“¿Qué veo? Que hay peligro de que volvamos al poder”. Con fina ironía, un experimentado dirigente de Juntos por el Cambio, de extracción radical, da cuenta del clima que se percibe en el principal espacio opositor, donde están convencidos de que si hacen las cosas bien tienen altas chances de volver a ser los inquilinos de la Casa Rosada en 2023.
Sin embargo, son conscientes también de las dificultades que tienen en el camino para definir tanto quiénes serán los candidatos que le propondrán al electorado como qué programa económico le ofrecerán al país. En un momento donde cada uno de los presidenciables está intentando sumar músculo para la carrera definitiva, empieza a consolidarse la idea de que llegarán a las PASO con fórmulas cruzadas entre referentes de diferentes partidos.
Los involucrados reconocen que sería la mejor estrategia pero, como es de esperar, ninguno relega sus aspiraciones. El problema es que tanto macristas como radicales tienen más de un dirigente anotado como candidato, por lo que los cruces de fórmula pueden terminar siendo algo que se defina de manera inorgánica.
En el PRO están los que aseguran que las disputas entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich deberían resolverse en las PASO, sin temor a que eso signifique dividir votos y correr el riesgo de que un radical logre terciar en la pelea. En el larretismo, en cambio, impulsan que eso sería un error y que deben unificar los esfuerzos en un solo candidato. Hasta hace unas semanas, el propio jefe de Gobierno rechazaba la posibilidad de armar una interna previa a las PASO pero hoy en su entorno reconocen que está todo en estudio. Mientras, sigue flotando la sombra de Mauricio Macri, que dice que no quiere ser pero por las dudas deja la puerta abierta.
Desde el lado radical también hay dudas. Gerardo Morales, Alfredo Cornejo, Facundo Manes son los anotados para la presidencial. Martín Lousteau está lanzado para la Ciudad, pero tiene una línea nacional en la UCR y buscará tallar en las definiciones. “Son todos vicepresidenciables”, chicanea un correligionario que no está de acuerdo con la estrategia utilizada. Incluso hay quienes anotan en la categoría de posibles vices al gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, y a la senadora Carolina Losada.
En el entorno de Morales niegan que esté pensando en la vicepresidencia y aseguran que buscará este año seguir levantando el nivel de conocimiento (tanto propio como de la gestión jujeña, con eje en el desarrollo productivo del litio, la energía solar y el cannabis medicinal). “Y si no le llega a dar, trabajará para que haya un candidato radical”, aseveran, para calmar a quienes se quejan de que no haya un respaldo partidario más fuerte a Manes, la figura que muestra mayor poder de movilización en las filas radicales.
Con Ernesto Sanz y Maximiliano Abad como principales operadores, el neurocientífico y diputado asegura que su única aspiración es presidencial. Ni gobernador, como dicen algunos, ni vice, como impulsan otros. La Convención Radical, en esa instancia, será clave para decidir la estrategia partidaria.
Así planteado el escenario, hay quienes se imaginan en JxC que las PASO puedan terminar siendo entre Larreta y Manes, ambos elegidos por sus propios partidos. Pero los halcones no dan ni medio crédito a esa posibilidad. “Sería una pelea entre dos moderados, cuando las primarias tienen que servir para resolver la disputa entre halcones y palomas”, aseguran, con la mira puesta también en el crecimiento de Javier Milei.
Ese escenario abre un problema para el jefe de Gobierno. Si tiene que enfrentarse a Bullrich y a un radical en las PASO, el voto moderado se dividiría. Ahí, aparece la figura de Ricardo López Murphy, quien también está anotado como presidenciable (y en la tarea de sumar a José Luis Espert a las filas de JxC). Así como en la Ciudad, en 2021, su postulación sirvió para contener fugas liberales, en este caso también ayudaría para dividir ese electorado en las PASO.
Además, la carta de las fórmulas cruzadas ya se analiza para dividirse fuerzas. Fue el esquema que mejor les rindió en las primarias de 2021. En casi todo el país, candidatos radicales y macristas fueron cruzados en las listas sin respetar una lógica partidaria.
