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Moyano, sin techo

Fiel a su actividad de origen, continúa avanzando con un camión hasta ahora imparable y repleto de apoyos oficiales hacia su próximo destino, la secretaría general de la CGT.

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| Cedoc

Fiel a su actividad de origen, Hugo Moyano continúa avanzando con un camión hasta ahora imparable y repleto de apoyos oficiales hacia su próximo destino, que es la continuidad en la secretaría general de la CGT. Durante los últimos días el dirigente camionero siguió transitando zonas donde recogió cargas fundamentales para sus aspiraciones y las de sus aliados de los mundos sindical y gubernamental.

Estuvo con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada y con Néstor Kirchner en el acto debut de la nueva conducción del Partido Justicialista encabezada por el ex primer mandatario, entre otros sitios. Antes habría participado de un encuentro con su amigo, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y otros funcionarios y representantes del sector privado, donde se habría abordado el tema del acuerdo social que todavía es una expresión de deseos.

En la incursión por la Casa de Gobierno estuvo quizás lo más jugoso: allí, en medio de las conversaciones por una nueva ley de radiodifusión, planteó la pretensión de los gremios de tener una radio y un canal de televisión propios.

También comió con sus socios sindicales de siempre y con varios de sus otrora rivales, como los "gordos", en el marco de los clásicos encuentros gastronómicos donde el trasfondo es el reparto de cargos y poder en el ámbito gremial.

Imbuido por el clima mediático, hizo escuchar su voz en la prensa y, absolutamente seguro de conseguir su cometido, afirmó que su eventual reelección estaba escrita antes de lograr el espaldarazo de su designación para una de las vicepresidencias del Partido Justicialista.

Y anticipó que el próximo 25 de mayo se anunciaría el marco del pacto social que impulsaría la administración, aunque no queda claro todavía como será posible ese acuerdo si se mantiene el divorcio entre el oficialismo y uno de los sectores vitales para tal iniciativa, como es el agro.

En suma, Moyano y Gobierno son más sinónimos que nunca, al punto que es imposible escindir sus movimientos y resulta complicado hallar una foto o noticia de actividad oficial reciente donde no haya estado el mandamás cegetista.

Pero hay algunos "ruidos en la línea" y, a diferencia de lo que inicialmente podría pensarse, provienen de su propia zona. De hecho, hubo una reunión de las 62 Organizaciones encabezada por su titular, el dirigente de los trabajadores rurales Gerónimo "Momo" Venegas, todavía "tocado" por el desaire oficial que significó no haberle dado ningún cargo en la nueva conducción del PJ.

Allí estuvieron el dueño de casa; el adjunto de las 62, el metalúrgico platense Enrique Salinas; el secretario administrativo Víctor D'Aprile (UTA), y un nutrido grupo de dirigentes entre los habrían figurado Juan Carlos Schmidt (Dragado y Balizamiento), Enrique Venturini (Electricistas Navales), José Luis Lagar (Cerveceros), Juan Murgo (Caucho), Pedro Zambeletti (Pinturas) y Mario Paniagua (Sutep).

La tradicional entidad, a la que el propio Moyano contribuyó a dotar de renovada vitalidad para resucitarla como plataforma y elemento de presión en la interna sindical, abordó los últimos movimientos políticos en los que estuvo involucrado el gremialismo y también la realidad económica y salarial de los trabajadores.

En primer lugar hubo una reivindicación de Venegas, que sonó a desagravio por haber quedado fuera de la superestructura partidaria, interpretándose que esa movida fue una virtual revancha por la actitud del dirigente de no alejarse de sus representados en el conflicto del campo.

En ese marco, hubo críticas a la designación de dirigentes "con menos historia y protagonismo" en la cúpula del partido fundado por Juan Domingo Perón y ahora en manos de Kirchner.

Pero tampoco se desperdició la oportunidad de dejar traslucir cierta "inquietud" por el hecho de que Moyano no haya hecho más fuerza por Venegas y que, además, el camionero pueda ser "extremadamente funcional" al Gobierno.

A propósito del reproche, fuentes del grupo recordaron que en una reciente reunión de las 62, Moyano se habría retirado dejando como broche la frase "no soy compañero de Venegas, soy hermano de Venegas", actitud fraternal que no alcanzan a visualizar en las últimas jugadas donde el sindicalismo consiguió algunas ventajas.

Los barrionuevistas, en tanto, repitieron las escenas que se vienen observando desde hace tiempo y se mantuvieron alejados de Moyano, en clara demostración de su desacuerdo con la continuidad del camionero en el sillón mayor de la CGT.

Durante las próximas jornadas se presentarán nuevas oportunidades para ver más capítulos de la interna gremial, ya que se reunirá el Comité Central Confederal de la CGT, previo al congreso donde se definirá la cuestión de la secretaría general de la central sindical.

Pero por ahora, más allá de los cuestionamientos, el camionero sigue colocando marcha tras marcha, sin intención de pisar el freno. Suena a paradoja, como muchas cuestiones en la política doméstica. Mentor de los topes salariales junto con la administración, Moyano no muestra la misma actitud para con sus objetivos y se erige -tanto por acción propia como ajena- como uno de los pocos que parece no tener techo.