POLITICA

Militante peronista respondió a la nota de Sarlo sobre el espejo de Cafiero y CFK

El subsecretario de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, Carlos Molina, criticó "el particular enfoque de la autora". El escrito.

La réplica a la nota de Beatriz Sarlo bajo el título “Espejos invertidos”.
| Cedoc

El subsecretario de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, Carlos Molina, criticó "el particular enfoque de la autora" de la nota publicada el domingo 19 de octubre en el diario PERFIL por Beatriz Sarlo bajo el título “Espejos invertidos”.

El funcionario escribió una carta al CEO de la Editorial PERFIL, Jorge Fontevecchia, para reprochar el escrito de Sarlo. Según Molina, la ensayista transformó el artículo de opinión acerca del peronismo “en una sistemática crítica y descalificación a la Sra. Presidenta”.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

La carta completa:

“Al leer, el domingo 19 de octubre el diario Perfil, me encontré, en su página 11, con la nota de la Sra. Beatriz Sarlo, titulada “Espejos invertidos”, encabezada por sendas fotografías del recientemente fallecido Dr. Antonio Cafiero y la Sra. Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernandez. El título y las imágenes, contrapuestas, me llevaron a priori a suponer que existiría en la nota la intención de describir diferencias entre el comportamiento político de ambas figuras. Sin embargo, a poco de avanzar en la lectura, el particular enfoque de la autora me llevó a una conclusión diferente. Salvo muy breves consideraciones acerca del espíritu dialoguista y “generoso” del histórico referente del justicialismo, la nota se transformó en una sistemática crítica y descalificación a la Sra. Presidenta las que, de paso, fueron extendidas al “peor” Perón ; es decir, dando por sentado que es pública y notoria la maldad de Perón, fue preciso aclarar que la referencia iba dirigida al más malo de todos.

Sin embargo, es cierto, la crítica se centra en la Presidenta, a quien atribuye tres rasgos que definirían “ … su concepción de lo político …”: 1) el enemigo interno, 2) el supersentido ideológico y, 3) la mimesis de la totalidad. El primero de ellos es el que, a juicio de la Sra. Sarlo, le habría sido “inoculado” por el propio General Perón, y sería cultivado por ella “ … con la paciente disciplina de un apóstol… “

Tengo 68 años, Sra. Sarlo, y soy peronista desde los 15, pese a provernir de una familia antiperonista –síndrome de mi generación- He admirado al Dr. Cafiero y, humildemente, como simple militante, lo acompañé en la trascendente misión de la Renovación Peronista en la década de los 80. Participo, con total convicción, de la idea de que la verdad nunca está en cabeza de uno solo y que el diálogo pluralista es el mecanismo más apto para llegar al encuentro del punto justo en el que confluyen las más nobles aspiraciones de quienes pretenden una Argentina más grande, más justa, con igualdad de oportunidades y espacios para todos. En suma, la Argentina que sueñan y han soñado los sectores populares que se han visto representados y expresados mayoritariamente (no creo pecar al decirlo) por el peronismo, desde hace setenta años. Un peronismo que ,seguramente, ha cometido errores, pero que siempre se ha presentado a la sociedad como un frente policlasista, abierto a todos los sectores, al que han adherido, desde su genesis, argentinos de los más diversos orígenes políticos y que ha sentado como principio la idea de su conductor en el sentido de que la construcción política no requiere el alineamiento de pensamientos sino de voluntades.

Su nota, Sra. Sarlo, la muestra, a primera vista, como una persona muy afortunada ya que, aparentemente, habría tenido oportunidad de contactarse con el único peronista bueno: Antonio Cafiero, quien, precisamente como prueba de su virtud, intentó, a través suyo, transponer la línea divisoria, reconociendo la necesidad de comunicarse con “los buenos”. Con ello, Sra. Sarlo, Ud replica, pero en sentido opuesto, el maniqueismo que imputa a la Sra. Presidenta, quien, dicho como al pasar, con su conducta desnudaría la “falla de origen”: su condición de paciente y disciplinada apóstol del “peor Peron”.

Sin embargo, Sra. Sarlo, creo que, en definitiva, no pensamos tan diferente al criticar el ejercicio de “ … la subordinación política e intelectual como estilo y herramienta para sentirse por encima de todo y de todos”. Y lo digo con conocimiento de causa, ya que todos los peronistas (la enorme cantidad de malos y los excepcionalmente buenos) hemos sufrido durante décadas de nuestra historia –que es la de todos los argentinos- las consecuencias del pensamiento autoritario, aunque acompañado con discursos en los cuales abundaban términos como libertad, democracia, patriotismo … Lo sufrimos bombardeados en la Plaza de Mayo en 1955, fusilados junto al General Valle, o en los basurales de José León Suarez, durante el gobierno de la Revolución “Libertadora”, proscriptos junto a nuestro lider, privados de ejercer el derecho al sufragio (eran tantos los malos que hasta podían ganar), torturados, impedidos (Decreto 4161/56) de mencionar en lugares públicos las palabras: Peron, Evita, plan quinquenal, justicia social, entre otras (!!!); más recientemente, desaparecidos, etc. Actos todos que deberemos considerar como una invitación al diálogo para que los argentinos no quedáramos separados “ …por una distancia imposible de recorrer”. ¿ en dónde ubicaría Ud. la representación de “… la ajenidad externa y enemiga” ?

Sra. Sarlo, no hubiera sido mi intención hacer historia si Ud. no hubiera insinuado cierta descalificación congénita que caracterizaría al peronismo; con la excepción, claro está, del Dr. Antonio Cafiero.

Como abogado laboralista, circunstancialmente, ocupo un cargo de gobierno en la Provincia de Buenos Aires, el de Subsecretario de Trabajo en la cartera del Dr. Oscar Cuartango. Como militante peronista integro el Grupo Descartes, agrupación que reconoce el liderazgo del Gobernador Daniel Scioli y trabaja políticamente en función de su candidatura presidencial para 2015. Este proyecto se afirma en los valores históricos del Justicialismo y, precisamente por ello, se abre a todos los sectores de la ciudadanía apuntando a consolidar este proyecto basado en la producción, el trabajo, el desarrollo material y espiritual en una Argentina respetuosa de los derechos humanos, en la inclusión de todos sus habitantes, en la mejora de la calidad institucional de nuestra vida comunitaria por la vía del diálogo y la búsqueda de consensos, que nos permitirán afianzar lo logrado por el esfuerzo y mejorar, profundizar, corregir lo que sea necesario, cuando así surja del acuerdo logrado. Valores que, con sentimiento, convicción y vocación, compartió durante toda su vida, como tantos, el Dr. Antonio Cafiero”.