Acompañada de un grupo de jóvenes y sin su emblemático pañuelo en la cabeza, la dirigente ingresó a la sede de Hipólito Yrigoyen 1584 alrededor de las 8.30, tras pasar la noche en un departamento lindero. "Con Hebe no se jode", cantaban los militantes en apoyo a Bonafini quien fue declarada ayer en "rebeldía" tras negarse por segunda vez a presentarse ante la justicia en la causa que se investiga el manejo de fondos del programa de viviendas "Sueños compartidos". Por ello, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi dispuso su detención y la prohibición de salir del país, pero la policía todavía no pudo llevar adelante la orden.
Ayer, la dirigente desafió a la Justicia y encabezó la tradicional marcha en la Plaza de Mayo, acompañada por dirigentes kirchneristas, quienes se mantuvieron hasta última hora montando guardia en la sede de las Madres. Tras el cierre del horario de Tribunales, la Policía Federal recibió la orden de allanamiento de la sede de la entidad y de la detención de Bonafini, de 87 años y con dos hijos asesinados por la dictadura militar de 1976/83. Efectivos pertrechados como cuerpo de choque, con apoyo de carros de asalto, fueron hasta el lugar. El diálogo de las autoridades con un abogado de Madres fracasó y la dirigente se resistió a la detención.
Seis horas después de la primera orden de detención, trascendió de fuentes policiales y judiciales que la fuerza de seguridad estaba esperando "el momento oportuno" para concretar el arresto que todavía no se materializó, dado que esta mañana Bonafini salió de la sede de Madres con la ayuda de varias personas congregadas en el lugar.