Cuatro empresas –una de ellas un consorcio conformado por tres firmas, en realidad– quedaron en carrera para ganar la licitación por el escrutinio provisorio en las presidenciales de este año, luego de la apertura de sobres técnicos ayer en el Correo Argentino.
Se trata de la española Indra, la venezolana-estadounidense Smartmatic, la colombiana Thomas Greg & Sons (Guernsey) –aliada a Thomas Processing & Systems y Manejo Técnico de Información– y la catalana Scytl. En el tramo final de la competencia por un contrato millonario, la declarada guerra de rumores cruzados entre las empresas sumó ayer otra batalla.
Esta vez, fue Indra la que vivió un momento incómodo al filtrarse el dato de una presunta alianza estratégica con la firma MSA. Llamativamente, esta firma local no se presentó pese a haber mostrado interés en la etapa de las consultas. Aún así, Sergio Angelini, su titular, estuvo presente en la apertura de sobres si bien en Indra negaron que hubiera asistido con ellos.
En un comunicado posterior, la firma española reconoció que existen conversaciones con MSA aunque las relativizó. Lo adjudicó a una posible subcontratación –fuentes de la empresa la cifraron en 130 mil dólares, desestimando la idea de una sociedad–, y describió el documento como un borrador. No aclararon, sin embargo, en qué instancia quedaron si Indra obtiene el contrato nacional o con miras a competir en algún test provincial. Según explicaron a PERFIL desde el Correo, en caso de darse esta subcontratación, no se violentaría el espíritu de la licitación.
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Aunque el número surgirá al final del proceso, se estima que el contrato no bajará de los 20 millones de dólares. Hay quienes incluso elevan la cifra hasta los 30 millones ya que la licitación comprende no solo el escrutinio provisorio durante las PASO, primera vuelta y eventual ballottage sino también una amplia serie de anexos, que van desde la preparación de un gabinete de prensa hasta el agasajo de cien invitados internacionales para los comicios, entre otras cuestiones.
El proceso seguirá ahora con la evaluación técnica de las ofertas, las cuales podrán ser impugnadas por los rivales en una fase posterior. Se descuenta que en ese momento vuelvan a volar las balas de cañón. Hacia fin de marzo o principio de abril, se abrirían los sobres con las ofertas económicas de aquellos que superen la barrera técnica y allí habrá un lapso de tiempo para que las autoridades del Correo negocien con las firmas una baja en los presupuestos presentados para alcanzar la mejor oferta posible.
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Una de las dudas que circulaba ayer entre algunos competidores a partir de las consultas formuladas en la primera etapa del proceso era si la oferta económica, en el afán por reducir costos y mostrar competencia por primera vez en dos décadas, iba a ponderarse por sobre el puntaje obtenido en las evaluaciones técnicas. Desde el Correo, se lo negaron en forma tajante a este diario.