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entrevista exclusiva

Mario Testino: "El fotógrafo de moda tiene que crear deseo"

Inaugura hoy en el Malba la muestra de uno de los fotógrafos de moda más influyentes del mundo. Galería de fotos

Imágenes. A la izquierda, una imagen que Mario Testino comparte en su sitio de Instagram. A la derecha, unas vistas de las salas donde tiene lugar la exhibición que inaugura hoy, Kate Moss, su musa ir
| Gentileza Malba

Del mismo modo que Richard Avedon reinó en el campo de la fotografía de moda hasta su muerte en octubre de 2004, podría decirse que hoy el cetro pasó a Mario Testino, el fotógrafo peruano nacido en Lima en 1954 y que saltó definitivamente a la fama en 1997, cuando fue elegido para fotografiar a Lady Diana, apenas cinco meses antes de su muerte, para la revista Vanity Fair.

Establecido en Londres desde 1976, sus fotografías han aparecido en publicaciones como Vogue, Harper’s Bazaar y V Magazine, para marcas como Gucci, Christian Dior y Burberry. Posaron para Mario Testino las más importantes modelos y stars de Hollywood, una lista interminable que incluye a Lady Gaga, Rihanna, Miley Cyrus, Gisele Bündchen, Kate Winslet, Kim Basinger, Jennifer Lopez, Naomi Campbell, Christina Aguilera, Cameron Diaz, Elizabeth Hurley, Janet Jackson, Nicole Kidman, Britney Spears, Keira Knightley, Lindsay Lohan, Madonna, Kate Moss, Gwyneth Paltrow, Julia Roberts, Meg Ryan, Robert Downey Jr. y Catherine Zeta-Jones, entre muchos otros. De visita en Buenos Aires para la inauguración de la muestra In Your Face, que inaugura hoy en el Malba y que permanecerá abierta hasta el 16 de junio, habló con PERFIL.

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— "In Your Face", la muestra que vino a inaugurar, fue curada por usted mismo. Supongo que no faltarían candidatos para ocuparse de ese trabajo –como ocurrió con exposiciones anteriores–, y sin embargo usted prefirió tomarse ese trabajo. ¿Por qué y qué enseñanza le deparó haberlo hecho?

— La propuesta de esta muestra vino de parte del director del Museum of Fine Arts de Boston, en 2012. Me dijo: “Nosotros queremos tu propia visión de tu trabajo”, así que lo hice. Y lo que descubrí es que escoger fotografías de mi propio trabajo fue algo muy difícil, porque soy muy crítico con lo que hago. Descubrí que hacer una foto me toma el mismo trabajo que hacer una exhibición: yo dispongo de las cosas y las mezclo para que el resultado sea nada más ni nada menos que una foto Mario Testino. Y preparar la exhibición me deparó un trabajo parecido: tuve que elegirlas no tanto en relación con lo que ellas son en sí mismas, sino con lo que pueden llegar a comunicar en su conjunto. Yo, a fin de cuentas, lo que hago es crear espacios, definir espacios y definir colores. La muestra es también una foto Mario Testino. Sólo falta el clic, pero está todo dispuesto para que lo único que falte sea el clic.

— De acuerdo, ¿pero cómo se hace una foto Mario Testino? Se nota en sus fotos mucha preparación, pero al mismo tiempo aparece cierta candidez, actitudes en los modelos que parecen imprevistas, casuales.

— Hay un montón de elementos que entran en juego y que me gustan. Paso mucho tiempo en crear la perfección: que la luz sea perfecta, que el vestido se vea perfecto, que el maquillaje sea perfecto, pero después, cuando todo es perfecto, me gusta destruir esa perfección para que el resultado sea un momento único, irrepetible.

— ¿Pero en qué consiste hacer fotografía de moda?

— En crear deseo en una milésima de segundo. Pero, en verdad, todas las fotografías que he hecho, al final del día, tienen otra finalidad que el hecho de que quien acaba de verlas vaya corriendo a comprarse un vestido o un sombrero, tienen otro mundo paralelo, que, al verlo, te hace hacerte preguntas en relación con tu propia vida. Siempre me sorprende el hecho de que cada vez que trabajo, cada vez que me preparo para hacer una foto, tengo la impresión de que algo puede fallar. Pero siempre hay un momento en que todo parece ordenarse y es entonces cuando saco la foto.

— ¿Qué le aconsejaría a alguien que quiera convertirse en un exitoso fotógrafo de modas?

— Es difícil, porque el éxito no se lo puedes inculcar a nadie: lo quieres o no lo quieres. En mi caso, yo deseaba el éxito con locura. Lo que podría decirles es que, al final del día, lo que consigues está en relación con lo que te has dedicado a conseguir eso: cuánto esfuerzo le pones a lo que haces. Yo, en la cumbre de mi carrera, estoy trabajando catorce horas por día. ¿Cómo le inculcas eso a alguien? Lo tienes o no lo tienes.

— En la muestra se pueden ver al menos dos vertientes: las fotografías de estudio y las de las que parecen sacadas en las fiestas a las que lo invitan...

— Cuando voy a esas fiestas... preferiría estar con mis amigos íntimos, comiendo. Me gustan, pero cuando voy a ellas llevo mis cámaras y fotografío todo porque quiero compartir lo que veo. Lo mismo ocurre con muchas modelos que están dispuestas a desnudarse delante de mí, es mi deber compartir la belleza, simplemente eso, compartir la belleza.

Y le dijo al reportero gráfico de PERFIL: "¡Estás contratado!"

Las fotografías que pueden verse fueron sacadas por Marcelo Aballay, fotógrafo de PERFIL. Mario Testino en un principio se mostró reticente a ser fotografiado, sobre todo porque no disponíamos de mucho tiempo –la entrevista concluyó minutos antes de que Iván de Pineda dialogara con el fotógrafo peruano en la presentación para prensa que tuvo lugar el jueves pasado en el Malba–. Tampoco había querido que Aballay le sacara fotos durante la entrevista: el modelo, en esos casos, al hablar, suele salir en las fotos haciendo gestos raros, desagradables.

Terminada la entrevista, salimos entonces de la oficina en busca de un lugar donde hacer unas pocas fotos. Fue el propio Testino quien, al divisar un sillón, dijo: “¡Hagámoslas aquí!”, y Aballay se puso a trabajar. Testino posaba. Aballay le propuso, en un momento, que sostuviera una cámara en la mano, cosa a la que Testino accedió. Luego, Testino se mostró preocupado por una sombra que intuía sobre su cara, pero Aballay le aseguró que todo estaba bajo control. Al terminar la breve sesión, Testino le pidió a Aballay que le diera su cámara. Controló las fotos que había hecho y le devolvió la cámara diciendo: “¡Estás contratado!”.