Las arterias carótidas son vasos sanguíneos que transportan el principal suministro de oxigeno al cerebro, imprescindible para su funcionamiento. Se encuentran una a cada lado del cuello. La enfermedad de la arteria carótida se presenta cuando una o ambas arterias carótidas se angostan o se tapan debido a depósitos de grasa que se acumulan. Un accidente cerebrovascular (o ataque cerebral) se produce cuando las arterias carótidas se obstruyen en forma significativa y el cerebro no recibe suficiente oxígeno.
El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta con la edad, y es más común en hombres que en mujeres. El accidente cerebrovascular es la tercera causa de muerte en el mundo y una de las principales causantes de discapacidad. La enfermedad obstructiva de la carótida es responsable del 20 al 30% de los accidentes cerebrovasculares.
Los factores de riesgo de la enfermedad de las arterias carótidas son:
- Sexo masculino.
- Edad
- Niveles elevados de colesterol en la sangre.
- Presión arterial alta.
- Diabetes.
- Consumo de cigarrillos (tabaquismo).
- Antecedentes familiares de enfermedad arterial coronaria.
- Obesidad.
- Sedentarismo.
- Stress
Los síntomas clásicos de la obstrucción de la carótida puden ser transitorios o permanentes, cuando aparecen es fundamental la consulta con un profesional en forma urgente. Los síntomas clásicos son:
- Debilidad, parálisis, entumecimiento u hormigueo del brazo, la pierna o el rostro, de un lado del cuerpo.
- Pérdida de la vista o vista nublada en un ojo.
- Dificultad para hablar o comprender.
¿Cómo se detecta?
En la mayoría de los casos, los médicos pueden detectar la enfermedad durante un chequeo de rutina. El médico puede preguntarle si ha tenido síntomas de un accidente cerebrovascular. Colocando un estetoscopio en el cuello, encima de la arteria carótida, el médico puede tratar de detectar un soplo.
Además del examen físico y la historia clínica completa, los procedimientos para diagnosticar la enfermedad de las arterias carótidas pueden incluir uno o más de los siguientes:
- Eco-doppler de las arterias carótidas: un tipo de estudio no invasivo ecográfico vascular que evalúa el flujo sanguíneo de las arterias carótidas.
- Resonancia magnética: procedimiento de diagnóstico no invasivo que utiliza la combinación de tecnología de resonancia magnética (MRI) y una solución de contraste intravenosa (IV) para visualizar los vasos sanguíneos.
- Angiografía (cateterismo): procedimiento invasivo utilizado para evaluar el grado de obstrucción o estrechamiento de las arterias carótidas mediante imágenes de radiografías y la inyección de una solución de contraste.
Tratamiento
Cirugía: es un procedimiento que consiste en cortar y extraer las acumulaciones de placa grasa de las arterias del cuello. Mientras el paciente se encuentra bajo anestesia, los cirujanos realizan una incisión en el cuello en el lugar donde se encuentra la obstrucción, abren la arteria carótida y extraen la placa de grasa.
Angioplastia carotídea: consiste en usar un catéter con globo para comprimir la placa de grasa contra la pared arterial a fin de abrir el vaso sanguíneo. A continuación, se coloca en la arteria un pequeño dispositivo metálico de forma tubular denominado «stent» para mantenerla abierta.
Además de tratar la obstrucción es fundamental tratar los factores que generaron la obstrucción ya que la es probable que otras arterias (como las arterias coronarias) del organismo estén afectadas por la misma enfermedad (deposito de grasa en las paredes). El paciente debe cumplir objetivos en cuanto a su tratamiento preventivo:
Tomar aspirina.
Mantener su presión arterial y diabetes controlada.
Su colesterol (total y malo) debe estar bajo.
Su colesterol bueno debe estar alto.
No fumar
Reducir el peso
Realizar actividad física.
(*) Médico cardiólogo - Instituto Cardiovascular de Buenos Aires