Otra vez el Frente de Todos la intenta subir al ring con críticas a su gestión. Pero ella seguirá en silencio. Es más: María Eugenia Vidal no tiene pensado volver a dar entrevistas hasta el año que viene. No le interesa subir a ese ring. Pero no se mantiene quieta: continúa metida de lleno en el armado bonaerense, mantiene los Zoom con dirigentes e intendentes, y en las últimas semanas visitó a Mauricio Macri y hasta se reunió mano a mano con Patricia Bullrich, con quien la une una historia de pésima relación.
Esta semana la ex gobernadora fue noticia pero por ser el blanco de críticas del oficialismo. El presidente Alberto Fernández dijo que no había realizado obras hídricas – expresó que “era la candidata con botas en un charco” - y un día después Axel Kicillof volvió a criticarla y manifestó que “la Provincia tenía todo para que la pandemia fuera una calamidad con Vidal”.
En este marco, Vidal volvió a elegir el silencio, aunque le pidió al jefe del bloque del PRO, su amigo y ex ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, y al diputado provincial vidalista, Alex Campbell, que salgan a responder en su nombre.
“Cada vez que le pegan sube puntos en su imagen positiva”, aseguran cerca de la ex gobernadora.
El dato se puede verificar: a casi un año de haber dejado la gestión, sosteniendo un bajísimo perfil, sigue siendo una de las cinco dirigentes con mejor imagen en la mayoría de las encuestas serias.
De todos modos, se mantiene hiper activa y en estas semanas siguió anudando vínculos al interior del frente opositor. Según pudo saber PERFIL, estuvo con el ex presidente y también, hace diez días, con Bullrich.
Con Macri la sigue uniendo un lazo de cariño personal y respeto. No están en la misma sintonía política desde el año pasado. Pero al ex presidente se le sigue dibujando una sonrisa cuando habla de ella: la halaga, le pide a los dirigentes e intendentes que la “ayuden” y sostiene que “no tiene techo”. Es más: afirma que debería encabezar la lista de diputados nacionales en 2021 por la Provincia. Ella ya no lo considera su jefe, pero guarda siempre un lugar desde la relación personal para dedicarle. Desde lo político lo considera un “ciclo terminado”: no se ve con una candidatura compartida nuevamente, le confió a sus asesores más cercanos.
Con Bullrich. Por otro lado, en el Botánico, en Palermo, Vidal se reunió a tomar un café con la presidenta del PRO. Allí hablaron del partido, de la organización a futuro, de la posibilidad que no haya PASO y, de paso, limaron algo de las asperezas históricas que tienen desde hace años.
En este sentido, para la ex gobernadora, seguir anudando vínculos internos supuso continuar los buenos diálogos con Emilio Monzó y intentar sostener la armonía de JxC en la Provincia.
“Tienen que estar todos adentro y ampliarnos”, es una de sus frases. Esa amplitud incluye a un sector del PJ no kirchnerista: está convencida que tienen que estar adentro. Por ello en la mesa bonaerense de JxC hay lugar para peronistas. En ese marco, el miércoles esa mesa política estuvo escuchando, por Zoom, los detalles del proyecto de Presupuesto que mandó Kicillof. Al frente estaban el ex ministro de Economía, Hernán Lacunza, y su socio, Damián Bonari.
En términos políticos, quiere que “crezcan” los intendentes pero también Ritondo y hasta Diego Santilli, quien ya tendió puentes y hasta tuvo una charla larga con ella hace un mes. “El que mejor esté, que sea”, es lo que se viene escuchando en todas las comidas y cafés. De muchos de estos encuentros ya es parte, nuevamente, Federico Salvai, el ex jefe de gabinete bonaerense.
Dupla blindada. Los viernes son especiales para Vidal: cada quince días tiene un almuerzo en Uspallata con Horacio Rodríguez Larreta. Ahora, ya en dos ocasiones, también se suman Jorge Macri y Néstor Grindetti. Manejan un sistema de relaciones para el conurbano bonaerense para sistematizar los avances territoriales. El binomio con el jefe de Gobierno sigue siendo indestructible.
La semana pasada Larreta lo dejó claro antes un grupo de dirigentes políticos del PRO: “Somos lo mismo, no es una sociedad”. Es la máxima que repite siempre. El ticket de 2023 no tendrá discusión entre ellos: saldrá de un acuerdo sí o sí.
De todos modos, Vidal no descarta ninguna opción. Por empezar, si ser candidata o no en la Ciudad o en la Provincia en la lista de diputados del año que viene. Aunque siempre con la mira puesta en el 2023, cuando tendrá las tres alternativas abiertas: volver al Gobierno porteño, intentar regresar a La Plata o ir por la Casa Rosada.
Hasta abril del año que viene no dará pistas. Hoy está más tranquila que nunca: no tiene responsabilidad de gestión. Por ello, no tiene previsto hablar aún.
El “mito” sobre su decisión electoral le permite estar en el centro de la escena sin costos.