarlo en el cargo, y de esa manera proteger a Zannini. Pero hay quienes cuentan que en rigor, el funcionario puso a disposición su dimisión, y que no le fue aceptada.
