Por un lado, el gobernador Juan Manuel Urtubey buscará su reelección a través de un frente liderado por el PJ que él preside, donde se combina el kirchnerismo progresista con fuerzas de derecha ortodoxa, como el Partido Renovador.
El Frente Renovador para la Victoria es el sello que creó el mandatario cuando fue elegido en 2007 y derrotó al ex gobernador Juan Carlos Romero, quien desde entonces ocupa una banca en el Senado de la Nación y respalda desde las sombras al principal opositor, el diputado provincial Alfredo Olmedo, un empresario agrícola que realizó una millonaria y pintoresca campaña proselitista que le otorgó rápidamente un segundo lugar en las encuestas.
Con esta coalición, Urtubey busca un segundo mandato, y a pesar de que recibió un espaldarazo de Cristina Fernández en una visita a la provincia tres semanas atrás, lo cierto es que en el último tramo tomó distancia de la Presidenta: carteles con su figura en soledad, evitar entrevistas con medios nacionales, críticas al gobierno por temas de gestión y declaraciones donde asegura que los salteños “no elegirán un delegado del gobierno, sino un gobernador”, son algunas de las muestras que el mandatario brindó para desenmarcar una posible victoria en las urnas de un fenómeno nacional.
Por otra parte, la presidenta Cristina Fernández también dio un espaldarazo al diputado nacional Walter Wayar, un tradicional hombre de la política salteña que llegó a la legislatura como opositor, pero que en estas elecciones lleva como vice a Jorge Guaymás, el secretario general del gremio de Camioneros y hombre clave de Hugo Moyano en el distrito. La fórmula fue presentada por el líder de los transportistas durante el mes de febrero y fue elogiada por la presidenta en su reciente visita a la provincia.
En el entorno de Urtubey manejan altas expectativas para mañana. “Lo que no sabemos es si vamos a ganar con más de 50 puntos o un poco menos”, dicen confiados, mientras que las últimas encuestas dan 53% de intención de voto al mandatario provincial. Mientras, en el búnker de Olmedo también se muestran confiados pero no prefieren hablar de números, sino de un posible fraude. “Tal vez el voto electrónico sea seguro, pero al correo no lo podemos controlar, y esa es una grieta para el fraude”, repiten, asegurando que “vamos a poner tres fiscales por mesa para que no nos roben la elección”.
A su vez, mañana se eligen numerosos puestos claves: once bancas para el Senado, 30 de Diputados, 49 Intendencias –incluida la de la Capital y ciudades claves como Tartagal y Cafayate- y 318 cargos de concejales. El 33% del padrón -compuesto por más de 800 mil votantes- utilizará el voto electrónico, siendo la primera experiencia de este tipo en una elección masiva.
(*) Especial para Perfil.com