POLITICA

La vuelta del desafortunado humor de CFK tuvo como protagonista a un avión

Dos meses después de la <a href="%(link0)">broma en el tren Sarmiento</a>, la mandataria se divirtió con las tragedias aéreas y contó el final de uno de los Relatos Salvajes.

La verborragia de Cristina, en distintos discursos, le jugó malas pasadas a la mandataria.
| Cedoc

Nadie puede negar que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner es una líder con carisma. La militancia kirchnerista acostumbra a elogiar a la mandataria por sus dotes de buena oradora y su capacidad a la hora de enfrentar maratónicos discursos con una retórica que puede virar entre lo persuasivo y lo combativo. Sin embargo, en distintos momentos de su gestión, la jefa de Estado incurrió en frases desafortunadas cuando quiso imprimirle humor a sus palabras.

Eso mismo ocurrió durante la presentación de las nuevas líneas del Mitre, cuando Cristina contaba los aviones de Aerolíneas Argentinas que sobrevolaban el puerto de Buenos Aires. "Otro avión más, van cinco, y cada vez más bajo vuelan, ¿Se dieron cuenta? No será como en (la película) Relatos Salvajes, con Pasternack, en la primera historia, ya veo que viene uno y ¡pum!", bromeó la mandataria, una semana después de un nuevo aniversario de la tragedia de Lapa y adelantando el final de uno de los relatos de la película que aún está en las carteleras. 

Aún así, al lado del antecedente inmediato en sus brotes graciosos, el comentario pasó casi desapercibido y apenas generó quejas por haber revelado el desenlace de uno de los relatos del film de Damián Szifrón. Es que dos meses atrás, al momento de inaugurar las nuevas formaciones del tren Sarmiento, Cristina lanzó chiste de humor negro en referencia a la tragedia de Once. "Miren que tenemos que hacer rápido porque si no, viene la próxima formación y nos lleva puestos", dijo, arriba de un tren, en la estación Villa Luro.

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Escoltada por el ministro Florencio Randazzo y el intendente Lucas Ghi, la Presidenta se ganó la indignación de las víctimas y familiares del choque del Sarmiento que se preparaban para un nuevo homenaje, al día siguiente, de la tragedia que se cobró 51 vidas 29 meses antes. "Cuando llegan trenes nuevos, pero no se asumen responsabilidades sobre la tragedia duele.

"Murieron personas y recién ahí decidieron hacer algo, es un costo altísimo. Desde 2003 en adelante hubo un contexto económico que le hubiese permitido hacer algo, pero no hicieron nada", se quejó Paolo Menghini. Y agregó: "Sus frases fueron desafortunadas y no hacen más que provocarnos dolor".

Ese mismo día, la Presidenta lanzó otro dicho desafortunado al cuestionar a quienes viajan colgados del tren. "Ya nadie va a poder viajar colgado del tren, porque el tren no arranca si las puertas no están herméticamente cerradas", dijo. Y remató: "Así que los que quieran hacerse los valientes, que vayan a otro lado".

En esa línea, Cristina sostuvo que "ya no habrá lugar para los que quieran tomar aire y viajar en los estribos". La mandataria desconoció entonces la necesidad que sufren miles de pasajeros, y la realidad que enfrenta el transporte ferroviario. Por los menos así lo interpretó María Lujan Rey: "Caaaro!! A la gente le encanta viajar colgada!!! 'hay asientos vacíos, señor -no gracias, yo voy colgado'. Puaj", escribió.

Otra jornada que Cristina preferiría olvidar es la del 29 de septiembre de 2012. De gira por Estados Unidos, la Presidenta hizo una presentación en la prestigiosa universidad de Harvar a donde recibió un arsenal de preguntas incómodas. Visiblemente molesta, tras responder sobre su patrimonio y el cepo cambiario, la dirigente recibió una silbatina. "Chicos, por favor, esas son cosas para La Matanza, no para Harvard", lanzó.

Sus dichos generaron amargura en la facultad del oeste del conurbano bonaerense. "Desafortunadamente tenemos muchas limitaciones, los chicos que vienen a nuestra universidad son de condición muy humilde, pero eso no quita que intelectualmente sean menos que otros", alertó rector de la Universidad de La Matanza, Daniel Martínez. Y sostuvo que la expresión presidencial generó una "sensación de tristeza en toda la comunidad" de ese distrito.

El catálogo de frases "graciosas" que disgustaron a muchos también incluye comentarios subidos de tono. Tal fue el caso del 27 de enero de 2010 cuando Cristina destacó la cuota afrodisíaca de comer carne de cerdo. "La ingesta del cerdo mejora la actividad sexual. No es un dato menor, además yo estimo que es mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar Viagra", dijo.

Cristina luego contó entonces que ese fin de semana comió en El Calafate un cerdo que le habían mandado de Córdoba y que "anduvo todo muy bien, así que deben tener razón". Entre risas, la mandataria se despidió: "Llego a Olivos y Kirchner, después de escuchar esto, me mata".