Cristina Kirchner no quiere que nada la detenga en su camino al sillón presidencial. Y mucho menos que su candidatura se vea salpicada por un escándalo de corrupción, cuando sólo faltan tres días para su lanzamiento.
Por eso, la senadora tuvo una posición “implacable” y su opinión fue decisiva a la hora de considerar que la ministra de Economía, Felisa Miceli, no podía continuar en su cargo, después de que el fiscal Marijuán pidiera ayer la imputación de la funcionaria.
Aunque la dura posición de Cristina Kirchner, no fue “contra Felisa”, dijeron fuentes de la Casa Rosada , “sino respecto a que el Gobierno no puede quedar expuesto a estas situaciones" , informa hoy el diario Clarín.
La suerte de Miceli en el Gobierno quedó echada ayer al mediodía en Olivos, en un almuerzo compartido por “la mesa chica”: el presidente Néstor Kirchner, Cristina Fernández, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini.
Todos coincidieron en que era insostenible la continuidad de la ministra de Economía al frente de su cargo, por los elevados costos políticos que el Gobierno debería pagar por el escándalo de la bolsa con dinero encontrada en el baño privado del despacho de la funcionaria.
Habrá que esperar para saber si Cristina Kirchner también considera que el escándalo que involucra a Romina Picolotti, secretaria de Medio Ambiente, es otro escollo en su carrera a la presidencia.