“No es un papá que va y viene y tiene un trabajo normal”. La frase la dice con un suspiro, aunque su rostro denota ya cierto acostumbramiento. “A veces se va de casa muy temprano y vuelve muy tarde. Pero es así, ésta es su vocación”, suelta enseguida. La que habla es Karina Ranni, la mujer de Miguel Angel Pierri, el abogado que por estos días está en boca de todos por ser el defensor de Jorge Mangeri, el principal acusado del caso Angeles Rawson.
La semana pasada ambos pasaron un momento inesperado cuando su hijo, Juan Ignacio, participó en un programa de televisión junto a ellos e irrumpió en la nota que estaban dando sus padres. “Miguel no habla de estos temas en casa. Ni yo sé la verdad del caso. En ese momento nos sorprendimos; después nos dimos cuenta de que tiene que ver con lo que él mira en televisión o escucha en la escuela”, desliza a PERFIL Karina desde su casa de zona norte. Y agrega: “Juan está esperando que termine el caso Angeles. Aun así, admira a su padre y quiere ser abogado y estar en la tele”. Para ella, éste sin dudas no es un caso más. “¡La gente me deja comentarios en Facebook con hipótesis!”, cuenta sorprendida esta mujer, que conoce desde hace nueve años a Pierri. Ellos no están casados. “Tenemos un común acuerdo”, desliza Pierri desde lejos y entre risas. “Es más difícil porque tenés que elegirte todos los días”, agrega esta mujer que, además, fue periodista. Dio sus primeros pasos en Crónica TV. Tuvo una importante faceta artística: integró el grupo Las Primas en los 80 (fue parte de la segunda generación), hizo teatro y trabajó junto a Silvio Soldán, uno de los clientes que tuvo Pierri cuando se desató el escándalo con Giselle Rímolo.
En el último tiempo volvió a estar en los medios: estuvo en Radio 10, FM Palermo y cocondujo junto a Pierri un programa, Fallo y veredicto, en A24. Actualmente se dedica al coaching ontológico para empresas. “Siempre me gustaron la comunicación y el periodismo. El coaching tiene mucho que ver con la palabra y la forma de expresarnos”, comenta.
Con Pierri se conocieron cuando Soldán hizo su vuelta al teatro de revista. En la obra, Karina hacía de esposa del popular conductor. “Pierri me mandó un ramo de flores”, recuerda con una sonrisa. Pero, en realidad, al abogado ya lo conocía de antes, cuando ella trabajaba en Canal 26. “Hubo un problema económico, yo salí a hablar a los medios y Pierri me mandó una carta documento. Antes de conocerme ya me había querellado”, comenta con humor Karina. Pasó un tiempo desde aquel episodio, hasta que un día Silvio Soldán le dijo: “Mi abogado te quiere conocer”. Karina suelta una risa otra vez al recordar. “Yo le dije: ‘Ya lo conozco,
¡fue el que me querelló! ¡Lo quiero lejos!’ Y bueno, acá nos ves, felices”.